La compañía eléctrica Iberdrola contrató los servicios del comisario José Manuel Villarejo para contrarrestar los ataques que recibía la construcción de su central de Arcos de la Frontera (Cádiz). Los servicios del comisario incluyeron rastreos de llamadas, informes sobre la vida privada de un juez, la infiltración entre los ecologistas contrarios a la instalación, labores de información con políticos locales o el intento de controlar medios de comunicación. El trabajo se denominó Proyecto Arrow.
Los servicios del comisario se concretaron en el año 2004, cuando Iberdrola se había hecho con una central eléctrica adquirida a la quebrada compañía norteamericana Enron. La instalación contaba con la oposición de una plataforma ecologista y vecinal (la Plataforma No a las Térmicas) y, según los informes de Villarejo, también contaba con la oposición de la Junta de Andalucía y el PSOE andaluz. La compañía ha declinado realizar comentarios.
La documentación y las grabaciones a las que ha tenido acceso MONCLOA.COM en una investigación conjunta con ElConfidencial.com desvelan también que el comisario realizó un seguimiento de un juez de Jerez de la Frontera que tenía que decidir sobre los recursos interpuestos contra la instalación de esta central térmica.
El comisario incluyó en uno de sus informes referencias a detalles de la vida íntima de este magistrado, del que también decía que se encontraba “ubicado ideológicamente en la izquierda, con situación política muy cercana a IU”. En el informe realizado para Iberdrola, fechado en mayo de 2004, Villarejo afirma que el caso está en manos de este juez por su “acusada tendencia a tomar posiciones en contra de las grandes empresas y a favor de los sindicatos y otras asociaciones populares”. El policía señala en este perfil sobre el magistrado las sentencias de las que extrae estas conclusiones.
La información sobre el trabajo realizado por Iberdrola se reflejó en numerosos informes escritos, con sus anexos correspondientes. Pero, además, Villarejo mantuvo conversaciones con el jefe de seguridad de la eléctrica, Antonio Asenjo, con quien departió sobre los avances de la investigación. En una de esas conversaciones, grabadas por el comisario, es Asenjo el que muestra interés por conocer detalles sobre el juez.
Antonio Asenjo: ¿Del juez sabes algo o…?
Villarejo: ¿eh?
A: Del juez.
V: Sí, sí. Eso está al final. El juez está retrasando lo máximo posible el tema del diagnóstico. Ha pedido incluso él que pase a otro y fundamentalmente ha seguido las instrucciones que le han dicho que, por supuesto, después de las elecciones ¿te acuerdas (…)? Después de las elecciones que nada, luego y tal… Entre tres y seis meses para que se pronuncie en algo.
La coordinación entre Villarejo y Asenjo era total. En otra de las grabaciones se puede oír al responsable de seguridad de Iberdrola interesarse por los detalles: “¿Qué se habla en el pueblo”. Posteriormente, es este mismo responsable de Iberdrola el que da cuenta de cómo había comenzado una campaña de publicidad en los medios de comunicación. En el diseño del reparto de los fondos, como puede comprobarse en uno de los audios de Villarejo, el comisario participó activamente.
Asenjo: ¿Qué se habla en el pueblo?
Villarejo: En el pueblo, el noventa por ciento. Bueno, hemos hecho una encuesta, luego te lo cuento. Hemos hecho una encuesta que se ha publicado.
A: Hoy hemos empezado ya con la publicidad. Hoy ya estaba sacando la radio (…)
V: No, no, no (…) No, porque no quiero dar imagen de división (…) yo es que no se lo que ha hablado con (…) Yo, antes de que se me olvide, me parece que te lo he comentado antes, a mí me presentaron un presupuesto que eran 6.900 euros ¿te acuerdas? Tres mil por un lado y tres mil novecientos por otro. Te quiero decir, que, poneros de acuerdo entre vosotros dos, que sean seis mil y estos novecientos más cien más que voy a poner yo, serán mil, para este señor de la radio.
A: (…) siempre.
V: Eso es. Siete mil para los tres. Es decir, para radio Arcos mil, tres mil para Localia y tres mil para radio Jerez y no sé cuánto, bueno, pues entre ellos ya (…)
Tal como dejó reflejado en un informe de conclusiones en julio de ese mismo año, el dispositivo puesto en marcha por Villarejo al servicio de Iberdrola desplegó un “programa de desinformación”. Además, el comisario señaló que había conseguido infiltrarse en la plataforma contra la central térmica. Villarejo reflejó en este informe cómo activó “terminales informativas” para contrarrestar las que tenía la Junta de Andalucía, la Diputación o el Ayuntamiento “en el ámbito de influencia de la central”.
El trabajo se completó con el uso de fuentes de información en la Junta de Andalucía, el nivel local de los partidos políticos y en la plataforma ecologista. Villarejo y su equipo también mantuvieron contactos con responsables de medios de comunicación. Algunos de estos contactos, así como algunas de las entrevistas con los políticos, fueron grabados y transcritos.
El comisario Villarejo no sólo elaboró informes escritos, sino que reportó personalmente los detalles al jefe de seguridad de Iberdrola, Antonio Asenjo. Así, por ejemplo, en una conversación de junio de ese año, Villarejo le da cuenta de que de las 25 personas que asistieron a una manifestación contra la central, cinco eran infiltrados a su servicio.
Villarejo: La manifestación fue el sábado, había veinte personas. (…) Bueno, miento, veinticinco. Cinco nuestras.
En otra parte de la conversación, Villarejo dice haber conseguido introducir “cinco tíos allí”, en referencia a la plataforma ecologista-vecinal contra la central eléctrica. Estas personas no habrían sido identificadas por los integrantes del movimiento vecinal, ya que, según el comisario, sólo sospechaban, equivocadamente, que podrían trabajar para el PSOE.
Villarejo: Hemos metido cinco tíos allí, sobre todo dos de ellos muy buenos, son gente, además, (…) que aquí están pensando que trabajan para el PSOE, y que están muy mosqueados con Izquierda Unida, que son unos hijos de puta y tal, (…) están convencidos que trabajan para el PSOE.
El seguimiento de los miembros de la plataforma fue individual e incluyó el estudio de su patrimonio e incluso el comportamiento de sus familiares. El objetivo, como señaló Villarejo al jefe de seguridad de Iberdrola, Antonio Asenjo, era controlar la plataforma ecologista, porque, una vez conseguido “se acaba el problema”.
Villarejo: Entonces, el único que sigue todavía dando por culo es Juan Ruiz. Como ha visto que se ha quedado sin dinero, está acudiendo a (…) ecologistas catalanes, los catalanes le han dicho que tal. Esas cosas las tenemos controladas. Vamos a tener muy, muy en cuenta todo el proceso porque (…) a la Plataforma, se acaba el problema.
Efectivamente, el comisario se jactó de tener controlado “el 90% de casi todo lo que ocurre en la Plataforma”. Villarejo describió al responsable de seguridad de Iberdrola la “desconfianza” que generó la infiltración realizada en el seno de este movimiento y hasta qué punto ignoraban que tenían topos dentro.
Villarejo: Ya, pero ¿cómo coño este tío sabe lo que se estaba haciendo en la manifestación? Claro, al final se crea la desconfianza entre ellos, no saben quién es el traidor… ya te digo: tenemos cinco. No tienen ni puta idea, te puedo asegurar, ni puta idea. Porque ni ellos mismos saben que están informándonos. Entonces, imagínate. Ahora, ahora mismo (…) noventa por ciento de casi todo lo que ocurre en la plataforma lo tengo ya controlado.
La actuación no debía quedar aquí. Para Villarejo, era necesario crear problemas internos en este grupo “para que estén más preocupados por los conflictos que por nosotros”.
Villarejo: Hay que crearles focos de conflicto para que estén más preocupados por los conflictos que por nosotros. Y si están todavía tocándose los cojones, mirando el horizonte…
En el informe de conclusiones realizado por Villarejo se da cuenta también de cómo el intento de desestabilizar le llevó a hurgar en los detalles de la vida íntima de la entonces alcaldesa de Arcos, Josefa Caro, y de la concejala Arantxa Azcúnaga. En el informe hace referencia a la situación de sus relaciones sentimentales o el estado de salud, entre otros detalles del ámbito personal. El policía también investigó los trabajos y patrimonio de algunos de sus familiares.
Los trabajos de desestabilización, según Villarejo, le llevaron también a magnificar y transmitir los conflictos vecinales que existían por otras causas. Ese fue el caso, por ejemplo, de una plataforma que pretendía la legalización de viviendas. El comisario bromeó sobre el carácter “espontáneo” de este movimiento.
Además del acceso al tráfico de llamadas de algunas de las personas sometidas a la investigación, en los documentos y notas que manejó el comisario Villarejo aparecen referencias a gestiones para buscar datos como “antecedentes” o datos de la Seguridad Social de las personas que consideró relevantes en este trabajo.
El acceso al tráfico de llamadas de personas relacionadas con sus servicios a grandes empresas ya había sido aprovechado por el comisario Villarejo, por ejemplo, en el trabajo que realizó para el BBVA cuando un grupo e inversores encabezados por Sacyr intentaron defenestrar a su presidente, Francisco González.