¿Puede un simple ingrediente arruinar todo el sabor de un plato que has estado cocinando durante horas? La respuesta es que sí, un rotundo sí. Todo buen chef que se precie debe utilizar la mejor materia prima y comprar lo menos posible productos procesados del supermercado. ¿Sabría igual una paella de marisco con caldo comprado? ¿Serían lo mismo las croquetas de jamón de la abuela si la bechamel no es casera? Claro que no. Y con el tomate frito ocurre igual. Un buen plato de pasta o un pisto no tienen, ni por asomo, el mismo gusto con una salsa de tomate del Mercadona que con una casera.
Ya sea por falta de tiempo o por falta de ganas, muchas veces queremos saltarnos ciertos pasos a la hora de cocinar. El uso frecuente de salsa de tomate de bote es un claro ejemplo de ello. Ese producto está muy bien para salir del paso en determinadas circunstancias. Pero si tu idea es hacer comida 100% casera lo mejor sería que te tomes unos minutos más, cojas de tu nevera unos cuantos tomates maduros y los conviertas en salsa. Alberto Chicote tiene algunas ideas fantásticas para que tu mismo hagas el tomate frito. Además puedes conservarlo en frascos durante unos cuantos meses. Presta atención. Si sigues estos consejos del famoso cocinero y presentador de TV cambiará para siempre el sabor de tus almuerzos y cenas.
1Por qué es mejor el tomate frito casero que el del supermercado
Cuando vamos al supermercado es muy habitual ver decenas de latas y frascos de tomate conservados de diferente modo. Lo primero que debemos hacer en ese caso, además de identificar marcas, es saber que no todos son iguales. Aunque el ingrediente principal es el mismo, no tienen nada que ver el tomate natural con el concentrado o con el tomate frito. Todos tienen un uso culinario distinto. Pero lo que si tienen en común es que cada uno de ellos podría hacerse en casa y de manera muy sencilla.
Para una buena salsa de tomate casera debemos tener en cuenta algunos factores. En principio tenemos que saber no hay nada como una hortaliza recién cosechada de la huerta. Por supuesto que no todos tenemos acceso a eso. Lo más parecido a esto que podemos conseguir en ciudad son los tomates del mercado (los de grandes cadenas tienen muchos conservantes). Una vez que los seleccionas ya puedes empezar con tu salsa. Si el ingrediente estrella es bueno entonces de seguro lograrás una salsa exquisita. Además, mucho más saludable. Las conservas de los supermercados tienen demasiados azucares añadidos.