Una relación abierta puede traer muchos beneficios a la pareja. Sin embargo, lo primero que debemos tener en cuenta es que no todas las personas las saben llevar del mismo modo. Así, lo que para una persona es lo normal, para otra puede suponer un obstáculo en su vida. Es por eso tan importante mantener una buena comunicación a la hora de proponer abrir nuestro espacio.
Y es que, si lo pensamos bien, las relaciones abiertas van muy unidas a los celos. Estos suponen uno de los mayores contratiempos a la hora de que este tipo de parejas tengan éxito como las «tradicionales». A pesar de que pueda parecer algo contradictorio, pues suponemos que quienes deciden abrir la relación están de acuerdo, no todo el mundo se siente luego cómodo con ello.
Si estás pensando en hacerlo, descubre las claves a tener en cuenta en una relación abierta para que los celos no sean el «tercero» en discordia.
Olvídate de los celos y del estigma de la relación abierta
A pesar de que hemos avanzado mucho en materia sexual, de relaciones y de pareja, lo cierto es que una relación abierta aún tiene que soportar ser un tema tabú para buena parte de la sociedad. Lo único que se consigue con eso, sin embargo, es estigmatizarla. Así, se ve como algo malo, extraño o que no está hecho para todo el mundo.
Con todos los obstáculos que se deben superar a la hora de contarle al mundo que estamos en una de ellas, no es de extrañar que las personas se sientan cohibidas y, por tanto, incómodas en el momento de hablar de su propia pareja. No obstante, con el paso de los años, revoluciones sexuales, como la de la mujer, han propiciado que cada vez sea más sencillo hablar sobre ellas con libertad. Esto ha conseguido hacerlas, además, cada vez más populares entre muchas parejas de largo recorrido aburridas de la monotonía.
El estigma con el que ven muchos este tipo de relaciones es luego con el que cargan las personas que participan en ellas. De este modo, es normal que, en muchas ocasiones, los participantes se puedan sentir decepcionados e incluso culpables. Esto sucede, sobre todo, cuando aparecen los celos entre los componentes de la relación. Asimismo, estos se asemejan a un fracaso personal o un factor que compromete a la persona. Al igual que esa persona tiene libertad para estar con otras, la otra parte también la tiene.
Límites, pautas y comunicación
Cuando hablamos de tener una relación abierta, a todos nos puede parecer buena idea. Sobre todo, si somos de ese tipo de personas que no pueden con la monotonía y siempre están buscando cosas nuevas que poder hacer, también con su pareja. Este tipo de relaciones son buenas para los amantes de la aventura y de romper las reglas. Sin embargo, este es el punto en el que nos podemos equivocar a la hora de comenzar una relación «sin ataduras».
Lo primero que debemos tener en cuenta, en el caso de que estemos decididos a probar esta nueva forma de relacionarnos con nuestra pareja, es que una relación abierta no significa algo sin reglas. Es por eso, muy importante, establecer desde el primer momento una serie de pautas de actuación, límites y fronteras que marquen hasta dónde estamos dispuestos a llegar y qué queremos o no aguantar.
Con una buena comunicación, nos aseguraremos, además, de que las dos personas de la pareja, estén jugando en el mismo campo. Es decir, uno no podrá hacer más cosas que el otro, por lo que siempre estarán en igualdad de condiciones. Esto es básico a la hora de abrir nuestra relación, pero también una de las cosas más complicadas de establecer.
Cuidar de nosotros mismos, base en una relación abierta
Para evitar que los celos aparezcan cuando decidimos abrir nuestra relación, una de las bases que debemos establecer es que es necesario cuidar de nosotros mismos. Es decir, estamos muy acostumbrados al amor romántico, donde los miembros de la pareja lo dan todo el uno por el otro. En este caso, las reglas del juego cambian y debemos saberlas desde el primer momento.
Tener una relación abierta es saber asumir, cada uno, la responsabilidad individual que tenemos las personas sobre nosotras mismas. Así, debemos conocernos a fondo para aprender a calmarnos cuando las cosas no salen como esperamos y también tener la seguridad de que sabemos controlar nuestras emociones.
Acostumbrados a determinados tipos de comportamientos, puede parecer complicado el hacer frente a los celos que, de forma inevitable, van a comenzar a aparecer. Para que estos no supongan un obstáculo y puedan con nuestra relación, es primordial que tengamos una alta confianza en nosotros mismos y que esta no dependa del amor de nuestra pareja.
Confianza en pareja y conocer lo positivo de los celos
Cuando sintamos celos, tampoco es bueno reprimirlos. Debemos, en todo momento, comentarlo con nuestra pareja, pero no como algo recriminatorio, sino todo lo contrario. Cuando compartamos este tipo de sentimientos, que no podremos evitar, deberá ser con el objetivo de conseguir comprensión y respeto por parte de la otra persona. Lo mismo sucede, por supuesto, si es al contrario.
En el caso de que nuestra pareja nos comente que siente celos cuando estamos en una relación abierta, nunca debemos ignorar o menospreciar sus emociones. Si hacemos esto, lo único que conseguiremos será que los celos se incrementen sin poder llegar a ponerles solución. En todas las relaciones, pero más en las abiertas, lo ideal es saber escuchar al otro y también tranquilizarle en ese aspecto. Sobre todo, tenemos que darle seguridad, a través de gestos frecuentes, para que no se sienta en un segundo plano con respecto a otra persona.
Para ello, también, es necesario entender que los celos tienen su parte positiva. Cuando estos aparezcan, será el momento idóneo para investigar qué causas los han motivado. Así, podremos reflexiones sobre qué tipo de relación tenemos y cuál queremos. Es decir, nos pueden ayudar a saber si preferimos seguir con nuestra relación abierta o pasar a otra de forma más tradicional.