La Comisión Europea ha presentado este martes sus ideas para aumentar el número de deportaciones de migrantes a los que la Unión Europea niega protección como refugiados, con el foco puesto en medidas que incentiven los retornos «voluntarios», por ejemplo con una asignación económica al principio de su vuelta, y con un mandato reforzado de la Agencia europea de control de fronteras (Frontex) para que pueda asistir a los países miembro durante el proceso de expulsión.
El regreso a sus países de origen o tránsito de los migrantes que no tienen derecho a asilo en la UE es «más efectivo» cuando se produce de manera voluntaria y se acompaña con «medidas fuertes para la reintegración», según el vicepresidente responsable de Migración, el griego conservador Margaritis Schinas.
«Los retornos voluntarios son también más rentables y las medidas de reinserción son más duraderas a largo plazo», ha continuado Schinas, en una rueda de prensa en Bruselas para presentar las claves de una propuesta que se enmarca en la reforma de la política de asilo que está aún en proceso de negociación entre los Veintisiete y la Eurocámara.
Otra de las claves que subraya el Ejecutivo comunitario en esta nueva estrategia es trabajar en la cooperación con los países de origen y tránsito para ayudar a que el regreso de los migrantes rechazados en la UE sea más fácil y para convencer a estos países de que participen de manera más «activa» en las deportaciones.
De acuerdo a los de la Comisión, apenas el 30 por ciento de los migrantes que los países de la UE consideran en situación irregular por no concederles el estatus de refugiado son finalmente deportados.
La cifra es mucho menor cuando se trata de migrantes que regresan de manera voluntaria (un 18 por ciento en 2020), a pesar de que ya se utilizan fórmulas de retornos incentivados con ayudas en el marco de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Por eso, Bruselas cree que además de apostar por nuevos acuerdos con países de origen para facilitar las deportaciones es necesario trabajar en mejorar los procedimientos internos de la UE –se revisará la directiva de retorno para corregir la fragmentación y otros problemas– y en impulsar los programas voluntarios.
En este contexto, el Ejecutivo comunitario también apunta entre sus proyectos la creación del puesto de Coordinador de Retornos de la UE para asistir a los actores nacionales implicados en la vuelta y readaptación de los migrantes en sus países.
Además pide revisar el mandato de Frontex para dotarle de un papel más relevante en la gestión de las deportaciones y para que pueda dar un apoyo operativo mayor a los Estados miembro, ayudar en los procesos de identificación de los expulsados y la tramitación de los documentos de viaje, por ejemplo.