La relación entre los políticos y la prensa no es precisamente un camino de rosas. A lo largo de los años hemos podido comprobar que tanto el Gobierno como los políticos se sienten incómodos con la prensa, de ahí a que muchos se muestren reacios a aparecer en ruedas de prensa.
A continuación vamos a conocer a algunos de esos políticos incómodos con la prensa a lo largo de los últimos años.
MIGUEL ÁNGEL OLIVER ATACA A LOS PERIODISTAS DE MONCLOA
El Secretario de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, ha sorprendido con unas declaraciones en un foro que organizó la Asociación de Periodistas de Información Económica y KPMG. En este foro, Oliver lamentó la tendencia enfermiza a preguntar en el caso de los periodistas de Moncloa.
«Son todos tertulianos», dijo el secretario. Según él, las preguntas de los periodistas no tenían nada que ver con la información: «tienen una cuota de activismo y protagonismo mediático, sobre cuál es la posición» y «cómo inquieren al actor político», que tiene «una determinada responsabilidad, que aparte de responder a las preguntas tiene que gestionar la política».
LOS PERIODISTAS INSACIABLES, SEGÚN ÁNGEL OLIVER
En las declaraciones recogidas por diferentes medios, Oliver se pregunta, después de citar las, según dijo, 70 ruedas de prensa del presidente, si «alguien puede imaginar esas intervenciones sin un límite, como una sucesión interminable de cuestiones».
Oliver, que también es periodista, pide «autocrítica» y sentencia, tras denunciar que a veces tiene hasta 60 preguntas distintas de medios sin contestar, que «no debe haber un derecho a obtener respuestas«.
Para esto, Miguel Ángel no dudó en lanzar una declaración: «Los periodistas son insaciables. ¿Todas las veces tienen que ser respondidas las preguntas? Políticamente, no», sentencia.
LA ASOCIACIÓN DE PERIODISTAS, CONTRA SÁNCHEZ
La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) han exigido que el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, deje de limitar el número de preguntas que pueden hacer los periodistas en ruedas de prensa y comparecencias.
La situación volvió a vivirse hace apenas unas semanas, en la comparecencia tras recibir el encargo del Rey de formar gobierno. Desde Moncloa se advirtió de que sólo habría dos turnos de preguntas, lo que suscitó las protestas de varios periodistas.
La FAPE considera que esta actitud supone «un claro menoscabo» y un «desprecio» al trabajo de los periodistas, así como un perjuicio a los ciudadanos, «hoy más que nunca necesitados de respuestas sobre las negociaciones para la formación del Ejecutivo».
«La imposición de ruedas de prensa sin derecho a preguntas o con límites que escapan a lo razonable, como ocurrió ayer, es una manera de hurtar a los ciudadanos la explicación de las decisiones y de negarles la respuesta a sus preocupaciones y problemas», ha subrayado la FAPE.
RAJOY, A TRAVÉS DEL PLASMA
El plasma se convirtió en el mejor aliado de Mariano Rajoy desde el año 2013. El expresidente del Gobierno de España empezó a usarlo en sus comparecencias e incluso en algunos mítines de campaña.
Los periodistas debían seguir el discurso de Rajoy sin posibilidad de hacer preguntas, algo que no gustó demasiado a los periodistas ya que impedían las intervenciones. Aún así, era la única forma de seguir lo que ocurre en el interior de la sala.
El que fuera presidente del Gobierno continuó con el plasma hasta el final de su mandato tras la moción de censura.
EL VETO DE LOS POLÍTICOS DE VOX A LOS PERIODISTAS
En plena precampaña electoral, Santiago Abascal decidió no conceder entrevistas ni participar en actos públicos durante dos semanas. Así, el partido de Vox aprovechó para adecuar su estructura interna, preparar la candidatura y planificar la campaña electoral.
Desde entonces, las cuentas oficiales de Vox en las redes sociales intensificaron su actividad, en la mayoría de las ocasiones con mensajes enlatados. Más tuits a cambio de menos entrevistas. La dirección del partido optó por racionar al milímetro las apariciones publicas y así evitar ridículos como el protagonizado el 18 de enero en el Club Siglo XXI, cuando Santiago Abascal fue incapaz de concretar su postura en asuntos clave de interés político nacional.
Aquella intervención fue tan nefasta que el Partido Popular difundiría poco después un vídeo mofándose de la formación de extrema derecha bajo el título ‘Un, Vox, Tres. Abascal responde de una vez’.
De forma paulatina, Vox dejó de atender las peticiones de información de los medios de comunicación menos afines ideológicamente. Sus responsables de prensa empezaron a no responder a las llamadas ni a los mensajes de los periodistas. En algunos casos, se sinceraron con los informadores con los que más confianza tenían: «Es nuestra línea estratégica».
De este modo, Santiago Abascal pasó de pedir ayuda a los periodistas, a los que incluso llamaba personalmente sin importarle la línea editorial de cada medio de comunicación, para rogar que cubriesen sus actos cuando Vox no tenía representación parlamentaria, a insultarles en los mítines.
LA EXPULSIÓN DE DOS PERIODISTAS POR VOX
La ruptura total de Vox con los medios de comunicación independientes y críticos con la formación ultra fue a raíz de la publicación del mensaje que el vicesecretario de Comunicación, Manuel Mariscal, difundió en un grupo de WhatsApp con periodistas.
Envió por error el siguiente mensaje desde su móvil: “Cuando nos preguntes por el debate (aunque sea off the record), trasladamos nuestro gran cabreo porque íbamos a ganar ese debate. Nada de decir que nos viene bien”.
Fue entonces cuando comenzaron a expulsar a periodistas del grupo de políticos de Whatsapp de Vox. Desde los periodistas de ElPlural.com hasta los de la Cadena SER.