Efectivos de bomberos del Ayuntamiento de Valladolid rescataron en la tarde del viernes los cuerpos sin vida de dos hombres en el interior del pozo de una fábrica de piensos en Valladolid.
Los hechos, que están siendo investigados, ocurrieron en algún momento entre las siete y las ocho de la tarde del viernes en las instalaciones de una empresa que se dedica a la fabricación de piensos compuestos del Camino Viejo de Simancas (Progatecsa).
La tragedia fue descubierta casi por casualidad por parte de otro operario, que encontró un móvil en el suelo, al borde de una fosa séptica. El pozo tiene unos cuatro metros de profundidad y medio metro de diámetro.
La sala del Centro de Emergencias 112 de Castilla y León recibió una llamada en la que se informaba del hallazgo del cadáver de un varón en el interior de un pozo de la citada fábrica. Esto hizo que acudiesen al lugar dos dotaciones de los Bomberos de Valladolid, con siete efectivos, para colaborar en las labores de rescate. Una vez en el pozo, los efectivos pudieron comprobar que en el interior del pozo había un segundo cadáver.
Además de los Bomberos de Valladolid, se desplazaron al lugar de los hechos efectivos de Protección Civil, Cuerpo Nacional de Policía, Policía Local y una UVI móvil. Agentes de la Policía Nacional se han hecho cargo de las investigaciones.
EL SEGUNDO FALLECIDO PODRÍA HABER MUERTO AL TRATAR DE AYUDAR AL PRIMERO
Las primeras hipótesis que se manejan es que la tragedia tuvo lugar en dos fases. En la primera, según todos los indicios, un operario de mantenimiento de la planta cayó al pozo, donde habría quedado sepultado por sustancias tóxicas como líquidos, aguas sucias y gases. Se apunta a que pudo caer tras resbalar mientras limpiaba el pozo.
A continuación, un camionero que acaba de acceder a las instalaciones y que le habría visto caer o había encontrado su móvil, pudo tratar de intentar ayudarle y acabó perdiendo la vida. El fallecimiento de este se habría producido a causa de la inhalación de los gases.
La tragedia se cobró dos vidas, las de Roberto y Arturo, de 58 y 48 años, respectivamente, que perdieron la vida en el pozo en un doble accidente laboral que ha dejado marcada a una veterana empresa vallisoletana, situada en el término de la capital y que data de 1973.
«HA MUERTO AYUDANDO»
«Tu padre ha muerto ayudando, eso seguro«. Estas eran las palabras de un operario de la planta a la hija de una de las víctimas mientras trataba de consolarla. Tanto a ella como al resto de familiares y allegados que acudieron a la puerta de la empresa en torno a las diez y media de la noche. A esa hora, los cuerpos de las dos víctimas ya habían sido sacados de la fosa séptica y trasladados al Instituto de Medicina Legal, donde se les practicará la autopsia.
A escasos 50 metros del lugar de los hechos vivía Roberto, el operario de mantenimiento que se precipitó al pozo en primer lugar, con su mujer, la cual recibió el consuelo de los compañeros del fallecido.
Ahora habrá que esperar tanto a los resultados de la autopsia que se practicará en el Instituto de Medicina Legal como a las investigaciones llevadas a cabo por la Policía Nacional.
INVESTIGACIÓN DEL ACCIDENTE
El cuerpo policial deberá de esclarecer lo sucedido. A través de la investigación del accidente tratará de determinar todos los factores que intervinieron en el mismo. Estas investigaciones tienen dos finalidades. Por un lado, la de conocer los hechos sucedidos y deducir las causas que los ha producido. Por el otro, se tratará de reducir el riesgo de que puedan volver a producirse en el futuro.
Aunque todo pueda apuntar a que se ha desarrollado como se puede deducir de los primeros indicios, se tendrá que valorar y certificar si tanto la empresa como el propio trabajador adoptaron todas las medidas de seguridad pertinentes para la prevención del accidente. De igual forma, los agentes deberán comprobar si existió algún error humano que acabó provocando la caída del primer trabajador al pozo.
Tras el trágico accidente, la Policía Nacional ya ha iniciado las pesquisas, interrogando a los testigos e iniciaron las primeras labores de investigación. Por el momento habrá que esperar al resultado de las mismas para conocer las causas del suceso. En cuestión de días se podrán ir conociendo más detalles al respecto.
EL PRIMER TESTIGO SE ENCONTRÓ UN MÓVIL AL BORDE DEL POZO
El primer testigo, otro trabajador de la propia fábrica de piensos, descubrió el accidente tras hallar el móvil de una de las víctimas. Este se encontraba situado al borde del pozo de residuos. Esto hizo que llamase a los servicios de emergencia.
Sin embargo, cuando estos llegaron al lugar de los hechos no se pudo hacer nada por salvar la vida de los dos trabajadores. A falta de conocer los resultados de la autopsia, ambos habrían muerto a consecuencia de la inhalación de gases tóxicos o por asfixia. Uno de ellos se precipitó al fondo del pozo y quedó sepultado, y el otro trató de sacarle sin éxito.
Arturo, el camionero, entró a la planta de la fábrica de piensos en torno a las siete de la tarde. Una vez ingresó en la misma descargó su camión, tal y como indicaron fuentes de la propia planta. Sin embargo, hasta que pasó más de una hora no se descubrió lo ocurrido.
«El juez nos ha ordenado que no comentemos nada y no puedo darle explicaciones», explicó uno de los trabajadores de la fábrica. «Ha sido una desgracia terrible. Poco más podemos decir, ya que ni siquiera sabemos lo que ha pasado«, comentaba otra fuente de la empresa, aún afectado por lo sucedido.
PIENSOS Y PRODUCCIÓN PORCINA DESDE 1973
El accidente tuvo lugar en la planta de piensos compuestos Progatecsa. Esta también cuenta con granjas de porcino propias, un laboratorio y servicio veterinario. Fue fundada en la capital, en su actual ubicación en el kilómetro 4,6 del Camino Viejo de Simancas.
Su creación se debió «a la inquietud de un grupo de veterinarios y ganaderos de dar respuesta a las necesidades y exigencias del sector. Tanto en materia de alimentación como en asesoramiento técnico-ganadero», tal y como refleja la empresa de Valladolid en su propia página web.