Manuel Valls apuntillará a Ciudadanos si Rivera se hace un UPyD

  • El exprimer ministro francés lanzará una plataforma estatal.
  • Valls podría pescar entre los desencantados con Albert Rivera.
  • Un fracaso de Ciudadanos podría asegurarles un gran lanzamiento.
  • A Manuel Valls se le ha quedado pequeño el Ayuntamiento de Barcelona y buscará próximamente una tarea de altura: lanzar una plataforma centrista que compita en las urnas contra Ciudadanos.

    El desgaste de Albert Rivera el 10-N podría contribuir a que el fundador de Barcelona pel canvi tenga fortuna en su nueva tarea. Para lograrlo Valls pretende rodearse de algunas caras conocidas.

    Es el caso de Toni Roldán, que dejó Ciudadanos por la negativa de Albert Rivera a explorar siquiera las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez. Este economista es el gran favorito para ser el número dos del nuevo proyecto.

    CIUDADANOS COMO UPYD

    Albert Rivera tuvo durante años razones de peso para vengarse de UPyD. Y es que los magentas habían rechazado una alianza con Ciudadanos cuando estos eran un partido minúsculo del Parlament de Catalunya.

    Las pésimas previsiones electorales de Rivera podrían precipitar un éxodo desde Ciudadanos hacia la nueva plataforma en la que podría estar Nicolás Redondo Terreros, el exlíder del PSE que ha recibido apoyos en el centro-derecha por su vehemente oposición al nacionalismo vasco.

    Otras de las estrellas que suenan en este nuevo proyecto, tal y como asegura Voz Pópuli, son el exmilitante socialista José María Múgica o el exlíder de UPyD, Gorka Maneiro.

    VALLS Y LOS INTELECTUALES DE CIUDADANOS

    Frances de Carreras, Félix Ovejero o Arcadi Espada podrían sumarse a la nueva aventura del exprimer ministro francés. Estos tres intelectuales contribuyeron al nacimiento de Ciudadanos, pero están distanciados de los naranjas por la frialdad de Albert Rivera con los miembros fundadores del partido.

    Rivera es consciente de que en su salto a Madrid y en sus virajes ideológicos se ha dejado muchos pelos en la gatera. Especialmente por su abandono del centro y su decisión de participar en gobiernos sostenidos por una fuerza nacionalista como Vox.

    Valls
    El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el exprimer ministro francés Manuel Valls. Foto: Twitter.

    Valls aseguró hace unos días en COPE que “no hay un compromiso posible entre la izquierda y el nacionalismo después de la experiencia vasca y catalana”, evidencia de que su objetivo es crear un nuevo centrismo bisagra que sostenga al PP y al PSOE sin pasar por Vox o los nacionalistas.

    LOS OBJETIVOS DE VALLS

    Manuel Valls nunca ha ocultado su interés por lanzar un partido europeísta, laico y antinacionalista en España. El concejal de Barcelona ha ido marcando distancias con Rivera en cuanto Ciudadanos decidió abandonar el centro para situarse en una de las dos trincheras.

    El 30 de octubre en la sede de la Fundación Diario Madrid, refugio de azañistas y de desencantados con el socialismo, se puso en marcha esta plataforma que podría convertirse en partido.

    Quizás el salto a las urnas lo dé en 2020, año en el que podrían coincidir las elecciones autonómicas vascas y catalanas. Y ambas citas parecen propicias para un proyecto de estas características.

    LA REFUNDACIÓN DE CIUDADANOS

    Algunos exmilitantes de Cs podrían sumarse a este proyecto en vez de apostar por derrocar a Albert Rivera en unas primarias. Y es que la débil estructura del partido naranja facilita el ordeno y mando de José Manuel Villegas, que todavía no ha dado unas explicaciones concretas sobre el pucherazo castellano-leonés.

    Cierto es que el propio Rivera dejó abierta la posibilidad de dejar el liderazgo de Ciudadanos si se confirman los pronósticos para el 10-N. Pero pocos creen que esta promesa se llevará a cabo.

    Aunque hay consenso sobre la posible sustituta de Rivera: Inés Arrimadas, que se ha fajado en los últimos tiempos por defender al líder de Ciudadanos, anémico de apoyos durante los últimos meses.

    EN BUSCA DEL CENTRO PERDIDO

    En los últimos cuarenta años casi todos los partidos han buscado el centro, lugar desde el que según todos los politólogos se ganan las elecciones. El primero en alabar el reformismo moderado fue la UCD, nutrida por prebostes del franquismo más aperturista.

    Adolfo Suárez dejó el proyecto tras dimitir como presidente del Gobierno y puso en pie el CDS, que se hundió tras apoyar a un PP que iba ganando peso a costa del desgaste socialista.

    Rosa Díez también alabó el centrismo con unas gotas de socialdemocracia y otras de símbolos identitarios para contentar al centro-izquierda y el centro-derecha. Pero Rivera se la llevó por delante. Ahora Valls puede repetir operación.