Andreu Martínez ha abandonado este lunes el cargo de director general de los Mossos d’Esquadra. Pere Ferrer, hasta ahora jefe de Gabinete del Conseller de Interior, es quien ha tomado el relevo, según han informado fuentes del departamento dirigo por el conseller Miquel Buch.
Martínez, según ha avanzado Catalunya Ràdio, abandona su puesto tras quince meses, y en la víspera del segundo aniversario del 1-O. La decisión, según fuentes de la Consellería, se debe a que «ha cumplido una etapa», después de adoptar decisiones como las nuevas convocatorios de agentes de Mossos o la incorporación de la policía catalana al Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco).
Ahora Martínez deja al mando a Ferrer, en quien tiene «plena confianza». Ferrer, durante los últimos cinco años, ha sido jefe de Gabinete del Conseller, por lo que ha estado en el cargo durante los mandatos de Jordi Jané y Quim Forn al frente del departamento.
UN ADIÓS EN VÍSPERAS DEL 1-O Y BAJO LA POLÉMICA DE LOS CDR
Ferrer será el tercer director general de los Mossos en los últimos dos años. Pere Soler fue cesado el 28 de octubre de 2015, tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española, que supuso el cese de todos los miembros del Govern y altos cargos de la Generalitat. Después, tras ocho meses de vacío, la dirección fue asumida por Andreu Martínez el 5 de junio de 2018. Tras quince meses, ahora le llega el turno a Ferrer.
La dimisión de Martínez llega días después de que el departamento de Interior cesara a la directora de Comunicación, tras filtrarse que el equipo de antidisturbios de los Mossos tenían permiso para utilizar gas pimienta para disolver concentraciones de carácter violento.
Su adiós, además, coincide con la víspera del segundo aniversario del referéndum ilegal del 1-O. Y en el contexto de la detención de siete miembros del CDR que supuestamente poseían explosivos y pretendían encerrarse en el Parlament. Todos han sido juzgados pese a las criticas de Quim Torra, que insiste en no pedir disculpas por un asunto en el que aparece vinculado su nombre, después de que uno de los implicados citara que el presidente de la Generalitat conocía los planes.
Etapa convulsa en Cataluña, donde la situación podría agravarse este mismo otoño, cuando se publique la sentencia del procés.