El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, cree que el debate sobre un posible aplazamiento de las elecciones al Parlament de Cataluña no tiene tanto que ver con la situación sanitaria, «que no les importa mucho y gestionan muy mal», sino con los intereses «electoralistas» de los partidos políticos.
Espinosa de los Monteros ha recordado que se trataría de «un segundo aplazamiento» de las elecciones, ya que primero estaba previsto que se celebraran en otoño del pasado año. «No se celebraron en ese momento por circunstancias que tienen que ver más con intereses de los nacionalistas y, si se fueran a aplazar otra vez, sospecho que tendría que ver más con intereses electoralistas de quienes las convocan», ha apuntado.
Pero la misma razón «electoralista» cree que es la que lleva al Gobierno y al PSC a defender que se celebren el 14 de febrero. A su juicio, la designación como candidato del ministro de Sanidad, Salvador Illa, demuestra que «es puro electoralismo» y los socialistas «no tienen ningún interés en proponer un modelo alternativo basado en la Constitución y el respeto al conjunto de los catalanes».
En estas elecciones, Vox aspira a entrar por primera vez en el Parlamento catalán e incluso lograr grupo parlamentario propio, para lo que necesitarían obtener un mínimo de cinco diputados. Aunque no se fían «mucho» de las encuestas, Espinosa de los Monteros ha asegurado que disponen de datos internos que apuntan la posibilidad de conseguir este objetivo.
RECUPERAR IDEAS, VALORES Y PRINCIPIOS
En cualquier caso, se ha mostrado seguro de que van a «mejorar mucho» la vida política catalana introduciendo en la Cámara una defensa de ideas, valores y principios «que hace mucho que ya no están en ese Parlamento».
Espinosa de los Monteros asegura que su objetivo electoral no es superar al PP o Ciudadanos en las urnas, sino que Vox es consciente de que sus «rivales» son «la izquierda y el nacionalismo», «los que más daño hacen a España».
«A lo que aspiramos es a irle ganando posiciones a una izquierda cada vez más sectaria, cada vez más alejada de los intereses de los trabajadores y orientada a la satisfacción de dogmas que provienen de fuera y nada tienen que ver con los intereses de los españoles –ha explicado–. Y en cuanto a los nacionalismos, el daño que han hecho al conjunto de España es evidente y por tanto es la segunda fuerza contra los que nos presentamos, la izquierda y los nacionalismos».