Las encuestas se quedaron cortas. Ciudadanos ha conseguido menos escaños de los que le pronosticaban los diferentes sondeos. Y eso que ya anunciaron una caída considerable. Los de Albert Rivera han materializado su debacle electoral, al pasar de ser la tercera, con 57 escaños y a tan solo 9 del PP, a conseguir solo 10 representantes. 47 menos. Poco le ha durado la alegría de abril a los dirigentes naranjas, que se distancian notablemente de su pretensión de convertirse en la primera fuerza de la oposición.
Este anunciado, pero a la vez inesperado resultado, haría replantear el futuro de Rivera al frente de la formación. En su primera valoración tras conocerse los resultados, el catalán ha reconocido la derrota y ha insistido en que como líder, él «es el que tiene que asumir los malos resultados». Aún así, de momento no ha dimitido, aunque ha puesto su cargo a disposición de la Ejecutiva nacional de su partido -una Ejecutiva que él mismo reformó con afines a su persona tras la sucesión de fugas-. Hoy se convocará esa reunión y también ha anunciado un congreso extraordinario con la militancia para que ellos «tomen las riendas del partido».
Un cabizbajo Rivera, acompañado de otros pesos pesados del partido como Inés Arrimadas, José Manuel Villegas -que se ha quedado sin escaño- o Marta Rivera, ha salido a dar la cara en la sede madrileña de la formación. Lugar en el que se habían reunido varios militantes, que finalmente no han podido celebrar un buen resultado, pero sí le han compensado con una fuerte ovación. Además de agradecer a todos los españoles que han trabajado para que sean posibles las elecciones, Rivera ha dedicado sus primeras palabras a felicitar a Pedro Sánchez. «Los españoles han querido que el PSOE renueve su victoria», ha añadido.
Tras estos resultados, Rivera, que ha sido presidente de Ciudadanos durante 13 años, podría dejar de serlo. Y la candidata que tiene más papeletas para asumir este liderato sería Inés Arrimadas. Su carisma y fuerte enganche mediático la harían la posible sucesora. Un nombre que ha sonado fuerte desde que se conocieran los primeros augurios de las encuestas. Fue precisamente con ella como cabeza de lista cuando tuvo lugar la histórica victoria de Ciudadanos en las últimas elecciones catalanas de 2017.
CIUDADANOS, LA SEXTA FUERZA
Vox, Unidas Podemos y Esquerra Republicana han conseguido mejor resultado que Ciudadanos, que se ha convertido en la sexta fuerza. La formación naranja se enfrentaba a sus cuartas elecciones desde que se presentara por primera vez a unas generales en 2015. Ese primer año alcanzaron los 40 escaños, una cifra que bajó hasta los 32 en la repetición electoral de 2016.
Durante estos tres años la formación fue ganando adeptos, sobre todo, a raíz del conflicto catalán. Ciudadanos, que comenzó hace más de una década en Cataluña, supo convertir su lucha contra el desafío separatista en su mejor baza para captar votantes. Esto quedó visible en los comicios autonómicos catalanes de 2017, tras el referéndum de autodeterminación del 1-O. En esa ocasión consiguieron ganar las elecciones, aunque no pudieron finamente gobernar.
Este hundimiento de la formación tampoco beneficia al bloque de derechas. Vox se convertiría ahora en el primer apoyo para PP. Los de Santiago Abascal han logrado 52 parlamentarios, que se sumarían, en un hipotético intento de gobernar, a los 88 del Partido Popular. Ciudadanos con sus 10 escaños podría tener poco margen de decisión en cualquier maniobra de negociación.
Este resultado final supera a los pronósticos que ya adelantaban las encuestas a lo largo de este mes. La mayoría de ellas coincidían en unos datos que rondaban la veintena para los naranjas, pero en ningún caso bajaban esas cifras hasta la decena, como finalmente ha ocurrido.
CONSOLIDACIÓN DE LA CRISIS INTERNA
Estos resultados vienen a refrendar la profunda crisis que ha envuelto al partido desde este verano. Sus idas y venidas ideológicas, que han ido alejando su posicionamiento desde el centro hasta la derecha, ha provocado la salida de varios dirigentes en los últimos meses. Incluso algunos de los fundadores de la formación han decidido abandonar sus filas debido al descontento con las decisiones de la dirección nacional, como por ejemplo su veto sin discusiones a los socialistas.
Toni Roldán, uno de los integrantes de la Ejecutiva de Ciudadanos, fue el que abrió la veda. Justificó su salida de la formación por el viraje a la derecha y la aproximación a la ultraderecha. Tras sus pasos salieron otros dirigentes como el eurodiputado Javier Nart, quien dimitió pero no entregó su acta, o el diputado Francisco de la Torre.
También fue muy sonado el enfrentamiento que protagonizó con su fichaje estrella para las municipales en Barcelona, el independiente Manuel Valls, quien fue otro de los que abandonó la agrupación. Valls se mostró en varias ocasiones contrario a la aproximación con Vox, algo que ahora ha vuelto a recordar tras la subida de los ultraderechistas. “Avise sobre el peligro de Vox. No se podía pactar con ellos sin perder el alma. La ultraderecha lo contaminará todo”, ha escrito en su cuenta de Twitter, lanzando entre líneas un reproche a Rivera.
En cuanto a los fundadores que se bajaron del barco fueron concretamente dos. Francesc de Carreras y Xavier Pericay, ambos descontentos con las decisiones que defendía la organización. Esta sucesión de bajas también se notó a nivel regional, con la salida, por ejemplo, del exlíder asturiano Juan Vázquez, o el que fuera secretario de Programas y Áreas Sectoriales de Ciudadanos en Murcia, Miguel López Bachero.