El expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero tenía claro cómo evolucionaría el conflicto catalán. Para el socialista, era cuestión de tiempo que Cataluña estuviera más integrada en España. Tan seguro estaba en 2006 de su predicción, que respondió con esta contundencia en una entrevista en el diario El Mundo: «Dentro de diez años España será más fuerte, Cataluña estará mejor integrada en España y usted y yo lo viviremos».
Por entonces, el presidente del Gobierno del PSOE quiso aprobar la conocida reforma del Estatut de Cataluña. Estaba esperanzado con que las Cortes lo aprobarían y los catalanes conseguirían más autogobierno dentro del marco de la Constitución española. «La soberanía la tienen las Cortes Generales, que son las que van a aprobar el Estatuto. Punto», declaró el socialista ante las preguntas del entonces director del periódico Pedro J. Ramírez.
Zapatero quiso, no sin oposición, desarrollar un marco de convivencia que paliara los sentimientos nacionalistas. Las críticas del Partido Popular no se hicieron esperar. Y abanderados con la lengua castellana y los sentimientos patrios los populares se dedicaron en cuerpo y alma a conseguir que no se aplicara un estatuto de autonomía que consideraban una agresión a España. Pero las ideas del entonces líder socialista eran my diferentes.
«El régimen lingüístico que las leyes establecen es claro. Primero: plena igualdad del castellano y del catalán. Segundo: nadie puede ser discriminado por el uso de una u otra lengua. Tercero: hay que favorecer la relación con las instituciones. Y en cuarto lugar: en la Educación, por supuesto que hay que garantizar que los niños puedan recibir la enseñanza en la lengua que elijan sus padres».
El PP inició una recogida de firmas y recurrió ante el Tribunal Constitucional el Estatut. El resultado fue que dicho tribunal dio la razón a los populares y paralizó el documento que otorgaba más autogobierno a Cataluña. De esta manera se prendió la mecha de un explosivo que a día de hoy sigue estallando de forma repetida. Algunos dirigentes del PP han sido capaces, años después, de levantar la voz contra la actuación de su partido entonces. El exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García Margallo afirmó en 2018 en una entrevista: «El recurso del PP contra el Estatut ante el Constitucional fue excesivo y la recogida de firmas un error», reconoció el exministro popular.
El excandidato del PP a la Generalitat de Cataluña Xavier García-Albiol también lanzó algunas declaraciones contra la actuación del PP en 2006. Reconozco que hay mucha gente independentista y que la sentencia los molestó», destacó el político catalán.
A Zapatero aún le persiguen los fantasmas de los viejos nacionalistas. «Apoyaré la reforma del Estatuto que apruebe el Parlamento de Cataluña», aseguró en 2003 el expresidente del Gobierno. Una frase que le perseguiría el resto de su carrera como síntoma de que había incumplido sus promesas. Pese a que llevó a cabo la reforma, al final no se hizo efectiva por la intervención del Constitucional. Y en el imaginario colectivo catalán ha quedado que el Gobierno central no cumplió su promesa.
«El Estatuto de Autonomía de Cataluña tiene un recorrido muy garantista desde el punto de vista de las reglas democráticas. A veces se olvida que el derecho a la autonomía genera un espacio constitucional propio de las comunidades autónomas», aseguró Zapatero en la entrevista a El Mundo en 2006. El socialista estaba completamente convencido de que el Estatut era una solución efectiva para el conflicto catalán, entonces más taimado que ahora. Y también dedicó algunas palabras a sus rivales políticos, que intentaban tumbar su trabajo.
«Como el Partido Popular tiene muy pocas expectativas electorales en Cataluña, ha pensado únicamente que Cataluña podía ser un elemento fundamental en su forma de hacer oposición. No ha pensado ni en Cataluña, ni en el equilibrio del Estado», aseveró el presidente del Gobierno.
Para Zapatero, la reacción de los populares era una pataleta temporal. Según sus pronósticos, el partido liderado por Mariano Rajoy acabaría por ceder y asumir la realidad del Estatut. «El PP llegará al matrimonio con el Estatuto de Cataluña, al igual que ha llegado a aceptar y a no cuestionar la ley del matrimonio homosexual», aseguró el líder del PSOE.
Ahora, los disturbios se han hecho con Cataluña. Las calles de las principales ciudades catalanas se han llenado de violencia tras la sentencia emitida por el Tribunal Supremo que condena a los líderes del procés a cumplir entre nueve y 13 años de prisión.
En una entrevista en julio, el exlíder socialista se posicionó sobre la posibilidad de indultar a los condenados. Afirmó que sería partidario de «estudiar» la situación de los presos. Algo que fue interpretado por muchos periodistas como que estaba a favor. Y Zapatero contestó. «Ahora la interpretación consiste en decir que yo he dicho que estoy a favor de un indulto, sin haberlo dicho. ¡Olé el periodismo interpretativo!», ironizó el expresidente del Gobierno.