El incendio que desde ayer sábado afecta a los términos de Bera y Lesaka se encuentra estabilizado aunque todavía no controlado porque se mantienen puntos calientes a partir de los que podría reavivarse, sobre todo en el límite entre Navarra y Guipúzcoa en Lesaka, según se ha informado en la reunión que esta mañana ha mantenido el Comité Asesor de Emergencias (CAE) en el que ha participado telemáticamente la Presidenta María Chivite.
La persistencia de fuertes rachas de viento han impedido la intervención de medios aéreos, y la previsión meteorológica anuncia precipitaciones débiles en la zona que, de confirmarse, posibilitarían la desactivación del Nivel 2 del Plan de Emergencias para Riesgo de Incendios Forestales y la retirada de los efectivos desplazados por la Unidad Militar de Emergencias (UME).
Tras la que tuvo lugar ayer, el CAE ha celebrado otra reunión en la que han estado presentes la directora general de Interior, Amparo López; el director del Servicio de Protección Civil, José Javier Boulandier, y representantes del Servicio de Medio Ambiente, Policía Foral y SOS Navarra. Telemáticamente han participado, además de la presidenta de Navarra, el director del Servicio de Bomberos, Francisco Baldanta; el teniente coronel responsable de la UME y representantes de la Delegación del Gobierno y de la Guardia Civil.
A lo largo de la sesión se ha evaluado el funcionamiento del operativo desplegado al declararse el incendio y las medidas que se han ido tomando. En este sentido se ha destacado que a pesar de intervenir recursos de tres territorios diferentes -Navarra, Guipúzcoa y Francia, además de la UME- la colaboración «ha sido constante y efectiva de forma que se han podido distribuir los efectivos para atacar los diversos frentes».
La presidenta Chivite ha informado que el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, se había interesado por la situación y acerca de la posible necesidad de más recursos estatales, y que también había mantenido una conversación con el lehendakari Íñigo Urkullu en la que ambos habían valorado positivamente la coordinación operativa de los recursos de ambas comunidades. María Chivite ha agradecido nuevamente el esfuerzo de todos los participantes en las labores de extinción del fuego.
La planificación conjunta de las actuaciones ha permitido estabilizar el fuego durante la noche y el control de algunos flancos, como el de Baztan asignado a la UME o el del norte en el que trabajaban los bomberos de varios parques navarros que se encontraban fuera de servicio y han respondido al llamamiento de los responsables del servicio, que pretendía preservar los turnos diarios en los parques por si se declaraban otros incendios como ocurrió ayer. También trabaja en la zona personal del Guarderío Forestal y agentes de Policía Foral y Guardia Civil, además de voluntarios de Cruz Roja.
Una primera valoración realizada con cálculos aproximados indicaba que a primera hora de esta mañana había podido arder ya unas 1.600 hectáreas, aunque no se podrá tener la certeza de la superficie quemada ni el grado de afectación a la vegetación y arbolado -sobre todo pastos, matorral y repoblaciones- hasta que no se pueda reconocer la zona desde el aire.
Ante la posibilidad de que amainase la fuerza del viento ayer se solicitó al Ministerio para la Transición Ecológica el envío de medios aéreos a los que se sumarían los helicópteros del Gobierno de Navarra, pero como ocurrió ayer no se han dado las condiciones meteorológicas necesarias para poder volar con seguridad.
Ninguna persona ha resultado herida, y tampoco se han registrado daños en viviendas o caseríos. Tras los problemas de tráfico registrados ayer sábado por la presencia de camiones en la N-121-A, que fueron evacuados por Policía Foral y Guardia Civil, a primeras horas de esta mañana ha quedado normalizado en tráfico en la carretera de Pamplona a Behovia.
La lluvia que podría caer esta tarde en la zona podría permitir el levantamiento del Nivel 2 del Plan de Emergencias para Riesgo de Incendios Forestales, activado ayer al comprobarse que el incendio no podía ser atajado sólo con los medios propios de la Comunidad foral y por el riesgo existente para las personas. También posibilitaría la retirada de los efectivos de la UME, que realizan tareas de remate y refresco en el área quemada por el frente de Bera.