PRISA fue también objeto del espionaje masivo que desencadenó el comisario José Manuel Villarejo por orden del BBVA. Situaba a dicho grupo mediático en el bando hostil a FG, Francisco González: se controlaron citas y teléfonos de periodistas y de algunos de sus hombres más significativos como Gregorio Marañón o Matías Cortés. Lo prueba la documentación acumulada en la operación Trampa que facturó Villarejo al BBVA y que obra en poder de MONCLOA.COM. También fueron espiados medios como Intereconomía y el confidencial on line Hispanidad.
En los informes que Villarejo hacía llegar quincenalmente al BBVA desde el arranque situó como objetivos a Cortés y Marañón. Consideraba que el asalto a la cúpula del banco estaba pilotado por ambas personas de la máxima confianza de Polanco y «evidenciaba el grado de implicación del SCH (como entonces se llamaba el Santander) y Prisa en el proyecto de derribo de K». El alias de ‘K’ fue el elegido por el policía encubierto para referirse a su cliente, el BBVA.
Villarejo lanzaba alarmas sobre el papel del poderoso grupo mediático: «Ante la confirmación de estos hechos, dada la importancia que supone intentar bloquear la actividad tanto de BOTE (Emilio Botín) y como de PRISA se adopta la doble estrategia de intensificar las contramedidas contra dichos objetivos».
El 19 de de enero de 2005 los detectives de Villarejo «detectan un encuentro donde entre otros están varios periodistas de PRISA y Carlos Arenillas (vicepresidente de la CNMV). Ante la conducta de extrema clandestinidad detectada se avisa a T (Julio Corrochano, jefe de seguridad del BBVA) y se adelanta que por las fuentes infiltradas en el GH (grupo hostil) se trata del inicio del ataque fuerte contra FG que se estaba esperando».
«En su boletín de las 2.00, la Cadena Ser abrió con la noticia sobre un «supuesto fraude contable» que se remonta a 1996 cuando, al parecer, en la compra de la sociedad FG valores propiedad del presidente de K, por parte del estadounidense Merryl Lynch, se advirtió un descubierto contable de varios cientos de millones de pesetas», detalla Villarejo.
Ese mismo día este GIA activa la red de colaboradores relacionados con medios de comunicación para contrarrestar la campaña de PRISA«, explica Villarejo a su cliente, el BBVA.
En un momento dado, el comisario hoy detenido por espionaje y extorsiones, analiza una reunión de los máximos directivos de PRISA en el parador de Segovia en enero de 2005. Aunque la reunión no era pública, Villarejo se jacta de poder «reproducir la charla entera».
Tras analizar su contenido (nuevo sistema de facturación, implementación del SAP y motivación de los trabajadores vía Recursos Humanos…) luego pasa a un terreno más inquietante: «Quedaron en tener el fin de semana una reunión urgente Rafael Irago como el máximo responsable de la cadena Daniel Gavela...varias llamadas desde el 91 347 08 23 al número que corresponde a un despacho del Congreso de los Diputados aunque no se ha podido constatar aún el titular».
Los teléfonos de Matías Cortés y de Gregorio Marañon aparecen anotados e identificados en los trabajos de control de llamadas de Vilarejo. Las llamadas de GREGO (Marañon) son abundantes en el tráfico de llamadas en poder ilegalmente del GIA (Grupo de Investigación y Análisis) que pilota el comisario.
Marañón se ha ganado tal espionaje porque «reúne la doble condición de exdirectivo de K y persona muy vinculada a banco de BOTE (Botín) y al grupo PRISA. Se muestra especialmente activo en todo momento informando de cualquier incidencia o nuevo acontecimiento, contactando de manera directa con CAIN (Jesús María Cainzos, vicepresidente del BBVA destituido por FG)».
«Ese mismo día este GIA activa la red de colaboradores relacionados con medios de comunicación para contrarrestar la campaña de PRISA»
Pero PRISA no podía ser malvada en solitario en el análisis elevado a FG: «La estrategia maquiavélica del Grupo Prisa, aunque fue supervisada por MAX (Matías Cortés), fue teledirigida por MICKY (Miguel Sebastián), que logró convencer a Zapatero de la necesidad de mantener el pulso. Con la denuncia y la posterior filtración a la SER, se buscaba obligar a Conthe (presidente de la CNMV) a que actuara contra el presidente de K».
Tal actitud del grupo de Polanco debería tener un castigo: «Los agitadores de PRISA han actuado como meros creadores de montajes. La actitud impune con la que actuaron exigía que se les crease cierta inestabilidad, incluso la posibilidad de que pudiesen llegar a sentirse perseguidos por otros periodistas. Esto es lo lo conseguido a través de un medio digital».
No sólo se hacen rastreos de encuentros o llamadas de periodistas o directivos de PRISA. Se analizan todas las sociedades y vínculos de PRISA y se enuncian «sociedades instrumentales manejadas por el propio Matías Cortés».
Pero entre acusación y acusación, «la respuesta de los medios de comunicación española a la incursión pirata de PRISA», se vuelven a insinuar elementos que no son literatura: «La detección de una serie de mensajes sms donde se les acusa de instigadores de todos los males de España y se pide boicotear sus productos ha provocado tal desaliento, que salvo la actuación de respuesta dura que los directivos del grupo editor están preparando, se espera al menos unos días de nivel bajo de actuaciones».
Y de nuevo se refiere el contacto ya fichado entre Arenillas y dos periodistas de PRISA, fruto de las «vigilancias aleatorias». Pero los hombres de Villarejo no sólo controlaron ese encuentro cerca de la casa de Arenillas, también espiaron uno celebrado cerca de la Vaguada a las 23.15 horas. Eso prueba el despliegue y tesón al que luego ponía precio Villarejo.
El control es exhaustivo: «Dada la intensa participación de PRISA, este GIA (Grupo de Investigación y Análisis), con todas las preocupaciones que ello conlleva, se están rastreando alguna de sus actividades. En tal sentido se han detectado varios contactos y posteriores encuentros entre Arenillas y Matías Cortés y otros con determinados periodistas».
A renglón seguido viene la bomba: «Varios rastreos han detectado reuniones urgentes para celebrar el fin de semana de (periodistas de la SER) con el máximo responsable de la Cadena Daniel Gavela (periodista de Ponferrada con línea directa con Zapatero). Se han detectado especialmente varias llamadas significativas desde el lunes 17 al viernes 21 (en el que se ha elaborado este informe) entre el número 91 374 08 23 (titular el grupo Prisa) y el 91 390 67 62 (que corresponde a un despacho particular del Congreso de los Diputados, aunque no se ha podido constatar quien lo tiene asignado».
Pero este teléfono del Congreso era clave para los espías: «Este último número debe corresponder a un enlace muy cualificado de partido en el Gobierno, toda vez que también se han rastreado en numerosas ocasiones llamadas entre JOPER (José Pérez, amigo de Sebastián y expresidente de Banco Madrid).
La intensidad del tráfico alarma a los espías del BBVA: «Concretamente más de dos veces diarias, aportando como muestreo significativo que en los primeros días de enero cuando aún era fiesta hubo dos llamadas el día 4, dos el 5 y dos el 7. Todas de una duración mínima de dos minutos (ver anexos correspondientes)».
Esto prueba las limitaciones de los espías: no podían pedir a ningún policía que les filtrara el titular del número. El titular era el Congreso. Sólo sabían quién llamaba a este teléfono desde los teléfonos espiados o cuando eran llamados desde el hemiciclo.
«Respecto de las actividades de Gregorio Marañón, como de otros elementos apuntados estos días por T (Corrochano), en los próximos días se irán participando los avances que sobre el control de los mismos se van consiguiendo», anuncia Villarejo. Esto explica que el comisario ponía bajo la lupa a los directivos de PRISA que el jefe de seguridad del BBVA les exigía por orden de la superioridad.