El que fuera tesorero del PP Luis Bárcenas ha señalado este miércoles en su comparecencia en la comisión de investigación de la operación Kitchen que se celebra en el Congreso que aunque se trata de una «especulación» entiende que el operativo destinado a sustraerle información sensible para el partido partía del ex presidente del Gobierno Mariano Rajoy.
Por videoconferencia desde la cárcel de Soto del Real, y con ciertos problemas técnicos que han obligado a hacer un receso, Bárcenas a preguntas del diputado socialista Felipe Sicilia ha indicado que el secretario de Estado de Seguridad en 2013, Francisco Martínez no tenía un interés personal en ordenar seguimientos contra su persona, y que por tanto debía contar con el respaldo de su superior jerárquico, el entonces ministro del Interior Jorge Férnandez Díaz.
«Siguiendo con las suposiciones», ha señalado Bárcenas, a Fernández Díaz el encargo de la Kitchen se lo hace la persona «de quien dependía». En ese momento, Sicilia le ha inquirido si hablaba de Rajoy a lo que ha respondido que así lo cree.
Por otro lado, ha negado que nadie del PP se comprometiera con él a un trato mejor a su esposa Rosalía Iglesias si él colaboraba, y ha incidido en que sólo hubo planteamientos relativos a la defensa en el marco de la causa Gürtel.
PIDIO A PRADA UN TRATO ESPECIAL EN LA AUDIENCIA
Lo que sí ha explicado es que él personalmente pidió al exconsejero madrileño Alfredo Prada –procesado también por la causa de la Ciudad de la Justicia– que intercediera para que su mujer entrara por el garaje cuando tuviera que declarar en la Audiencia Nacional y así evitar el paseillo ante la prensa.
En este sentido ha reconocido que su mujer entró en vehículo policial después de que así lo pidiera él a la persona que actuaba en su nombre ante Rajoy. «Se concedió», ha recordado, para luego afirmar que fue Alfredo Prada.
«NADA A CAMBIO»
Además, Bárcenas ha señalado que «en absoluto» desde el PP le han planteado últimamente ningún tipo de acuerdo o trato. Sí ha admitido que en algunos momentos compartió con el partido un «intercambio de información» y una «estrategia común de defensa» pero que nunca se negoció «nada a cambio». Esa relación con el PP, ha precisado, tuvo «mayor intensidad antes del comienzo del juicio» de la primera época de Gürtel y se mantuvo hasta que el Supremo confirmó la sentencia de primera instancia.
Ha indicado que Javier Iglesias, letrado cercano al PP, fue a verle a prisión en julio de 2013 y le advirtió de que su esposa podía acabar en prisión, pero que él no se dio por enterado porque tenían «base jurídica» para pensar que su esposa «no debía tener ningún problema».