Pese a que los líderes de PSOE y Unidas Podemos, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias sellaron ayer un preacuerdo de Gobierno de coalición, lo cierto es que no han hecho más que sentar las bases de una negociación para captar apoyos de cara a un Ejecutivo que depende necesariamente de otros partidos. Con sus 13 escaños, una de las fuerzas mejor posicionadas para negociar su respaldo a la ansiada estabilidad es ERC. Pero los independentistas no reconocen la referencia a Cataluña recogida en el preacuerdo de Gobierno. ERC exige que se hable de conflicto político y no de problema de convivencia en Cataluña, y reitera su «no» a la investidura de Sánchez a condición de que se hable en los términos exigidos.
La portavoz y secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta, ha afirmado que su formación parte del ‘no’ a la investidura del presidenciable Pedro Sánchez, pero ha añadido que, si el candidato de PSOE quiere que los republicanos reconsideren su posicionamiento, tiene que volver a apostar por el diálogo y reconocer que el problema en Cataluña no es interno y de convivencia, sino político y con el resto de España.
«Tiene que sentarse y hablar. Entender que aquí hay un conflicto político que requiere de una solución democrática y política. Si quieren algo de nosotros se tienen que sentar y hablar, y, si no, no hay nada que hacer», ha expresado en declaraciones a los periodistas en los pasillos del Parlament, en las que ha concretado que también piden este gesto Unidas Podemos.
Preguntada por si el ejercicio del derecho a la autodeterminación tiene que constar en ese diálogo que piden con los republicanos, ha reiterado: «Hay que reconocer que hay un conflicto político y por lo tanto abordarlo democráticamente y políticamente, y por lo tanto poner toda la voluntad política que hasta ahora no hemos visto. Ahora mismo en las condiciones en las que estamos es clarísimo que es un ‘no».
Los de ERC, que se abstuvieron en el último debate de investidura de Sánchez consideran que la situación ha cambiado y recuerdan que en julio ya advirtieron que en el «escenario postsentencia (del 1-O) sería mucho más difícil».
A esto se añade que consideran que Sánchez ha «aplaudido la sentencia del Supremo contra los líderes independentistas, ha negado reiteradamente el diálogo con la Generalitat, y en campaña proponía medidas en contra de la educación en Cataluña, de los medios de comunicación catalanes e incluir en el Código Penal la convocatoria de un referéndum, además de nuevas amenazas de 155.
LA PALABRA «CONVIVENCIA» EN EL DOCUMENTO
Tampoco ayuda que en el preacuerdo que han presentado este mismo martes Sánchez y el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se incluyan puntos como el número nueve, que hace referencia a «garantizar la convivencia en Cataluña».
El Gobierno de España tendrá como prioridad garantizar la convivencia en Cataluña y la normalización de la vida política. Con ese fin, se fomentará el diálogo en Cataluña, buscando fórmulas de entendimiento y encuentro, siempre dentro de la Constitución. También se fortalecerá el Estado de las autonomías para asegurar la prestación adecuada de los derechos y servicios de su competencia. Garantizaremos la igualdad entre todos los españoles», reza el punto.
Este apartado hace referencia a una propuesta compartida por las formaciones firmantes del preacuerdo: que primero de todo, tiene que haber un acuerdo entre los catalanes; y, además, el documento se subraya que toda solución debe tener cabida en la Constitución.
La portavoz de ERC ha explicado que no han mantenido contactos ni con miembros del PSOE ni de Unidas Podemos y que no tenía constancia de que este preacuerdo iba a producirse.
Además, la líder de ERC se ha mostrado crítica con la repetición electoral y el coste político que a su juicio se ha producido, que es un fortalecimiento de la extrema derecha y que atribuye a Sánchez.