Pablo Casado alcanzó la montaña, victoria en las primarias; bajó al valle, revés histórico en las generales de abril; escaló otra vez en las autonómicas y municipales de mayo; y ha vuelto a bajar en las estatales de noviembre.
Esta montaña rusa le está pasando factura al palentino, que se ha quedado lejos de los cien escaños soñados y ha visto con peligro que Vox haya sustituido a Ciudadanos como fuerza que le puede robar la hegemonía dentro del centro-derecha.
El desánimo que cunde en Génova 13 podría compensarse gracias a Ciudadanos, fuerza a la que pretenden eliminar mediante pacto o asalto. No lo tendrá fácil Casado, que sabe que Inés Arrimadas tiene la intención de mantener la marca naranja.
CASADO Y LA TRIPLE CITA PARA 2020
En 2020 se celebrarán previsiblemente tres citas autonómicas que tendrán consecuencias en los cimientos del PP. La cita más importante para Pablo Casado son las elecciones gallegas, cita en la que Alberto Núñez Feijóo busca su cuarta mayoría consecutiva gracias a la falta de implantación de Ciudadanos y Vox en el noroeste español.
En las otras dos citas podría vislumbrarse un pacto entre PP y Ciudadanos: Alfonso Alonso superó sus reticencias iniciales e intentó acuerdo en Euskadi, pero Albert Rivera entonces derribó sus propósitos; y en Cataluña el desgaste naranja y la debilidad azul podrían invitar a que se lance un España Suma autonómico.
En el País Vasco existen dudas sobre si Alfonso Alonso es la persona idónea para encabezar la lista del PP por su guerra con Casado y en Cataluña, si no hay pacto con Cs, Alejandro Fernández se estrenará como candidato en el caso de previsible adelanto electoral.
BAJÓN ANÍMICO
Teodoro García Egea está haciendo un puntilloso trabajo para adaptar la estructura del Partido Popular a los deseos de Pablo Casado, que tiene que lidiar con barones que no se pliegan a sus deseos, Feijóo o Alfonso Alonso, y con otros líderes regionales que han demostrado un escaso tirón electoral.
Es el caso de María José Saénz de Buruaga (Cantabria), Isabel Bonig (Comunidad de Valencia) o Luis María Beamonte (Aragón). Por lo pronto desde Génova 13 ya se han impuesto cambios: Teresa Mallada por Mercedes Fernández (Principado de Asturias) y Australia Navarro por Asier Antona (Canarias).
También se esperan cambios en el PP riojano: el expresidente José Ignacio Ceniceros está dado por amortizado tras el tropezón electoral de mayo y en la renovación tendrá mucho que decir Cuca Gamarra, vicesecretaria general de Política Social.
PODER TERRITORIAL, VOX Y PSOE
En Génova 13 han sobrevolado nubarrones por las operaciones que está alentado el PSOE para ejecutar dos mociones de censura en la Región de Murcia, donde el PP se está ahogando en el Mar Menor, y en Castilla y León, tierra en la que Francisco Igea (Cs) parece estar encantado con el asunto.
Estos dos baches podrían facilitar que Vox sueñe con el sorpasso sobre el Partido Popular, especialmente porque ha visto lo rentable que es hacer sangre contra los populares en la Región de Murcia: ganaron en las generales tras hacer sangre con la crisis medioambiental del Mar Muerto.
Casado también estará atento que los mensajes ruidosos de Vox en el Congreso contra el previsible Gobierno que formen PSOE y Unidas Podemos no desdibuje su mensaje y lo haga escasamente audible.
CASADO, PRESIONADO Y DESAPARECIDO
Feijóo está encabezando el sector mayoritario del PP que pide a Casado que inicie una negociación con Pedro Sánchez para evitar que el PSOE pacte con Unidas Podemos y ERC. José María Aznar, enThe Wall Street Journal, asegura que «el Gobierno de España y las instituciones tienen que afrontar el intento de secesión en Cataluña».
El expresidente dice que «el resultado de las elecciones no es el más deseable para hacerlo, y si el Gobierno es uno radical de izquierdas con apoyo o consentimiento del independentismo, será imposible».
Y añade: «Con el resultado de estas elecciones solo había dos fórmulas posibles de gobierno: o una coalición de partidos constitucionalistas -que hubiera sido la deseable-, o una fórmula Frankenstein de socialistas radicales y comunistas con la complicidad de los independentistas. Parece que esta última es la fórmula elegida».