Vox ha anunciado que uno de sus objetivos es ilegalizar a una fuerza inequivocamente democrática como el Partido Nacionalista Vasco y Andoni Ortuzar, presidente del partido jeltzale, les ha devuelto el dardo sin llegar a ir tan lejos.
Pero, eso sí, ha comprometido al PSOE a desactivar la influencia del partido de Santiago Abascal en la Comunidad de Madrid, Castilla y León y la Región de Murcia. Para ello Ángel Gabilondo, Luis Tudanca y Diego Conesa deberían garantizar la estabilidad de los gobiernos liderados por los populares Isabel Díaz Ayuso, Alfonso Fernández Mañueco y Fernando López Miras.
Ninguno de los tres barones socialistas han recogido el guante lanzado por Ortuzar, que asegura que el PP debe temer ante el auge de Vox: «Aunque no lo hagan por la vigencia del sistema democrático le deberían asustar sus expectativas electorales. El PP debería reaccionar, aunque sea por egoísmo y por radicalidad democrática».
EL CORDÓN SANITARIO DE ORTUZAR
Andoni Ortuzar asegura que el PP y el PSOE están recibiendo con simpatía el auge de Vox: «Unos, porque están atados a ellos con pactos más o menos confesables, y otros, porque creían que podría venirles bien para debilitar a sus oponentes».
Ahora, señala, «todos se tiran de los pelos y están espantados por los 52 escaños». Y por eso pide que se articule entre el resto de fuerzas «un cordón sanitario en torno al neofranquismo y al autoritarismo que es Vox».
La intención de Ortuzar, amante de la estrategia política, es que Abascal «no pinte nada ni condicione nada en la vida de las instituciones, más allá, lógicamente, de sus derechos como electos». Es por ello que pide al PP que rompa sus pactos con ellos y al PSOE que garanticen la estabilidad de diversos ejecutivos autonómicos liderados por populares.
URKULLU PROPAGA EL DISCURSO DE ORTUZAR
Andoni Ortuzar se muestra rotundo sobre el cordón sanitario: «Debemos sacar a Vox de la ecuación política democrática. Si no lo hacemos, terminará instalándose en el sistema democrático con el único objetivo de cargárselo. Primero serán las autonomías, luego las lenguas nacionales, luego los derechos civiles de mujeres y hombres, hasta volver a llevarnos al franquismo. Y no puede ser».
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El lehendakari Iñigo Urkullu también está propagando la teoría de su compañero y también ha pedido impulsar «un cordón sanitario» contra Vox en vez de «blanquearla haciéndole partícipe de acuerdos institucionales o dando viabilidad a sus propuestas».
La paradoja, según Urkullu, es que Vox pretende ilegalizar el PNV por no apoyar la Constitución «cuando ellos mismos defienden ideas que están fuera de ella, como la ilegalización de un partido democrático de acreditada tradición democrática o la supresión de las autonomías».
ABASCAL RESPONE A ORTUZAR
Santiago Abascal ha contestado al PNV desde Twitter: «El PNV lanza una arenga para hacernos un cordón sanitario: Que Vox no pinte nada, dicen. Tienen razón en tener miedo, porque se ha terminado ese panorama político en el que nadie les hizo frente».
El líder de Vox asegura que su partido «va a denunciar el chantaje permanente del partido de los recoge-nueces» (en clara referencia al libro ‘El árbol y las nueces’, que aseguraba que el PNV recogía frutos económicos para el partido y para Euskadi gracias a la presión que ejercía ETA).
Abascal asegura que el PNV «siempre ha pactado con ETA y sus herederos. Entendemos su temor a Vox. Somos los únicos que les hemos plantado cara. Con y sin representación. Y seguiremos denunciado su repugnante supremacismo racial y fiscal. Lo digo yo, que nací en Bilbao, como se lo puede decir Buxadé desde Barcelona, o cualquiera desde Andalucía».
El dirigente también cargó contra Ortuzar por pedir que se imponga un cordón sanitario detrás de un atril que contenía una mano feminista y la imagen del fundador del partido jeltzale: «Eso de diseñar un atril en el que aparece el símbolo feminista junto al misógino Sabino Arana no es más que la esencia del PNV: la hipocresía al cuadrado».