sábado, 23 noviembre 2024

Los CDR aumentarán la violencia para conseguir imágenes de represión

  • Fuentes policiales aseguran que están preparados para un fin de semana repleto de disturbios y violencia.
  • Integrantes de los grupos violentos esperan conseguir imágenes de militares reprimiendo las manifestaciones para exportarlas al mundo.
  • Grupos antisistema se han sumado a las protestas, pero no lo hacen por la independencia de Cataluña, sino por el caos.
  • La escalada de violencia en las calles de las ciudades catalanas se ha mantenido a lo largo de la semana. Pero lo peor está por llegar. Las autoridades esperan que los Comités de Defensa de la República (CDR) y los antisistema que se han sumado a los disturbios eleven el tono en los próximos días, amparados por la huelga general.

    Los cócteles molotov, las piedras, los contenedores en llamas e incluso la pirotecnia se han apoderado de las calles de varias ciudades de Cataluña. Según se comenta en los círculos de los CDR, el objetivo final es conseguir imágenes de violencia y represión policial para exportarlas a los medios internacionales. Algunos testimonios entre los manifestantes indican que los radicales buscan que el Ejército intervenga en Cataluña.

    Los Mossos D’Esquadra están sobrepasados. La Policía Nacional ha acudido en su ayuda para controlar unos disturbios que se han alargado en el tiempo tras conocerse la sentencia a los líderes del procés. Los agitadores no son solo independentistas convencidos. También se han sumado gran cantidad de grupos antisistema cuya única consigna es el caos por el caos. A las preguntas de un periodista a pie de calle, uno llegó a afirmar que no conocía el edificio frente al que protestaban. Era la consejería de Interior. Poco después de la aclaración, el anarquista cogió un adoquín y se lo lanzó a la policía.

    La organización de los CDR ha cogido, en parte, por sorpresa a las autoridades. La mayoría son gente joven que se ha movilizado con precisión a través una app llamada Tsunami Democràtic. Por lo pronto, los disturbios se han saldado con un manifestante atropellado por los Mossos, 200 agentes de la policía heridos (solo el lunes) y otro independentista que ha perdido el ojo tras un disparo con una pelota de goma. A todo esto hay que sumarle la tremenda imagen con la que los manifestantes lanzaron pirotecnia contra un helicóptero de las autoridades.

    Esta organización de los CDR tiene un objetivo. Ese «punto de no retorno» al que hacen referencia los independentistas pretende exportar a los medios internacionales imágenes del conflicto que ilustren a un Estado «represor» ejerciendo la violencia contra los nacionalistas. Por este motivo, los radicales pretenden generar tal caos que obligue al Ejecutivo a movilizar a los militares. Pero el Gobierno de Pedro Sánchez es consciente de ello y tiene medio freno de mano echado.

    En la comparecencia del presidente del Gobierno del pasado miércoles por la noche, Sánchez destacó (y defendió) en repetidas ocasiones el derecho a la manifestación. Y el compromiso del PSOE con este valor democrático. El líder socialista matizó que la violencia es intolerable y ahondó en la idea de que el Estado siempre responderá a los disturbios con contundencia y proporcionalidad.

    Entre tanto, fuentes policiales aseguran que tanto la Policía Nacional como la Guardia Civil están preparados para un fin de semana más violento que estos días. El Ministerio de Interior ya ha trasladado a Barcelona el camión antidisturbios con cañón de agua de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional. Y en la Guardia Civil, el Grupo de Acción Rápida (GAR), de los que ya hay 300 efectivos en Cataluña, también está alertado.

    Al mismo tiempo, los radicales mantienen activas sus redes sociales para denunciar y grabar la respuesta de la policía. En uno de los vídeos, reflejan a un presunto agente que está apilando vallas y otro tipo de residuos en el centro de la calle para formar una hoguera. También corren por las redes vídeos en los que los antidisturbios pegan una paliza a uno de los manifestantes. Otro en el que los Mossos disparan por la espalda a un viandante… En definitiva, provocaciones, reacciones y agresiones que alienten aún más las protestas.

    Es la guerra de las redes. Por este motivo, el ministro Fernando Grande-Marlaska ha dado la orden de proporcionalidad. Y cuanta más mesura y control muestren desde las autoridades, más aumentarán la presión desde el lado de los radicales y los antisistema. Sobre todo ante la traca final que han preparado los CDR para este fin de semana. Una traca que pretende sacar de los cuarteles a los trajes de camuflaje. Una imagen que esperan que de la vuelta al mundo en caso de darse.

    Para evitar que esta situación se dé, desde el Gobierno ya han tomado medidas preventivas. El Ejército de Tierra ha reforzado con retenes algunas de las instalaciones militares para evitar que los radicales acudan a ellas. Aún así, en caso de que la Policía Nacional, los Mossos y la Guardia Civil se vieran desbordados, el Ejecutivo no descarta emplear a los militares para defender puntos críticos, como la central nuclear de Vandellós o el aeropuerto del Prat.