El paso del temporal de nieve por la capital ha tenido una serie de consecuencias cuyo impacto en la vegetación ha sido «drástico», según ha explicado el vocal de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales de Madrid, Guillermo López, quien ha recalcado que «indudablemente», los árboles en Madrid no estaban preparados para soportar la mayor nevada que ha visto la ciudad en 50 años.
En declaraciones, López ha considerado que este momento puede ser productivo para replantear el modelo de vegetación que tiene Madrid, señalando que el escenario de cambio climático hará mucho más probable que se repitan este tipo de episodios meteorológicos. Asimismo, ha señalado que será imprescindible hacer un balance de qué especies vegetales han resistido en buenas condiciones el paso de la nevada para plantar en el futuro.
A este respecto, el ingeniero forestal ha destacado la importancia de preservar una amplia diversidad de especies vegetales evitando que Madrid se convierta en una ciudad «monoespecífica». Desde el Colegio señalan que han sido principalmente las coníferas las plantas que más han sufrido el temporal, así como los árboles de hoja perenne con una amplia copa, pero advierten en contra de tomar decisiones drásticas tras el paso del temporal.
López ha valorado que «ciertas especies que históricamente han sido muy utilizadas y que han tenido un uso muy continuado en la ciudad, pues a lo mejor sí que hay que cambiarlas». En el punto de mira del ingeniero se sitúan especies de olmo como el olmo siberiano, que tuvo una gran implantación en los años 60, pero que en este momento han quedado desfasadas.
BUSCAR ARBOLADO DE OTRAS ESPECIES
Asimismo, ha ofrecido alternativas a estas especies como el almez, el plátano y especies mediterráneas que tengan un efecto reparador sobre la contaminación de Madrid. López ha señalado además que los árboles más afectados durante este temporal han sido aquellos más viejos, cuyas copas han cedido bajo el peso acumulado de la nieve.
El ingeniero ha mantenido que será necesaria una evaluación meticulosa de los daños soportados por la vegetación. En este momento, los trabajos que se están llevando a cabo se centran en la retirada de ramas caídas, o en riesgo de caer sobre las vías públicas, para garantizar la seguridad de la ciudadanía en su tránsito urbano.
«Tenemos que tener en cuenta que una vez realizadas esas actuaciones de poda en los árboles existentes, hay mucho arbolado que va a quedar completamente descompensado, con unas heridas importantes, que habrá que evaluar posteriormente si realmente es necesaria su tala», ha explicado.
En este sentido, ha indicado que, según datos del ayuntamiento, cerca de 800.000 árboles se han visto afectados, y que las decisiones que se tomen respecto a ellos tendrán consecuencias en el futuro de la ciudad.
«Madrid es la ciudad europea que tiene más arbolado inventariado», ha señalado López, añadiendo que «la situación en la que nos encontramos es precisamente consecuencia del gran número de arbolado que tenemos en Madrid».