Llegar al Europarlamento les ha costado al expresidente Carles Puigdemont y el antiguo consejero Toni Comín más de un quebradero de cabeza. Un esfuerzo que, en parte, se ha visto recompensado esta semana cuando ambos han logrado finalmente ocupar sus escaños pero que, sin embargo, no ha resultado tan satisfactorio como habían previsto con el suplicatorio para levantar su inmunidad en marcha y con un 91 % de probabilidades que prospere, en base los datos de la pasada legislatura.
El primer jarro de agua fría llegaba el pasado día 9 cuando el Tribunal Supremo terminó con la última esperanza del político preso Oriol Junqueras de viajar a Estrasburgo (Francia) con sus compañeros para acudir este lunes a su primera sesión del Pleno del Parlamento Europeo.
Aunque un puñado de simpatizantes con la causa secesionista catalana y algunas autoridades regionales de la comunidad autónoma acompañaron a Puigdemont y Comín a las puertas de la Eurocámara en el arranque del pleno, celebrado este lunes, la realidad dentro del Hemiciclo fue bien distinta.
La soledad de ambos parlamentarios fue prácticamente total, sólo perturbada por el saludo que les ofreció el líder del Partido del Brexit, Nigel Farage, quien, además, llamó a los independentistas catalanes “euroescépticos”.
El antiguo líder del UKIP, que tras veinte años como europarlamentario abandonará la institución al hacerse efectivo el “brexit” el próximo 31 de enero, señalaba esta semana en una entrevista con la Agencia EFE que “la razón por la que la causa separatista catalana ha tenido tan poco apoyo por parte de la Unión Europea (UE) es porque son euroescépticos”.
REPRIMENDA POR SACAR PANCARTA
Segundos después de que el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, anunciase que Puigdemont y Comín adquirían la condición de eurodiputados ambos recibían su primera reprimenda como tales.
Los políticos sacaron un cartel con el rostro en amarillo del exvicepresidente de la Generalitat y la palabra free (libertad) que, inmediatamente, un ujier del Hemiciclo les obligaba a retirar ante la nula resistencia de estos.
Además, los dos parlamentarios quedaron adheridos al grupo no adscrito del Parlamento Europeo después de que el grupo de los Verdes, al que habían solicitado integrarse, los rechazara.
En una rueda de prensa celebrada el pasado martes el copresidente de Los Verdes/Alianza Libre Europea (ALE), Philippe Lamberts, reconocía que la petición de Puigdemont y Comín supone un “problema” para el grupo porque es “incoherente” con sus valores.
Con todo, el dirigente adelantó que a lo largo de las próximas semanas la formación ecologista y ALE, que engloba a distintos partidos nacionalistas, conversarán para tomar un decisión definitiva.
RECHAZAN SER INTERPELADOS
En un comportamiento muy poco habitual durante los debates parlamentarios europeos, Puigdemont y Comín rechazaron en dos ocasiones aceptar las tarjetas azules para que otros eurodiputados pudieran plantearles preguntas. En concreto, rechazaron las interpelaciones de los eurodiputados de ciudadanos Luis Garicano y Soraya Rodríguez, la de la popular Dolors Montserrat.
Finalmente, a la tercera intentona, Puigdemont aceptó ser interrogado por Montserrat y ambos protagonizaron un rifirrafe en el que la exministra de Sanidad espetó al expresidente de la Generalitat que es “un prófugo de la justicia que atentó contra el estado de derecho y robó dinero público. Esta semana ha empezado para usted lo que usted más teme: se le va a aplicar la ley”.
Mientras que este replicó que no se puede atacar la presunción de inocencia y reclamó que precisara “a qué condenas usted se refiere, a qué delitos que yo he cometido para hacer semejante afirmación en esta Cámara”.
LA INMUNIDAD DE PUIGDEMONT
El jueves llegaba la peor de las noticias para los recién estrenados eurodiputados. A primera hora de la mañana la Eurocámara anunciaba que había dado traslado del suplicatorio a la Comisión de Asuntos Jurídicos, dando así inicio a la tramitación del mismo solicitado por el el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena para levantar su inmunidad.
Según los antecedentes de la pasada legislatura, tan sólo 5 de los 55 suplicatorios de autoridades judiciales que se presentaron fueron rechazados y los europarlamentarios continuaron gozando de inmunidad. Por tanto y en base a esos datos, las probabilidades de la pretensión de Puigdemont y Comín de que el Parlamento Europeo rechace la petición de Llarena se limitarían a un 9,09 %. Es decir, existe un 90,91 % de probabilidades de que ese suplicatorio salga adelante y que ambos parlamentarios dejen de ser inmunes.
Si esto ocurriera el expresidente de la Generalitat se vería obligado a renunciar a su intención de regresar a España para visitar a los presos del procés si no quiere enfrentarse a la Justicia, de la que huyo en octubre de 2017.