La Fundación de Víctimas del Terrorismo (FVT) entregó este martes sus premios anuales en una ceremonia en la que se sucedieron las críticas por la charla que, paralelamente y coincidiendo con el Día Internacional de los Derechos Humanos, estaba impartiendo el asesino etarra José Ramón López de Abetxuko en el campus de Vitoria de la Universidad del País Vasco (UPV).
La presidenta de la FTV, María del Mar Blanco, denunció que una universidad pública “esté cediendo un espacio a un terrorista confeso para legitimar su pasado y dar lecciones a los jóvenes”. La hermana de Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA en 1997, subrayó que “aceptar la manipulación” de los universitarios “puede acarrear gravísimas consecuencias en un futuro no tan lejano”.
“Desde la Fundación no solo reprobamos este tipo de iniciativas”, sostuvo, “sino que llevamos a cabo unas completamente opuestas como la de dar testimonio directo de las víctimas del terrorismo en los colegios”. Por ello, recordó, la organización entrega los premios escolares Ana María Vidal-Abarca, una ciudad sin violencia.
UNA “AFRENTA TERRIBLE”
Precisamente, la hija de Vidal-Abarca, Ana Velasco —en el asesinato de cuyo padre, Jesús Velasco Zuazola, jefe del Cuerpo de Miñones de Álava, participó Abetxuko en 1980— se sumó durante la entrega de premios a la censura de la presidenta.
“La derrota real del terrorismo pasa por el respeto a las víctimas. Lo que está ocurriendo ahora es su legitimación”, lamentó, al tiempo que instó a instituciones, autoridades y poderes públicos a hacer “todo lo necesario” para que ni las víctimas ni los españoles en general “tengamos que pasar por una afrenta tan terrible”. “El ejemplo para la sociedad deben ser y son las víctimas que murieron para defendernos a todos nosotros. Se lo debemos si queremos ser una sociedad digna”, concluyó.
La directora general de apoyo a las víctimas del terrorismo, Sonia Ramos, recogió el guante de la reprobación a la charla que, además del etarra condenado a 30 años de prisión como autor del asesinato del jefe de la Policía Municipal de Vitoria Eugenio Lázaro Valle en 1980, también impartió el abogado y ex miembro de ETA Chema Matanzas.
Ramos se mostró rotunda en lo que calificó de una “infamia” y supone “el altavoz de quienes han cercenado la vida de otros seremos humanos”. “Permitir estas conferencias en un campus universitario es una ofensa a sus víctimas y legitima el terrorismo dando visibilidad a terroristas que no han repudiado de su trayectoria”, sostuvo.
La directora, dependiente del Ministerio del Interior, tildó de “incomprensible” el “silencio institucional, el mirar hacia otro lado” y que hayan tenido que ser, una vez más, las propias víctimas del terrorismo quienes denuncien lo que está ocurriendo.
“Este silencio supone complicidad y yo no quiero ser cómplice”, manifestó, al tiempo que advirtió de que “la historia del terrorismo que construyamos va a determinar de manera inexorable nuestro futuro como país”.
CONCENTRACIÓN EN LA UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO
Al mismo tiempo que la Fundación Víctimas del Terrorismo entregaba sus premios, en los que fue galardonado el periodista Luis del Olmo, así como los funcionarios de Instituciones Penitenciarias víctimas del terrorismo y diversos escolares, la asociación Esteban de Garibay, presidida por Carlos Urquijo, había convocado una concentración de protesta a las puertas del campus de la universidad en Álava.
Pocos minutos antes de que se produjera la conferencia, las familias de las víctimas de Abetxuko leían un comunicado en el que denunciaban que “las instituciones no han hecho nada para que este terrorista tenga voz en la Universidad” y recordaban que no fueron asistidos por la Justicia cuando salió de la cárcel “y fue recibido como un héroe”.
La Audiencia Nacional archivó el pasado mes de julio la denuncia por enaltecimiento del terrorismo y humillación a las víctimas por el acto de homenaje que recibió el etarra a su salida de prisión alegando que “las conductas, expresiones y actitudes desarrolladas durante el homenaje mismo no configuran lo que viene erigiéndose como elemento directo de apología y de humillación y menosprecio a las víctimas del terrorismo, sino que se trata de expresiones de satisfacción, solidaridad y deseo de política penitenciaria favorable, así como recuerdo a los presos”.
En la protesta no estuvieron presentes representantes del Gobierno Vasco ni el de Vitoria. El PNV se limitó ayer a señalar que la charla es “éticamente cuestionable” pero “legal”. Una legalidad que también defendió el delegado del Gobierno en el País Vasco, Jesús Loza, aunque reconoció que se trata de «una indignidad» y «un insulto» a las víctimas.
Por su parte, el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande Marlaska, pidió a las fuerzas políticas herederas de ETA desmarcarse de “este tipo de declaraciones y actos”, mientras que el partido político Vox pidió el pasado lunes a la Fiscalía de la Audiencia Nacional que impidiera la celebración de la charla, organizada por la asociación estudiantil Sare que reclama la libertad para los presos enfermos y el acercamiento a cárceles vascas de todos los etarras en prisión. Finalmente, la Fiscalía no impidió la charla porque no apreció delito.
