Los positivos entre los presos se han doblado en los últimos quince días hasta alcanzar los 573 casos activos de Covid-19 con fecha de 29 de enero, confirmando la tendencia alcista desde la vuelta de las Navidades, según datos actualizados por Instituciones Penitenciarias. No obstante, casi el 90% de los positivos son asintomáticos.
Los principales focos de contagio se concentran en tres prisiones, donde se han tomado medidas para aislar y potenciar el rastreo de positivos, según Instituciones Penitenciarias. En Picassent (Valencia) se ha elevado en las últimas 24 horas los positivos activos hasta alcanzar los 154 internos –frente a los 133 notificados ayer–, dentro de una población reclusa de casi 2.000 personas. Se trata del centro penitenciario con mayor número de internos.
Según los datos de Instituciones Penitenciarias, dentro de la Comunitat Valenciana, la prisión de Villena (Alicante) es otro de los focos que más preocupan, ya que hay 46 casos positivos de una población reclusa de unos 1.000 internos. Sin embargo, la tasa más alta en proporción se registra actualmente en Teruel: de 185 internos, 108 están contagiados de Covid-19.
En el conjunto de las prisiones hay en la actualidad 1.953 internos en observación médica o cuarentena debido al coronavirus. Hace quince días este dato era 428 presos. De los 577 positivos acumulados desde el 1 de enero, cinco internos han precisado hospitalización y cuatro han recibido el alta; además, 507 son asintomáticos y otros 61 presentan sintomatología leve.
Desde el inicio de la pandemia, han fallecido tres internos frente a cinco funcionarios de prisiones. Según los datos de Instituciones Penitenciarias, son 339 los casos activos entre los trabajadores, con 302 bajo observación médica o cuarentena.
CRÍTICAS DE SINDICATOS
CSIF pidió ayer priorizar la vacunación al personal funcionario, cribados para detectar casos positivos y la suspensión urgente de las comunicaciones. ACAIP-UGT lamentó que en prisiones como Picassent no se adoptaran antes «medidas drásticas y tajantes», una vez se detectaron los primeros positivos a principios de enero.
A fecha de 29 de enero, las comunicaciones íntimas, de convivencia y familiares están suspendidas en todos los centros penitenciarios salvo en media docena. Con todas las comunicaciones suspendidas, incluso las orales, se encuentran en la actualidad los centros de Ourense, Murcia II y Picassent.
La dirección de esta última cárcel, la de Picassent, decidió ayer nuevas medidas contra la Covid-19 con una vigencia inicial de dos semanas. Entre ellas, se suspendieron todas las comunicaciones, ordinarias y especiales; así como todas las salidas de permiso, programadas y cualquier otra salida, salvo por causas de fuerza mayor, situación de necesidad, por razones judiciales o sanitarias imprescindibles.
También se suspendieron los talleres productivos y solo se permiten el acceso al personal funcionario y laboral, y al personal extra penitenciario cuya labor sea indispensable.
Para paliar esta restricción de las comunicaciones y permisos de las personas que se encuentran en prisión se ha ampliado el número de llamadas telefónicas que tienen autorizadas los internos, especialmente con sus abogados, y se ha potenciado el uso de videollamadas, una decisión que ya se llevó a cabo con el cierre de las cárceles en el primer estado de alarma por el Covid-19.