El ‘cordón antidemocrático’ a Vox pierde fuerza en el Parlament en la segunda vuelta de la investidura de Pere Aragonés (ERC). Si en la primera votación los diputados independentistas salieron del hemiciclo en cada intervención de Vox; en la segunda, los diputados de JxCat y algunos de los republicanos se han mantenido en sus asientos. Y es que, levantarse y marcharse para después regresar a tomar el escaño ha resultado ser un movimiento cansado. En vez de ello, los electos de la formación de Carles Puigdemont han exhibido carteles con el símbolo de la llamada «lucha antifascista de los países catalanes«.
Pero a los once de Vox no se les ha visto nerviosos ni tensos. De hecho, su líder, Ignacio Garriga, ha vuelto a erigirse como el «principal partido de la oposición en Cataluña» pese a ser la cuarta fuerza política, a 22 escaños del PSC.
NOS PREOCUPAN LOS CATALANES DE LAS COLAS DEL HAMBRE
En pleno aquelarre independentista, Garriga ha puesto en su sitio a quienes denuncian ponen el grito en el cielo por los casos de bulling en los colegios, pero lo practican en el Parlament, la institución más respetada de Cataluña. «No nos importan sus insultos», ha proferido en relación a los firmantes del cordón sanitario, entre los que están todos los partidos a excepción de PP y Ciudadanos. «Nos preocupan los catalanes que están en las colas del hambre», ha zanjado.
Garriga ha salido al atril durante la sesión de este martes con decisión para hacer frente a la salida de la mayoría de los diputados ERC y de los diez de la CUP. A ellos les ha dirigido la parte inicial de su intervención. A su juicio, estaban «mancillando» una sede parlamentaria, la más importante en Cataluña. Además, ha acusado al «separatismo y a la izquierda» de despreciar «la democracia y la pluralidad política».
El líder de Vox en Cataluña ha colocado a los independentistas frente al espejo al abandonar los problemas reales de los catalanes para tratar de alcanzar «la ensoñación de la república», un viaje hacia «la ruina y la miseria«. En este sentido, les ha dejado en evidencia no sólo ante los votantes de Vox, sino también ante los suyos propios. «Su teatro les deja en evidencia delante de miles de catalanes que les han votado en algún momento, y que seguro que no le votarán nunca más», ha reprochado.
LA INCAPACIDAD DE PROPONER NADA PARA CATALUÑA
«Son incapaces de proponer nada para Cataluña», ha dicho. Por esta razón ha considerado que el bloque independentista «trata de amordazar» a la principal fuerza de la oposición nacional del Parlament.
Tras tildar a Aragonés y Laura Borràs, presidenta de la Cámara Catalana, de «títeres» de Oriol Junqueras y Carles Puigdemont, respectivamente, ha señalado que ERC y JxCat trasladan al Parlament la pugna entre la prisión de Lledoners y Waterloo. «Una batalla partidista por el mando y no por el interés general», ha indicado. A su juicio, esta disputa es una «auténtica falsedad» y tampoco descarta que el PSOE de Pedro Sánchez se alíe con ERC para aprobar los indultos.
Para Garriga, el proyecto independentista es «la mayor desgracia para Cataluña» y les ha emplazado a «pedir perdón» a todos los catalanes por lo que han hecho hasta ahora, una vez hecho, «marcharse para siempre». «No nos vamos a ir, ni nos vamos a callar«, ha reseñado. Una declaración de intenciones y hechos, más cuando las pertenencias de algunos dirigentes de Vox son atacadas constantemente, como ocurre en Girona, sin que ningún partido firmante del boicot a Vox ha mostrado solidaridad alguna.
LA DEUDA DE CATALUÑA, BONO BASURA
El líder de Vox ha enumerado parte de las consecuencias de los sucesivos gobiernos independentistas anteriores, que han dejado a Cataluña como una de las peores regiones de España. Además de perder la condición de primera potencia española, la calificación de la deuda catalana en el «bono basura«, una las peores del país; con una caída del PIB superior a la media, del 11,5% y con una de cada cuatro empresas condenadas al cierre.
Por otro lado, el líder de los 11 de Vox del Parlament ha criticado que los independentistas conviertan esta institución en un «circo«. Para la formación conservadora, la CUP es la formación con mayor riesgo para el Estado de Derecho al ser «un grupo violento», cuyos «cachorros» de Arran se dedican a asaltar y sembrar de violencia las calles de Cataluña.
Para Garriga, señalar el problema de la «inmigración ilegal» no es un «discurso de odio», sino poner en relieve «una realidad, una problemática que sufren muchos catalanes y que a va a más». Así, ha diferenciado este movimiento migratorio con los inmigrantes «legales«, que vienen a «trabajar» a Cataluña. «Haremos todo lo posible para poner orden en Cataluña y no nos importan sus etiquetas, ni sus insultos, ni sus carteles», ha concluido.