El director desde 2012 del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, se ha hartado del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Todo parecía indicar que el idilio Simón-PSOE era indestructible, pero ahora empiezan a surgir diferencias entre el mensaje que quiere lanzar el Ejecutivo y lo que dice el famoso epidemiólogo. Desde la cúpula del Gobierno tienen una estrategia electoral que pasa por estigmatizar la gestión en la Comunidad de Madrid y por apostar por las restricciones como método de contener el virus, pero Simón se ha hartado y ya ha generado tensiones internas.
Mientras Sánchez quiere que se tire la gestión de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid por tierra, Simón no quiere meterse en berengenales políticos. Sánchez ha asegurado desde Senegal que la situación de la capital es dramática en materia de contagios y Simón ha seguido manteniendo un discurso propio que ha irritado considerablemente a la cúpula socialista, pero no lo suficiente como para que quieran poner su cargo en riesgo. «A mí no me consta que los datos que da la Comunidad de Madrid sean falsos. Tienen la misma calidad que otras comunidades. No creo en absoluto que estén falseando», ha asegurado Simón en directo contradiciendo las órdenes internas del PSOE.
Este comentario no es el único. Mientras el PSOE en mano de algunos barones socialistas como Ximo Puig, presidente de la Comunidad Valenciana, ha apostado por las restricciones a todo como única forma de contener el virus, Simón empieza a pensar distinto. Tal es el grado de hartazgo del director desde 2012 del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad que incluso ya pone en cuestión temas como el toque de queda, algo que genera pérdidas enormes a muchos sectores y que no está del todo comprobado el impacto que tiene para frenar el número de contagios.
que Fernando Simón vaya por libre ha irritado al gabinete de presidencia en exceso
«No es bueno plantear ya lo que hay que hacer el 9 de mayo. Tenemos 15 días para poder valorar la evolución y decidir sobre si el toque de queda aporta algo extra. La situación no es la de octubre», ha comentado Simón. El que el director de Emergencias Sanitarias del Gobierno vaya por libre ha irritado al gabinete de presidencia en exceso. Saben que no pueden controlarle y menos en campaña. De hecho, tal es la herida que ha abierto Simón que incluso desde el Partido Popular se han aferrado a las palabras del jefe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad para constatar que «Sánchez miente».
El problema que se le plantea ahora al Ejecutivo es qué hacer con el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad. «Simón también dice que Sánchez miente», ha asegurado el presidente del Partido Popular. Al Gobierno le ha salido un problema que no puede quitarse de encima sin abrir una herida aún mayor en el Ejecutivo. Si le echan, mal. Y si le mantienen, saben que no se someterá al criterio electoralista que ha impuesto Sánchez. Simón asegura que la Comunidad de Madrid ofrece datos reales, los mismos que otras, mientras que el PSOE sostiene justo lo contrario. Parece que Simón hace campaña por Isabel Díaz Ayuso, pero no es así. Él solo se basa en su criterio y en los datos reales y no ha pasado por el aro con la estrategia sanchista.
El problema que se le ha presentado al PSOE es complejo porque no podrán cerrarle la boca ni obligarle a hablar mal de la Comunidad de Madrid sin motivo. Simón, al margen de sus equivocaciones, siempre ha sido fiel a sí mismo y ha dicho lo que consideraba independientemente de lo que el Gobierno le impusiera. De hecho, Simón fue nombrado en 2012 director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad por Mariano Rajoy, no por José Luis Rodríguez Zapatero. No tiene una adscripción política clara aunque ha reconocido ser de izquierdas
Su fama es un problema para los socialistas que apuestan por echarle, entre los que se encuentra Sánchez. Que el presidente del Gobierno haya empezado una purga interna en el partido y en las empresas afines al PSOE para colocar a gente que hable bien de la gestión del Ejecutivo es una estrategia que podría englobar el expulsar a Simón, pero no sería adecuado en plena campaña ya que le daría un arma al PP.
Fuentes del Ejecutivo deslizan que desde el inicio Simón ha trabajado con libertad pero con ciertas presiones para orientar el mensaje de forma amable al Gobierno. El problema es que ese idilio se ha roto y Simón se ha plantado. ¿La diferencia? Que Sánchez ha buscado adaptar el mensaje del director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad al momento electoral. Y la mejor estrategia par Sánchez y los suyos es que Simón estigmatice la gestión de Ayuso en la Comunidad de la capital.
Tal es el grado de ruptura entre la estrategia electoral de Sánchez y el criterio epidemiológico de Simón que el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad se ha dedicado a ser objetivo. Si las cosas en la Comunidad de Madrid van igual que otras autonomías lo dice. Y si las restricciones excesivas no han contribuido del todo a reducir los contagios todo lo que se esperaba, también. El problema de todo esto es que quien sale bien parada en periodo electoral es Ayuso. Y eso a Sánchez le trae por la calle de la amargura.