El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha reclamado a las compañías farmacéuticas un «aumento masivo de la producción» de vacunas contra el coronavirus para paliar la falta de dosis a nivel mundial.
En rueda de prensa este viernes desde la sede de la OMS en Ginebra (Suiza), Tedros ha celebrado la iniciativa del laboratorio de Sanofi de poner a disposición su infraestructura de fabricación para apoyar la producción de la vacuna de Pfizer/BioNTech.
«Pedimos a otras empresas que sigan este ejemplo. Las empresas también pueden conceder licencias no exclusivas para que otros productores puedan fabricar su vacuna, un mecanismo que ya se ha utilizado anteriormente para ampliar el acceso a los tratamientos contra el VIH y la hepatitis C», ha sugerido.
En este punto, Tedros ha recordado que el Grupo de Acceso a la Tecnología COVID-19 (C-TAP) permite la concesión voluntaria de licencias de tecnologías de forma no exclusiva y transparente, proporcionando una plataforma para que los desarrolladores de herramientas contra el coronavirus compartan conocimientos, propiedad intelectual y datos. «Este intercambio de conocimientos y datos podría permitir el uso inmediato de la capacidad de producción no aprovechada y ayudar a construir bases de fabricación adicionales, especialmente en África, Asia y América Latina», ha detallado.
De la misma forma, ha sostenido que ampliar la producción a nivel mundial «también haría que los países pobres dependieran menos de las donaciones de los ricos». «Son tiempos sin precedentes y aplaudimos a los fabricantes que se han comprometido, por ejemplo, a vender sus vacunas a precio de coste», ha agregado.
Sin embargo, ha reivindicado que «los fabricantes pueden hacer más»: «Habiendo recibido una importante financiación pública, animamos a todos los fabricantes a compartir sus datos y su tecnología para garantizar un acceso equitativo a las vacunas a nivel mundial. Y hacemos un llamamiento a las empresas para que compartan sus expedientes con la OMS de forma más rápida y completa de lo que lo han estado haciendo, de modo que podamos examinarlos para que se incluyan en la lista de uso de emergencia».
RECLAMA A LOS PAÍSES RICOS QUE COMPARTAN LA VACUNA CON LOS MÁS POBRES
Por otra parte, Tedros ha reclamado a los gobiernos de todo el mundo que compartan las dosis de las vacunas contra el COVID-19 con otros países más pobres una vez hayan vacunado a sus personas mayores y a los profesionales sanitarios.
«Algunos países ya han vacunado a grandes proporciones de su población que tienen un menor riesgo de enfermedad grave o muerte. Todos los gobiernos tienen la obligación de proteger a su propia población. Pero una vez que los países con vacunas han vacunado a sus propios trabajadores sanitarios y a las personas mayores, la mejor manera de proteger al resto de su población es compartir las vacunas para que otros países puedan hacer lo mismo», ha argumentado.
En este sentido, ha insistido en que «cuanto más tiempo se tarde en vacunar a las personas de mayor riesgo en todas partes, más oportunidades se dará al virus de mutar y evadir las vacunas». «En otras palabras, a menos que suprimamos el virus en todas partes, podríamos volver al punto de partida», ha alertado.
Pese a que ha celebrado que el número de vacunaciones a nivel mundial haya superado a las infecciones registradas, ha recordado la inequidad que se está observando en el proceso de vacunación. «En cierto sentido, es una buena noticia y un logro notable en tan poco tiempo. Pero más de tres cuartas partes de esas vacunaciones se realizan en solo 10 países que representan casi el 60 por ciento del PIB mundial. Casi 130 países, con 2.500 millones de personas, aún no han administrado una sola dosis», ha denunciado.
Tedros ha vuelto a insistir en que los primeros en vacunarse deben ser los mayores y los sanitarios. «En algunos países existe la inquietante idea de que está bien que las personas mayores mueran. No está bien. Nadie es prescindible. Todas las vidas son preciadas, independientemente de la edad, el sexo, los ingresos, la situación legal, la etnia o cualquier otra cosa. Por eso es tan importante que se dé prioridad a la vacunación de las personas mayores en todo el mundo. Las personas con mayor riesgo de contraer enfermedades graves y de morir a causa del COVID-19, incluidos los trabajadores sanitarios y las personas mayores, deben ser las primeras, y deben ser las primeras en todas partes», ha añadido.