La ministra de Defensa, Margarita Robles, comparecerá el próximo miércoles en el Congreso de los Diputados con dos puntos en el orden del día: detallar el plan de vacunación contra el Covid-19 en el seno de las Fuerzas Armadas y explicar el futuro de las misiones militares en el exterior en las que participa España.
La comparecencia ante la Comisión de Defensa de la Cámara Baja servirá a Robles para explicar el protocolo que se está siguiendo para suministrar a los militares la vacuna contra el Covid-19, en respuesta a solicitudes del PP, EH Bildu y el Grupo Parlamentario Plural.
La vacunación en las Fuerzas Armadas se vio envuelta en la polémica al conocerse que había recibido la vacuna el que era Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Miguel Ángel Villarroya, junto a otros altos cargos militares del Estado Mayor de la Defensa.
Villarroya acabó dimitiendo del cargo después de que la ministra le pidiera explicaciones, aunque defendió que había seguido el protocolo previsto. Sin embargo, la subsecretaria del Ministerio, Amparo Valcarce, replicó poco después en el Congreso que el plan solo preveía la vacunación de los sanitarios militares y no incluía al JEMAD.
Los miembros de las Fuerzas Armadas se encuentran ahora incluidos en la segunda fase del plan de vacunación aprobado por el Ministerio de Sanidad como miembros de servicios esenciales y parte de sus miembros están recibiendo ya las primeras dosis.
Pero además, Robles dará cuentas en el Congreso del estado actual de las misiones en el exterior, que se vieron mermadas el pasado año como consecuencia de la pandemia pero están ya recuperando efectivos. Según la documentación remitida por el Ministerio a la Cámara Baja, actualmente hay desplegados un total de 2.464 efectivos, 368 más de los que había en junio del pasado año.
Una de las misiones que está en proceso de cambio es la de la Unión Europea en Malí, que ha comenzado su quinto mandato bajo el liderazgo de un general español y tiene previsto ampliar a más zonas del país las labores de adiestramiento a las fuerzas de seguridad locales y extenderlas también a países limítrofes. España prevé llegar este 2021 a los 550 militares en esta zona del Sahel (actualmente cuenta con 397).
Frente a este incremento, las tropas españolas han sufrido una importante reducción durante los últimos meses en Irak y Afganistán, otras dos misiones en proceso de revisión por parte de la OTAN. En Irak se ha pasado de 265 efectivos a mediados del pasado año a los 188 actuales como consecuencia de la finalización de la misión de adiestramiento a las fuerzas de seguridad locales.
España cerró la base de Besmayah y centra ahora sus tareas en la base de Al Assad con una unidad de helicópteros –donde los 70 militares desplegados salieron ilesos esta semana de un ataque con cohetes a las fuerzas internacionales– y en las localidades de Erbil y Bagdag.
Las Fuerzas Armadas también han continuado mermando en Afganistán, donde se ha pasado de 36 militares a 24. La misión está actualmente en proceso de revisión tras el acuerdo del expresidente de Estados Unidos Donald Trump para abandonar el país en mayo de este año, aunque la OTAN ya ha avisado de que quiere hacerlo en condiciones de seguridad y estabilidad.
En total, hay militares españoles presentes en 17 operaciones en el exterior. La más numerosa es la de la Naciones Unidas en Líbano con 621 efectivos, pero también están presentes en lugares como Letonia, vigilando el espacio aéreo del Mar Negro desde Rumanía o en Turquía con una batería antimisiles.