El partido naranja ha dado un giro a su estrategia electoral, dando a conocer que tomarán las decisiones necesarias para que los resultados del 10-N no arrastren al país a unas terceras elecciones. Ha sido Carlos Carrizosa, el presidente de Cs en el Parlament de Cataluña, el que ha afirmado este miércoles que el partido de Rivera «no va a bloquear un próximo gobierno», lo que sugeriría su abstención en caso de que sea necesaria.
Carrizosa, que ha compadecido frente a los medios este miércoles en Girona, ha explicado que, en caso de que el PSOE no aceptara sus condiciones, no pactarían con ellos, pero tampoco abocarán al país a unas terceras elecciones. En palabras de Carrizosa: «No nos embarcaremos con Sánchez, pero no abocaremos a los españoles a unas terceras elecciones».
Las principales condiciones que Ciudadanos impondría al PSOE serían, según el dirigente, la defensa de la convivencia, el establecimiento de un régimen económico más favorable, y la reforma del país. entorno a la unión e igualdad de los españoles. Cualquier acuerdo con el líder socialista vendría por tanto supeditada al cumplimiento de Sánchez a estas condiciones.
Esta nueva declaración de intenciones por parte de Cs podría asimismo abrir la puerta a pactos con el resto de partidos de derecha, en caso de que una coalición constitucionalista pudiera desbloquear el país tras el 10-N.
Carlos Carrizosa ha comentado también que Sánchez «es capaz de manipular electoralmente a las principales instituciones del Estado», ante lo que ha asegurado que Ciudadanos se mantendrá siempre junto a las instituciones y defenderá que Carles Puigdemont «tiene que comparecer ante la justicia española y responder por sus delitos».
RIVERA CAMBIA RESPECTO A SU TÁCTICA DEL 28-A
La formación liderada por Albert Rivera estaría modificando por tanto la estrategia que siguió en las generales de abril, por la que aseguraron no pactar con Pedro Sánchez bajo ningún concepto. Así lo aprobó de forma unánime el ejecutivo del partido mediante votación, aunque la decisión no incluía los posibles acuerdos con el partido socialista en municipios y comunidades.
Tras las elecciones de abril, el partido naranja habría visto los frutos de la maniobra, dado que los positivos resultados que obtuvo el partido tras el 28-A permitirían a la formación seguir intentando consolidarse como la opción mayoritaria en la oposición a Sánchez. Inés Arrimadas dio fe del éxito de su táctica, cuando dijo en mayo: «Los votantes han avalado nuestra estrategia en las urnas».
Habrá que ver si esta nueva perspectiva ayuda al partido naranja a superar las malas predicciones que las encuestas han augurado para ellos, que de cumplirse borrarían por completo la idea de Rivera de colocarse como principal opositor a Sánchez.