Exdiputados de Cs en el Parlament culpan a la cúpula del resultado en Cataluña y exigen cambios

Varios exdiputados de Ciudadanos en el Parlament de Cataluña han difundido un comunicado en el que culpan a la dirección del partido de que éste haya sufrido «el más estrepitoso batacazo» en las elecciones catalanas de este domingo y exigen que se asuman responsabilidades y se produzcan «cambios de liderazgo a nivel nacional y en Cataluña», así como una «profunda regeneración» interna.

Renovadores, una plataforma impulsada por cargos y militantes de Cs en Cataluña, sostiene que los resultados de la formación naranja el 14-F son consecuencia de «un cúmulo de desaciertos y errores estratégicos y de comunicación, de liderazgo y dirección» cometidos en los últimos años que «culminan con una campaña electoral fallida».

Señalan que a la pérdida de un millón de votos respecto a las autonómicas de 2017 –que ha hecho bajar a Ciudadanos de 36 a seis diputados en el Parlament, quedando en el séptimo puesto tras haber ganado las elecciones hace tres años– se suma «la huida continua y sin parangón de afiliados y cargos electos».

Pero además, este sector crítico indica que bajo el liderazgo de Arrimadas, los resultados electorales de Cs, «lejos de mejorar, han empeorado cada vez más», ya que en las elecciones autonómicas gallegas y vascas del pasado julio los resultados fueron, a su juicio, «malos y decepcionantes».

MÁS RENDICIÓN DE CUENTAS Y PARTICIPACIÓN DE LOS AFILIADOS

Por ello, exigen «de forma imprescindible e inaplazable responsabilidades y cambios de liderazgo a nivel nacional y de Cataluña, así como cambios en la organización del partido y en las personas que la componen».

Además, reclaman «una profunda regeneración» en la formación naranja, «una mejora sustancial en transparencia y rendición de cuentas» y que se amplíe la capacidad de participación y decisión de los afiliados «para recuperar la ilusión y esperanza que tantos han perdido» y que creen que se necesitarán para alejarse de los últimos fracasos electorales.

El comunicado ha sido suscrito por los exdiputados en el Parlament Antonio Espinosa, Sergio Sanz, María Valle y Carmen de Rivera y por otros cargos y militantes, como Pedro Miret, Miguel Angel Ibáñez, Tomás Simón, Fausto Ramírez y Fernando Sánchez Contador.

Los cuatro exdiputados solicitaron el año pasado unas nuevas primarias para elegir al candidato a la Generalitat, después de que la dirección de Cs designase directamente a Carlos Carrizosa en sustitución de Lorena Roldán.

SE HA «DESPERDICIADO» LA VICTORIA DE 2017

En su opinión, el primer error que cometió la formación naranja fue que Arrimadas, tras ganar los comicios de 2017 en Cataluña aunque sin una mayoría suficiente para formar gobierno, dejara su escaño en el Parlament para presentarse a las elecciones generales de abril de 2019. Consideran que dio una imagen de «falta de confianza en la propia capacidad para articular» en torno a Cs «una auténtica alternativa de gobierno al independentismo».

Igualmente, creen que se debería haber presentado una moción de censura contra el presidente Carlos Puigdemont, aunque se hubiese perdido.

De esa manera, añaden, se habría presentado a Arrimadas «como líder indiscutible con claras y serias aspiraciones a presidenta de la Generalitat» y a Cs como un partido de gobierno, en vez de apostar por «ser y mostrarse como un eterno partido de oposición, incapaz de tejer alianzas con otras fuerzas políticas» y obtener apoyos en la socidad catalana para echar al independentismo del Govern.

«A la vista de todo ello, mucha gente que nos votó no ha vuelto a repetir porque ha llegado a la conclusión de que en los últimos años hemos desperdiciado un éxito histórico», concluye el grupo de críticos.

UNA COALICIÓN ELECTORAL «IMPOSIBLE»

Otro error que aprecian es la propuesta de Arrimadas de que Ciudadanos, el PSC y el PP concurrieran juntos a las elecciones de este domingo en Cataluña, porque les parece «una estrategia ingenua y con una finalidad exclusivamente propagandística que nacía condenada al fracaso» por la falta de un acuerdo previo mínimo entre los partidos.

Piensan que esta estrategia ha perjudicado a Cs al mostrarlo como un partido «débil y subalterno del PP y del PSC», que renunciaba a presentarse a los comicios como un proyecto claramente diferenciado pese a que era el referente de las fuerzas constitucionalistas en el Parlament.

Asimismo, creen que, en un contexto de «polarización, populismo y separatismo» en Cataluña, el proyecto singular de Cs resultaba «más necesario que nunca» y, por tanto, era «una exigencia» que compitiera con su propia marca para ganar al PSC.

En cambio, el mensaje que se transmitió a los catalanes es que «dábamos por hecho que no íbamos a ganar las elecciones, que ni tan siquiera íbamos a ganar a los socialistas, y por ello nuestro objetivo ha sido poco ambicioso» y se ha limitado a pedir que «el PSC no pacte con ERC un nuevo tripartito», lamentan.

Por otro lado, opinan que esta estrategia «ha distanciado a la dirección del partido de sus bases» porque en nombre de «una imposible coalición», el Comité Permanente «ha sacrificado e impedido la participación de los afiliados» en unas primarias para elegir al aspirante a la Presidencia de la Generalitat.

DESMOVILIZACIÓN DE AFILIADOS Y ELECTORES

«Con esta decisión se ha ahondado en la desmovilización sin precedentes que vive el partido y que afecta tanto a sus simpatizantes y electores como a sus afiliados, produciéndose la mayor baja de afiliados de su historia», afirman, advirtiendo de que si la militancia no está volcada en la campaña, «es imposible ganar unas elecciones».

Desde la plataforma Regeneradores apuntan también a otras equivocaciones, como «la incomprensión de la dirección del partido por el municipalismo», pues consideran que no se potencia la conexión de los concejales de Cs con los vecinos, y el distanciamiento de «los vigentes liderazgos» respecto al electorado.

Por último, denuncian «claros fallos de comunicación» en la campaña para el 14-F, como los carteles de personas abrazándose a sí mismas que tuvieron que ser retirados o «la falta de una adecuada campaña para estimular la participación» de los catalanes no independentistas.