El cambio que no llegó en Andalucía: 365 días con Juanma Moreno

  • El PP prometía regeneración y cambios, pero Andalucía apenas ha mejorado sin el PSOE.
  • Juanma Moreno ha decepcionado por su colección de promesas incumplidas.
  • Peor le van las cosas a Juan Marín, Francisco Serrano, Teresa Rodríguez y Susana Díaz.
  • Juanma Moreno ha cumplido su primer año como presidente de la Junta de Andalucía. Lo que es la política: hace dieciocho meses a este andaluz nacido en Barcelona, sorayista y protagonista de un gran revés electoral en 2015, se le daba por amortizado tras el triunfo en las primarias del PP de Pablo Casado.

    Pero Casado sorprendió y no cambió a Moreno no porque no tuviera ganas. No había tiempo material. Y este volvió a hundir electoralmente al PP, pero el corrimiento de tierras protagonizado por Vox cambió Andalucía tras cuatro décadas de socialismo y provocó que el centro-derecha estatal se envalentonase hasta tejer ‘el trío de Colón’ que les ha condenado a comer banquillo para los próximos años.

    LOS CAMBIOS QUE NO LLEGARON

    En junio de 1993 Felipe González, hostigado por el GAL y la corrupción, saca fuerzas de flaqueza tras un debate electoral y tumba por sorpresa en las urnas a José María Aznar, que estaba rodeado por un grupo de colaboradores que aquella noche insinuaron por unos minutos que hubo pucherazo.

    El PSOE basó su triunfo en Andalucía y Fernando Sánchez-Dragó, ariete mediático del PP y hagiógrafo de Santiago Abascal, sacaba su lenguaje señoritil para despreciar al sur: «Los votos que el PSOE ha conseguido en estas elecciones son de viejecitos que no tienen vista, parados y gentes del campo. La gente más culta y más informada ha votado mayoritariamente al PP.

    Este tipo de lenguaje, digno de Los santos inocentes (cuya trama discurre en Extremadura), es parte de la retórica ofensiva que durante años desplegó el centro-derecha estatal contra los andaluces, que también que tuvieron que sufrir descalificativos desde la otra trinchera cuando propulsaron a Vox a finales de 2018.

    Y a este lenguaje se aliñaba con amplia demagogia sobre el PER, hoy PFEA. Esta legítima y necesaria herramienta era para la prensa madrileña conservadora la joya de «la red clientelar del PSOE andaluz». Pero la Junta de Andalucía, hoy liderada por el PP, ni siquiera se plantea su desmantelamiento.

    OTRAS PROMESAS INCUMPLIDAS EN ANDALUCÍA

    Juanma Moreno, que se hizo con el poder gracias al «pacto de perdedores» que antes criticaba, prometió modernizar Canal Sur, reducir los chiringuitos impulsados por el PSOE y revolucionar fiscalmente Andalucía.

    Pero Juan Y Medio sigue reinando en Canal Sur, los chiringuitos del PSOE hoy están nutridos por enchufados del PP y Ciudadanos y los impuestos, cierto es, se han atenuado sin desplomarse. Aun así los populares, con Elías Bendodo como lugarteniente de Moreno Bonilla, son los que más paz respiran.

    GUERRAS EN EL PSOE, CIUDADANOS Y PODEMOS EN ANDALUCÍA

    Se avecina lío en el PSOE porque varios sanchistas han dimitido de la dirección federal de Sevilla ya que desde Ferraz se niegan a intentar tumbar a Susana Díaz, carbonizada por su derrota en las primarias estatales, por su revés electoral en 2018 y por la condena de los ERE que llevarán a la cárcel a su amigo José Antonio Griñán.

    Pero Alfonso Rodríguez de Celis, sanchista y delegado del Gobierno en Andalucía, quiere aparcar líos internos mientras una tercera vía se abre para enfado de Susana y Sánchez: el alcalde sevillano Juan Espadas aspira al trono autonómico. La cascada de dimisiones en el PSOE sevillano, liderado por Véronica Pérez («la única autoridad del PSOE soy yo»), puede ser la antesala de la tormenta.

    Andalucía
    La secretaria general del PSOE-A, Susana Díaz

    Peor van las cosas en Ciudadanos: el flamante vicepresidente Juan Marín, que dispone de una enorme cartera publicitaria en Turismo que le granjea múltiples aplausos, aguanta en silencio las conspiraciones de Fran Hervías, que quiere tutelar el triunfo de Inés Arrimadas en las primarias. Hervías, ‘señor Lobo’, tiene enchufado a su cuñado en uno de los chiringuitos de la Junta.

    Y no van mejor las cosas en Podemos: Pablo Iglesias ha tumbado a su principal rival interno al hacerse con la vicepresidencia del Gobierno y Teresa Rodríguez, que no logró que Adelante Andalucía se convirtiese en una nueva confluencia morada en Madrid, todavía no ha confirmado si se presenta a las primarias moradas en el sur que se celebran el próximo mes.

    LÍO EN VOX

    Francisco Serrano, candidato de Vox en 2015 y 2018 en Andalucía, renunció a la portavocía del partido en el Parlamento andaluz y desde hace unos meses guarda silencio tras haber ejercido la defensa en las redes de ‘La Manada’ de los Sanfermines.

    Alejandro Hernández le sustituyó en el cargo y puso paz interna tras meses de griteríos… hasta ahora. Y es que la diputada almeriense Luz Belinda Rodríguez se ha pasado al Grupo Mixto tras denunciar al partido por acoso.

    Rodríguez acusa a Vox de «misoginia» y «falta de democracia interna» y lanza una acusación contra Alejandro Hernández, que le habría levantado la mano en una reunión: «Iba a hablar, me levantó la mano y la puso delante de mi cara para que me callara y le dio el turno de palabra a otro compañero. Entendí que después de eso me tenía que ir de la sala y comuniqué al partido que no iba a asistir a ninguna reunión más».

    Vox, gobernada por una gestora en Almería, Granada, Jaén, Huelva y Cádiz, está sufriendo las denuncias de su exdiputada, que en Diario de Almería les pone a caldo: «Esto es una estructura militar en la que mandan los asesores. Es gente que no ha sido votada por los ciudadanos la que te dice qué tienes que decir y dónde. Desde dentro del partido no se puede cuestionar nada».