La Fiscalía ha mantenido en la última sesión del juicio al asesino confeso de una niña en Vilanova i la Geltrú (Barcelona) que el acusado la agredió sexualmente, la mató «e intentó esconder el cadáver pero le faltó tiempo».
En su informe final en el juicio en la Audiencia de Barcelona, la fiscal ha asegurado al jurado que el acusado «ha hecho mucho más una representación que una declaración» y ha adaptado su versión a los hechos, manipulando los resultados de las pruebas adaptándolas a su interés, en sus palabras.
Considera que el acusado ha adaptado su discurso partiendo de una intoxicación de drogas, alcohol y paranoia, pero «los 42 testigos, a excepción de dos que son sus hermanas y que se contradijeron, dijeron que lo habían visto en perfectas condiciones».
La fiscal ha negado que la niña se perdiera, se desorientara o se escondiera en el piso del acusado, y ha asegurado que él la cogió a la fuerza y la introdujo en su vivienda, porque la niña, por sus «características especiales», tenía miedos y unas rutinas muy marcadas, por lo que considera que es imposible que se escapara de casa de sus abuelos.
Ha descartado la versión del acusado –que mantiene que fue un homicidio imprudente al confundirla con un ladrón durante un episodio de paranoia– y se ha referido a la forma como la mató, a la correa de perro que encontraron en el cuello de la víctima y a las heridas que le causó con cuchillos.
La fiscal ha asegurado que la niña fue consciente de todo el ataque, que «fue una muerte lenta y agónica, sin ninguna finalidad aparente, un asesinato absolutamente truculento», y que el acusado, durante todo el juicio, lo ha asumido todo menos lo que le perjudica.
ACUSACIÓN PARTICULAR
Al exponer los informes finales, el letrado de la acusación particular, que representa a la familia de la menor, ha insistido en que el único motivo que encuentra para justificar que el acusado forzara a la víctima a entrar en su casa es por un motivo sexual, «no hay ninguna duda».
Respecto al hematoma que se encontró en la zona genital de la víctima, el acusado afirmó que no le había dado ningún golpe ni se le había tocado, pero el letrado ha recordado que un médico forense testificó que «este tipo de lesiones suelen encontrarse en los delitos sexuales», asegurando que hubo agresión sexual.
El letrado ha expresado al jurado: «Supongamos que la niña se mete en casa del vecino. ¿Esto justifica que la matara y las atrocidades que hizo este señor después? ¿Un niño tiende a entrar en una habitación oscura? Sin embargo, resulta que la niña se mete en una casa y se cierra en una habitación. Ella dormía con una luz por las noches, ¿cómo iba a meterse en una habitación que no conoce a oscuras?».
El abogado ha asegurado que muchos testigos, como la encargada del bar al que acudió el acusado ese día, la hermana de él, su expareja, un vecino que se lo cruzó en la portería y un agente de la policía local testificaron que hablaba y caminaba perfectamente el día de los hechos, reforzando la idea de que no estaba ebrio o drogado, y ha expresado: «A mi juicio, todo esto hace aguas por todas partes».