El Gobierno ha salido este lunes en defensa del antiguo embajador en Caracas Jesús Silva, después de que este domingo Jorge Rodríguez, el titular de la nueva Asamblea Nacional venezolana que España no reconoce, le acusara de «connivencia» en supuestos actos violentos por parte del opositor Leopoldo López mientras estuvo refugiado en la Embajada española y tras trasladarse a Madrid, negando cualquier tipo de injerencia.
Fuentes diplomáticas han indicado que el Gobierno tiene «conocimiento» de las declaraciones de Rodríguez, «representante destacado del régimen», y su petición de explicaciones a España por «nuestra pretendida tolerancia» respecto a las actividades desempeñadas por López, que permaneció refugiado en la Embajada española en Caracas desde el 30 de abril de 2019 hasta el pasado 24 de octubre, tras lo cual se trasladó a España, donde es «residente legal».
Asimismo, Rodríguez también acusó a Silva, que dejó su puesto en Caracas a principios del pasado noviembre, de «conocimiento, connivencia y complicidad» con los planes de perpetrar ataques armados en Venezuela, han añadido las fuentes.
En este sentido, han sostenido que el Gobierno «no practica la injerencia en asuntos internos ni participa en la planificación de actos violentos y contrarios al ordenamiento interno de otros estados» y en materia de política exterior se rige por la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas.
Mientras estuvo al frente de la Embajada en Caracas, Silva actuó «siempre con arreglo a estos principios que rigen nuestra política exterior», han recalcado las fuentes.
SOLUCIÓN EN VENEZUELA
Así las cosas, el Gobierno no es «partidario de las escaladas declarativas que no contribuyen en nada a una salida de la crisis» en Venezuela, en la que España «tiene la mejor voluntad de jugar un papel constructivo en su solución», que pasará, subrayan las fuentes, «por la celebración de elecciones presidenciales, legislativas y locales democráticas».
En este sentido, remachan, ya se ha trasladado esta posición por los cauces habituales «a las autoridades del régimen» de Nicolás Maduro.
Rodríguez, que preside la Asamblea Nacional resultante de las elecciones del 6 de diciembre que España no reconoce como válidas, acusó a Leopoldo López de ordenar y planificar un ataque con bombas contra la sede del Parlamento mientras estaba acogido en la Embajada española.
Tras ello, emplazó al Gobierno español a pronunciarse al respecto. «Algo debe decir el Parlamento español y el presidente (Pedro) Sánchez ante esta serie de actos en la Embajada de España en Venezuela», sostuvo, señalando en particular las gestiones realizadas por López durante los meses que pasó acogido en la Embajada española.
«Jesús Silva fue embajador y luego encargado de negocio de la Embajada de España en Venezuela. Fue el mayordomo de Leopoldo López mientras se encontraba en la residencia del embajador de España en Venezuela (…) Todos los delitos, todos los recursos que se dispusieron para el entrenamiento de desertores, terroristas en Río Hacha, Maicao y La Guajira todo se planificó con la complicidad de Jesús Silva. ¿Qué tiene que decir el Gobierno del Reino de España sobre esto?», planteó el dirigente chavista.