Hasta tres generaciones de directores generales de Tráfico se han mostrado de acuerdo con llevar a cabo una misma medida respaldada por los datos de Europa. Reducir la velocidad máxima permitida en las vías interurbanas de 100 kilómetros por hora a 90 salva vidas. Sin embargo, los dos anteriores directores generales de Tráfico se negaron a implementarlo por tratarse de una medida impopular, según ha asegurado el actual director de la DGT, Pere Navarro.
Los máximos representantes de Tráfico entre 2012 y 2018, María Seguí Gómez y Gregorio Serrano, estaban de acuerdo con bajar la velocidad máxima permitida de 100 km/h a 90. Así lo ha asegurado el director de la DGT, quien se decidió a hacerlo a finales de 2018 y que entró en vigor en enero de 2019. Pero Seguí y Serrano prefirieron no hacerlo para evitar las reacciones negativas de la ciudadanía, según ha dejado entrever el director general de Tráfico.
Desde que el Partido Popular tomó las riendas del Estado, las medidas de la DGT se han mantenido bajo radar. Tras la gestión de Pere Navarro, marcada por importantes cambios como el carnet por puntos o el fallido intento de reducir la velocidad máxima en las autopistas de 120 km/h a 110 (para después volver a la máxima de siempre), los populares quisieron mantener un perfil bajo en base a las medidas de Tráfico, casi siempre impopulares.
En 2015, bajo la gestión de Serrano, la DGT compró 78 radares que se mantuvieron guardados en un almacén durante cuatro años, hasta que Navarro decidió este verano instalarlos en las carreteras españolas. El gasto que emprendió el Ejecutivo de Mariano Rajoy rondó los 11,5 millones de euros. Una gran cantidad de dinero que quedó bajo llave hasta este año.
Bajo esa misma consigna del Gobierno de Rajoy de mantener un perfil bajo en cuestiones de Tráfico está la medida que bajará la velocidad máxima en las vías interurbanas de 100 kilómetros por hora a 90. Según los datos de la DGT, la mayor parte de los accidentes se producen en este tipo de carreteras (dos de cada tres víctimas mortales de un accidente de tráfico se producen en carreteras convencionales). Y suelen ser por exceso de velocidad o por alguna distracción, especialmente el uso del Whatsapp, una batalla que Navarro quiere emprender si renueva su cargo en caso de que Sánchez sea de nuevo investido presidente.
Los datos de otros países vecinos de la UE, como Francia, respaldan la efectividad de esta medida que ha permanecido sobre la mesa de la DGT durante casi una década. Tras aplicarse la medida en enero, el conocido como efecto 90 logró que los datos de mortalidad al volante fueran algo menos malos que el año anterior. En los meses de julio y agosto habían muerto 40 personas menos que en 2018. Este efecto, que consiste en que las señales marquen dos dígitos en vez de tres, han suponen la reducción de un 15% de mortalidad en las carreteras.
«Mejor más despacio», es la consigna que repite Navarro. Pese a que reducir la velocidad máxima en las carreteras es una medida que no suele gustar a la gente, su efectividad es incontestable. Tan pronto como se reduce, la mortalidad baja. Algunos rumores dentro de la DGT apuntan a que el director ya estudia bajar aún más la velocidad en las vías interurbanas (incluso a 70 km/h), pero de momento es solo humo.
Tan solo 10 km/h menos en 10.000 kilómetros de carreteras españolas han sido suficientes para reducir la mortalidad. Sin embargo,el 80% de los españoles se ha mostrado a favor a aumentar la velocidad máxima en las autopistas y autovías hasta los 130 kilómetros por hora. Un dato que utilizó la exdiretora de Tráfico Seguí para llevar a cabo esta medida, que preveía cambiar los carteles de 120 por los de 130 en vías de alta capacidad. Para respaldar el porqué de esta medida, Seguí acompañó la encuesta de un mapa en el que se reflejaban los datos de otros países de Europa.
Entre las nuevas medidas que espera implementar la DGT, está la obsesión por el uso del teléfono móvil al volante. Pere Navarro ha insistido en que esto es la causa de muchos accidentes y que abrir el Whatsapp dentro del coche costará seis puntos del carnet si consigue revalidar su cargo. Aún así, Navarro ha comentado en que el futuro para reducir la mortalidad está en el tener los vehículos conectados. Esto permitirá avisar a los conductores de posibles accidentes y altercados en las vías, además de controlar a través de la conexión la velocidad de los conductores.