Los independentistas catalanes apretarán con el fantasma de unos nuevos comicios a Pedro Sánchez. La sentencia de la Unión Europea que reconoce que el líder de ERC, Oriol Junqueras, debía haber disfrutado de su inmunidad desde el momento en que fue elegido eurodiputado ha cargado de argumentos a los nacionalistas. Ahora, ERC se siente fuerte. Tanto, que ha suspendido las negociaciones con el PSOE. Los de Junqueras saben que ellos se verían reforzados en unas nuevas elecciones y que el hartazgo de los españoles puede hacer una mala pasada a los socialistas. Entre tanto, el Gobierno se ha limitado a asegurar que «es el momento de la política.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha sido muy inoportuno para el PSOE. La decisión que ha tomado en referencia a Junqueras, por la cual el líder de ERC podría haber evitado la prisión preventiva, ha roto lo que parecía una investidura hecha. Sánchez acariciaba la presidencia del Gobierno, pero la UE le ha alejado esa posibilidad. Los independentistas se sienten respaldados por la Justicia europea, y hasta que los socialistas no rectifiquen, ERC se siente en condiciones de amenazar a Sánchez con perpetuar el bloqueo político, que nos llevaría a otras elecciones.
ERC ha asegurado que hasta que el PSOE no se pronuncie respecto a la sentencia del Tribunal de la UE no retomará las conversaciones que tan encarriladas estaban. Pero lo que esperan los nacionalistas catalanes es que los socialistas planteen la posibilidad de liberar a Oriol Junqueras, quien consideran que debe disfrutar de inmunidad. Sin embargo, el PSOE ve impensable tomar una decisión de esa trascendencia.
El equipo de Gobierno de Sánchez se esfuerza en echar balones fuera. No se quieren sentir responsables de la situación; y mucho menos dar explicaciones sobre lo ocurrido. Para el argumentario socialista, se trata de decisiones del ámbito judicial. Y esperan que ERC asuma que hay que retomar las conversaciones, puesto que es el momento de la política, según han confirmado en un documento.
Ni siquiera el propio Oriol Junqueras es partidario de que se paren las negociaciones. O al menos es lo que ha demostrado de cara al público. «No se tiene que parar la negociación con el PSOE en ningún caso, esté yo en la cárcel o no», ha destacado el líder de ERC en una entrevista publicada este viernes en Catalunya Ràdio. «Hay que estar dispuesto a dialogar siempre, con todos, siempre… independientemente que yo esté o no en la cárcel. Porque tenemos que trabajar para proteger y cuidar los derechos de todas las personas. No hacerlo sería traicionarnos a nosotros mismos», ha asegurado Junqueras.
En cualquier caso, su partido parece ir por libre. Tanto el portavoz de ERC en el Congreso de los Diputados, Gabriel Rufián, como el vicepresident de la Generalitat, Pere Aragonés, han endurecido tanto su discurso que los socialistas temen que se vuelva al bloqueo. Hay quien considera que es una estrategia política y de negociación para conseguir más concesiones, pero otras voces creen que los independentistas podrían llevar al país a unas nuevas elecciones. En cualquier caso, esa es la nueva arma de Esquerra. La de perpetuar el bloqueo político en España y jugar con el hartazgo de los españoles.
Entre tanto, Europa va por otros derroteros. Ajenos (o no tanto) a los problemas de los socialistas, ya han iniciado los trámites para acreditar al expresident de la Generalitat Carles Puigdemont y a exconseller Toni Comín como eurodiputados. Y así, el prófugo podría disfrutar de la inmunidad de la que no ha podido disfrutar Junqueras. Todos estos movimientos de la UE no han pasado desapercibidos en el panorama político español, donde la oposición ya se ha aferrado al hipotético Spexit (salida de España de la Unión Europea) para mostrar su desacuerdo con las decisiones tomadas esta semana.
De haber Gobierno, todo parece indicar que no será este año. Los socialistas esperan que ERC vuelva a la vía de las conversaciones, pero de no ser así, cada vez cobra más fuerza (al menos en la oposición), la idea de que se llegue a un gran pacto transversal entre el PP y el PSOE para dar estabilidad al país y excluir a los independentistas de las decisiones del Ejecutivo. Eso sí, de llegarse a una situación así, eso supondría el divorcio entre Sánchez y Pablo Iglesias, algo que de momento el PSOE parece no contemplar.