Vida y muerte de ‘La Tuerka’: así fue la chispa que cambió España

  • Este proyecto audiovisual ha muerto cuando le faltaban meses para cumplir una década.
  • Pablo Iglesias y otros compañeros de la Complutense cercanos a IU lo pusieron en pie en 2010.
  • La entrada de Podemos en el Gobierno ha terminado con este espacio.
  • A finales de 2010 un grupo de politólogos relacionados con la Complutense y los cineclubs marxistas ponían en pie ‘La Tuerka’, una tertulia política alternativa que por aquel entonces se emitía en la minúscula cadena del barrio de Vallecas, TeleK.

    Lo hacía con una realización rarísima y un sonido deficiente, pero poco a poco Pablo Iglesias y su equipo mejoraron la factura técnica del espacio y llevarron este pequeño bote salvavidas a cadenas con mejores recursos técnicos.

    Por aquel entonces Iglesias estaba ligado a Izquierda Unida y hablaba con Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón ante audiencias que no llegaban a las 20.000 personas de los treinta y cinco años que hacía que se había muerto Franco. No sabían ninguno de los tres que España se encontraba ante un momento leninista.

    LA CHISPA Y ‘LA TUERKA’

    Lenin fundó el pequeño periódico Iskra (chispa). Aquella pequeña llama podía encender la pradera e Iglesias probó lo propio con ‘La Tuerka’, que nació con un pan debajo del brazo: el 15-M. Y aquellos momentos de reseteo fueron aprovechados por el equipo del programa para darse a conocer.

    Iglesias pronto se convertiría en asesor de Izquierda Unida, Monedero teorizaba ya en ensayos sobre «el timo» de la Transición y el equipo al completo iba a aprovechar el caldo de cultivo de la crisis económica unido al desprestigio de las cinco patas del establishment:  bipatidismo, monarquía, Ibex-35, Justicia y medios de comunicación.

    NACE PODEMOS

    A finales de 2013 el equipo de ‘La Tuerka’ le pide a Izquierda Unida que abra primarias abiertas para las europeas, pero Cayo Lara se niega y Pablo Iglesias, que ya había saltado de Intereconomía TV, a Cuatro y La Sexta, lanzaba con Anticapis la ‘Operación Coleta’.

    Aquella aventura propició el lanzamiento de Podemos, que dio la sorpresa en las europeas de 2014, se disparó en las encuestas, puso el miedo en los últimos días de Emilio Botín y pudo precipitar la caída de Juan Carlos I.

    MUERTE DE ‘LA TUERKA’

    ‘La Tuerka’ vivió de la autogestión hasta que pudo nutrirse de trabajos de miembros de su equipo para países por aquel entonces emergentes y hoy devastados, que luego fueron utilizados por la misma prensa conservadora que es capaz de graparse cuadernillos rusos en su interior.

    'La Tuerka'
    Pablo Iglesias conducía ‘Otra vuelta de Tuerka’ en Público TV, propiedad de Roures. Foto: Captura Youtube.

    Jaume Roures, que conocía el asunto, absorbió ‘La Tuerka’ y la puso como estrella de Público TV. Pero en 2020 la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno ha precipitado el final del proyecto audiovisual por incompatibilidad.

    Iglesias, que en los últimos años ha moderado una tertulia geopolítica (‘Fort Apache’, hermano VIP de ‘La Tuerka’) y un espacio de entrevistas (‘Otra vuelta de Tuerka), ahora se tendrá que quitar el gusanillo a través del canal de Youtube de Podemos.

    PODEMOS Y LOS MEDIOS

    Las dos grandes diferencias entre Izquierda Unida y Podemos en 2014 era que los primeros se habían adaptado al Sistema y que los segundos eran expertos en comunicación. Poco o nada sabían de comunicación en el PCE, que hacía malabares con la versión papel del Mundo Obrero sin saber siquiera de la existencia de Youtube.

    Tampoco sabían nada los ‘líderes rojos’: Carrillo hundió al PCE tras arruinar al Partido con un Mundo Obrero diario, Gerardo Iglesias nunca quiso saber de los medios, Julio Anguita se fío en ocasiones del enemigo, Francisco Frutos no tuvo tiempo, Gaspar Llamazares hacía el freak pidiendo un guiñol y Cayo Lara se enteró el año pasado que existía Twitter.

    LA TEORÍA DE IGLESIAS

    Pablo Iglesias dejó claro que IU debía apoyar hace años al PSOE andaluz solo si conseguía controlar Canal Sur: «Si nuestros votos son necesarios para que se haga ese Gobierno (coalición entre el PSOE de Griñán y la IU de Diego Valderas), debemos controlar por lo menos uno de los informativos, queremos por lo menos un programa al día y queremos otro tipo de películas, porque eso es gestionar el poder».

    El vicepresidente del Gobierno aseguraba hace años que «si el derecho a la información es un derecho democrático, la concentración de la propiedad es incompatible con ese derecho. No puede ser que algo tan importante, y de interés público, imprescindible para la democracia, como son los medios de comunicación, esté solo en manos de multimillonarios».

    «¿Por qué no va a existir una regulación que garantice la libertad de prensa en el mejor sentido del término, sin condicionantes de empresas privadas o de la voluntad de partidos políticos? La sociedad civil tiene que verse reflejada con independencia y veracidad en los medios de comunicación«, añadía.

    Y es que el líder morado aseguraba, siguiendo la teoría de Lenin, que los ciudadanos no militaban «en partidos políticos, la gente milita en los medios de comunicación. Una persona es de La Razón, de El País, de la COPE o de la Cadena SER. Son mucho más importantes las tertulias en televisión que los debates en el Parlamento. Los debates en el Parlamento ya no los sigue nadie; además, son debates que son mentira, no debaten realmente, está todo pactado».