Ayer, 2 de noviembre, la Reina Emérita más activa de Europa, Sofía, cumplió 81 años muy bien llevados. Ha gobernado y querido a España, siempre a la sombra de su marido, el Rey Emérito Juan Carlos I, con más ahínco y tesón que él durante casi cuarenta años. No es de extrañar que sea de las más queridas de la casa Real.
Realmente poco se sabe de la vida privada de esta mujer con la que se podría pasar todo un día ensimismado tan solo escuchándola hablar o contar todo lo que sus ojos han visto. Es de las reinas dignas de admiración, familiar, cercana y preocupada por todo y por todos.
Como cualquier mortal, Sofía ha tenido momentos buenos y malos en su vida. El año pasado fue un mal año para la Reina, mal llamada Emérita, porque sigue casi más en activo de lo que lo estaba antes de pasar al banquillo Real. Al cumplir los ochenta años, fue capaz de unir a toda su familia para una foto en la Zarzuela, junto a sus ocho nietos, sus hijos, su marido y su nuera. Las mujeres reales no han tenido demasiada suerte con sus matrimonios.
En el 2018, su hija, la Infanta Cristina, tuvo que asimilar la idea de criar a sus cuatro hijos sola tras la entrada en prisión de su marido, Iñaki Urdangarin. Por otro lado, la mayor de la casa Real, la Infanta Elena se divorció de Jaime de Marichalar en noviembre de 2009 tras llevar ya dos años sin convivir juntos.
LA VIDA DE SOFIA DE GRECIA
Un 2 de noviembre de 1938 nació en el Palacio Real de Tatoi, muy cerca de la capital griega, la que sería la Reina más querida por los españoles 24 años después. La joven Reina era hija de los Reyes Pablo y Federica de Grecia.
Pese a nacer en cuna de oro, su infancia estuvo marcada por la guerra llegando incluso a tener que abandonar Grecia huyendo la de invasión alemana en la Segunda Guerra Mundial, refugiándose tanto ella como su familia en Egipto, Sudáfrica y finalmente Londres.
La Reina es una mujer familiar y lo ha demostrado siempre con las muestras de cariño que realiza en público para con todos los miembros de su familia. Sus hermanos pequeños son su predilección, Constantino e Irene. Irene vive con Sofía y es un gran apoyo para ella. Ambas se escapan de viaje de vez en cuando a su querida Grecia o a Londres, ente otros lugares que seguramente nunca sepamos.
Sofía ha sido siempre una mujer decidida y como tal antepuso el amor que sentía por un hombre al que apenas conocía y que, además, era su primo tercero, Juan Carlos de Borbón. Fue por ese amor que sentía que renunció al título de Princesa de Grecia y se vino a un país que casi no conocía para aprender a pasos agigantados nuestro idioma y casarse.
El 14 de mayo de 1962 se casó por fin con Don Juan Carlos de Borbón en tres ceremonias: Una en la Catedral de Dionisio Areopagita en Atenas por el rito católico. La segunda fue por lo civil en el Palacio Real de Madrid y una tercera ortodoxa en Atenas de nuevo, pero esta vez en la Catedral Metropolitana.
AMOR Y DESAMOR
Fruto del amor que sentía por su marido, nacieron sus tres hijos, Elena el 20 de diciembre de 1963, Cristina en el 1965 y Felipe en 1968. Han sido muchos los supuestos deslices de Juan Carlos de Borbón durante su matrimonio y más aún los rumores de ruptura o divorcio. No obstante, Sofía, siempre ha intentado mantener el tipo delante de todos y hacer ver que su vida era un camino de rosas.
En una de las crisis de la pareja, se rumorea que Sofía se marchó de nuevo a Inglaterra a intentar poner distancia para poder pensar con claridad, para finalmente regresar de nuevo junto a su marido para continuar con su deber para con España.
Sofía sentía adoración por su madre, quien murió a los 63 años, el 6 de febrero de 1981, entre el desasosiego que existía en España tras el intento de golpe de estado el 23 de febrero de 1981 por Antonio Tejero.
El 20 de noviembre de 1975 murió Francisco Franco y el 27 de ese mismo año y mes se produjo la ceremonia en la que se coronó a Juan Carlos I en la iglesia de San Jerónimo en Madrid. Sofía permaneció junto a su esposo en todo momento.
Pese a los rumores de que duermen separados desde hace años y de que la Reina Sofía no le ha perdonado los supuestos devaneos sexuales, en los últimos años se les ve más unidos que nunca y acuden a muchos actos oficiales. Sofía desde que es considerada Reina Emérita tiene una agenda mucho más apretada que su esposo.
CURIOSIDADES
La Reina Sofía, como toda persona, tiene sus manías. Es una mujer de costumbres y de rutinas y su pelo es una fiel muestra de ello. En todos estos años, la Reina Emérita casi no ha variado su peinado. Siempre la vemos con ese pelito corto marcado con ondas laterales que la caracteriza.
Siempre ha sido una mujer adelantada a su tiempo, le gusta el deporte y en su juventud practicaba esquí y equitación. Hoy en día sigue realizando deporte, pero más acorde con su edad unido a largos paseos. Como curiosidad, la Reina Sofía estuvo de suplente en la selección griega de los Juegos Olímpicos de Roma del año 1960.
Son muchas las ocasiones en las que se la puede ver vestida de sport, con pantalones anchos o con traje y tacones. La Reina no tiene problemas en ser una persona como otra cualquiera y remangarse cuando haga falta.
Está mucho más preparada académicamente que su marido, el Rey Juan Carlos I. Ella estudió Bellas Artes y Arqueología en Atenas. Adora a los niños y lo ha demostrado durante toda su vida, por ello es que estudió puericultura e hizo prácticas cuando era más joven. También es capaz de hablar cinco idiomas. Amante de la música clásica ha inculcado, sobre todo, a su nieta la Princesa Leonor, ese amor por el violonchelo y por los clásicos.
SOLIDARIA CON TODOS
Es amante de los animales de forma activa. Es adoptante de perros que siempre están presentes por los jardines de todas sus residencias. También ha participado en una suelta de tortugas, bautizos de burros y viajó hasta China a visitar a los osos pandas haciendo así una nueva incorporación de una pareja al Zoo de Madrid.
Es tanta la idolatría que la Reina Emérita siente por los animales que no come ningún tipo de carne a excepción del pescado. De ahí su buena salud y su tez inmejorable a su edad.
Inauguró la Fundación Doña Sofía el 17 de mayo de 1977, la misma que se montó con un dinero que ella misma cedió para el estudio del Alzheimer. Ha estado implicada en la lucha contra las drogas con la FAD y es asidua todos los años a Nuevo Futuro, un rastrillo solidario que se hace en noviembre en Madrid.