Los partidos catalanes comienzan este jueves la campaña electoral para los comicios del 14 de febrero, que será más atípica de lo habitual por la pandemia del coronavirus, ya que obligará a modificar el formato de los actos y los mítines telemáticos ganarán protagonismo.
El litigio sobre el aplazamiento de los comicios ha marcado los días previos de la campaña: el 15 de enero el Govern, de acuerdo con la mesa de partidos catalanes, pospuso los comicios hasta el 30 de mayo, pero días después el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) rechazó la aplazamiento y mantuvo la convocatoria del 14 de febrero.
Pese a que la mayoría de partidos apostaban por retrasar los comicios y que el TSJC todavía debe resolver de forma definitiva sobre este asunto, los partidos se han apresurado en la última semana para activar toda la maquinaria electoral.
Para llevar a cabo la campaña en el contexto del Covid-19, el Govern ya aprobó un protocolo que prioriza actos al aire libre con aforo limitado, previo registro de asistentes y distancia de seguridad entre el público, fomenta actos telemáticos y recomienda no hacer paseos en el espacio público y evitar el contacto físico con los ciudadanos, así como no distribuir material de propaganda en mano.
Así, todos los partidos han programado una campaña electoral diferente a lo que es habitual y se combinarán actos presenciales en pequeño formato en los que se respeten las distancias de seguridad y las medidas sanitarias con actividad telemática y virtual.
CAMBIO DE CANDIDATOS
Oficialmente la campaña comienza este viernes a partir de la medianoche pero, a diferencia de las tradicionales pegadas de carteles de madrugada, en esta ocasión y ante el toque de queda nocturno por el coronavirus los partidos han optado por dar inicio a la campaña con actos por la tarde y noche de este jueves, por lo que no podrán pedir el voto directamente.
Será la campaña electoral con más partidos con posibilidad de obtener representación y todos han cambiado su candidato a la Presidencia de la Generalitat respecto a las elecciones del 21 de diciembre de 2017, que convocó el Gobierno de Mariano Rajoy en aplicación del 155.
Además, se prevé un amplio despliegue de líderes estatales, como el presidente del Gobierno central, Pedro Sánchez (PSOE), Pablo Casado (PP), Inés Arrimadas (Cs), Pablo Iglesias (Podemos) y ministros, mientras que los partidos independentistas esperan contar con la participación de los presos del 1-O, a los que se les podría conceder el tercer grado en los próximos días y algunos, como el líder de ERC, Oriol Junqueras, cumplen un cuarto de condena y obtendrán permisos.
EL INDEPENDENTISMO BUSCA EL 50%
La mayoría de los sondeos sitúan a ERC como uno de los principales favoritos a lograr las elecciones y con el vicepresidente del Govern, Pere Aragonès, al frente centrará su campaña –con actos presenciales con limitación de aforo que se podrán seguir virtualmente– en polarizar con el PSC para lograr la victoria que se le escapó en 2017 y consolidar así su estrategia independentista.
Con Laura Borràs como candidata a la Presidencia, aunque el expresidente Carles Puigdemont será el número uno de la candidatura, JxCat busca en esta campaña también con un formato mixto presencial y telemático volver a ser el partido independentista más votado erigiéndose como el partido que logrará culminar «el mandato del 1-O».
Por su parte, la CUP, con la exalcaldesa de Badalona Dolors Sabater como candidata, reducirá al mínimo los actos presenciales y apelará a la confrontación con el Estado y a su promesa de referéndum antes de 2025 para mejorar los cuatro diputados de las pasadas elecciones y volver a ser influyentes.
Tras una legislatura marcada por la división interna de este bloque, los partidos independentistas se han fijado como objetivo reeditar la mayoría absoluta por tercera vez y superar el 50% de votos que nunca han logrado, aunque no aclaran ni se ponen de acuerdo de qué serviría.
Asimismo, una de las principales disputas de la campaña será la pugna entre JxCat y ERC por el liderato en el bloque independentista, que supone tener la Presidencia de la Generalitat en caso de que vuelvan a pactar.
EL PSC GIRA LAS ENCUESTAS
Con la irrupción del exministro de Sanidad Salvador Illa como candidato del PSC, los socialistas aspiran a arrebatar la victoria al independentismo –alguna encuesta les da como ganadores– en una campaña telemática en su totalidad que apostarán por aglutinar el voto en torno a un mensaje de estabilidad para Catalunya para vencer a ERC y JxCat.
Con Jéssica Albiach como cabeza de lista, los comuns salen a la campaña, prácticamente virtual en su totalidad, a mejorar sus resultados de 2017 pese al efecto Illa para intentar ser claves en la gobernabilidad y propiciar un cambio de izquierdas en Cataluña.
Cs, con Carlos Carrizosa de candidato, también hará una campaña completamente virtual en la que intentará apelar al espíritu de 2017, cuando ganaron los comicios, para revertir los malos pronósticos, según los cuales podrían llegar a perder hasta 20 diputados.
El PP, con Alejandro Fernández como cabeza de cartel y la exdirigente de Cs Lorena Roldán como número dos, planteará una campaña con actos de pequeño formato con la que pretende mejorar los resultados de 2017 erigiéndose como la garantía de la derecha constitucionalista ante el independentismo y la izquierda.
NUEVA REPRESENTACIÓN
Uno de los partidos que previsiblemente entrarán por primera vez en el Parlament será Vox, que volcará a todo el partido en Cataluña para lograr representación y «dar la batalla» al independentismo, y con Ignacio Garriga de candidato ha programado una campaña sin grandes actos y dividirá sus mensajes entre Internet y pequeños paseos a pie de calle.
El PDeCAT, tras su ruptura con JxCat, combinará actos virtuales y presenciales, y espera conseguir algún escaño en el Parlament –las encuestas no son claras sobre si lo logrará– con su discurso de independentismo moderado y de priorizar la gestión con Àngels Chacón al frente.