Cuando se cumplen estos días un año de pandemia, las vacunas aún no son la solución y seguimos inmersos en mascarillas, distancias, confinamientos perimetrales, restricciones horarias y toques de queda. Por cansancio o rebeldía, mucha gente no se rinde y quiere moverse y salir de fiesta. Para ello muchos quieren aprovechar los baratos y fáciles test de antígenos para confirmar que son negativos y así creerse libres para todo. Pero nada más lejos de la realidad.
Aparte de que estos test no son del todo infalibles y pueden dar un falso negativo, es una prueba que sólo te dice que en ese lugar y en ese momento no estás contagiado. Pero la lógica dice que al salir de allí puedes adquirir el covid-19 al entrar en el metro o al verte con los amigos o familiares. Además, está el factor psicológico. El ser humano es confiado tras unas buenas noticias. Si das negativo, tenderás a relajar los cuidados que tenías e incluso dejar de tomar las medidas que tomabas antes, como si un resultado negativo fuera como si estuvieras inmunizado.
Varias clases de test, diferentes resultados
Otro factor a tener en cuenta, al margen de lo señalado, es que no hay un sólo test de antígenos, sino varios tipos, por no hablar de otras premisas como el momento en que se realiza o la intención con la que se lleva a cabo.
El test más común es el rápido de anticuerpos, precisamente por la inmediatez a la hora de saber si tienes o no coronavirus. Se hace con una pequeña muestra de sangre, pero esto no nos podrá decir si nuestro cuerpo ha generado respuesta inmunitaria contra el virus. Por tanto no podemos saber si tenemos una infección activa o no. Eso sin contar con que su sensibilidad es baja y como decíamos puede dar un falso negativo. Por ello los especialistas recomiendan usar esta prueba para meros estudios epidemiológicos. Sería como una fotografía general y sin mucha resolución.
Test de antígenos rápida
Para esta prueba te introducen un hisopo por la nariz. Con ello en este caso si se puede identificar una infección activa ya que detecta proteínas virales y en pocos minutos. Pero en este caso tampoco se puede descartar una infección en un caso que de negativo, sobre todo en personas asintomáticas. Y como con todo, hay test de más y de menos calidad. En este sentido, sólo se deben utilizar aquellas que cumplen los criterios de la OMS, con un sensibilidad de un 80% y una especificidad de un 97%.
Una foto caduca e inexacta
De cualquier forma, imaginemos que el resultado refleja la realidad. Como decíamos, es una fotografía ahí y en ese momento. ¿Cuál es el problema? Que en el inicio de la infección la carga es baja, por lo que la prueba puede dar negativo, el típico caso de una persona ya infectada pero sin síntomas. Esto es más probable aún en una prueba rápida de antígenos donde la muestra en busca de proteínas virales no se amplifica. Eso no pasa en una PCR.
Pero obviamente, aunque te hagas una PCR para irte de viaje o de fiesta tranquilo, pasará como con el test de antígenos: estarás «limpio» en ese instante, pero en pocos minutos u horas te puedes contagiar, sobre todo si bajas la guardia tras la alegría del resultado, algo que seguramente es bastante común.
El test de antígenos como mera información y no como excusa
En definitiva, los test de antígenos deben de realizarse como una forma de control de la pandemia y saber la proporción aproximada de contagio entre la población, qué porcentaje se infecta del total. Pero nunca debe de ser una forma de relajarse en el caso de los negativos, y menos aún una especie de salvoconducto para poder tener una mayor movilización o servir de excusa para visitar a un familiar o acudir a una reunión o fiesta.
En cuanto a la eficacia de control, hay que tener además en cuenta que para poder realizar un adecuado control y prevención, hay que realizar estos test de antígenos repetidamente y con un uso adecuado estadístico. Es un frente más en esta lucha diaria contra el covid-19.