Los responsables de la Consejería de Salud del Principado de Asturias consideran que las vacunas contra la COVID-19 han conseguido evitar la muerte de 253 personas mayores en dos meses.
Se trata de una estimación a la que se han referido este martes en una rueda de prensa el coordinador del Observatorio de Salud del Principado de Asturias, Mario Margolles y el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño.
Margolles se ha referido a que se han reducido considerablemente los fallecimientos de usuarios de residencias de mayores. Ha establecido la diferencia entre estos residentes y el resto de personas. «Con la diferencia que hemos tenido, podemos estimar que en estos dos meses que llevamos vacunando se han evitado, debido a la vacunación únicamente en residencias, 253 fallecimientos», ha comentado.
También ha hablado Mario Margolles de la alta letalidad de la COVID-19 en Asturias, que asciende a un 5 por ciento. «Una de cada 20 personas que han enfermado ha fallecido», ha afirmado. No obstante, ha apuntado al mayor riesgo cuando la edad es mayor. Las personas de más de 90 años tienen un 29 por ciento de riesgo de fallecer si contraen la enfermedad, ha dicho.
Por su parte, el jefe del Servicio de Vigilancia Epidemiología, Ismael Huerta, quien también ha participado en la misma rueda de prensa telemática, ha aprovechado para salir al paso de las dudas sobre la eficacia de la vacuna AstraZeneca frente a las vacunas de Pfizer o Moderna.
«No hay diferencia en la eficacia de las diferentes vacunas», ha señalado Huerta, que ha insistido en que las diferentes productos que se administran se han aprobado con unos resultados «muy buenos» en cuanto a los estudios de eficacia y seguridad. «Hay polémicas que a veces no entendemos con mucha claridad», ha dicho.
