La secretaria general del Partido Popular de Madrid, Ana Camíns, acaricia con los dedos la presidencia de la formación en la capital. Sabe que es la «favorita» en Génova, o al menos lo intuye, y es consciente de que su principal rival, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no las tiene todas consigo de cara a conseguir el apoyo de Génova. A esto hay que añadirle que el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, se ha descolgado de la carrera por hacerse con el PP de Madrid, algo que beneficia a Camíns. Sin embargo, la estrategia de la senadora popular es clara: mantener un perfil bajo, un discurso tan aburrido como discreto y evitar a toda costa un enfrentamiento directo con Ayuso y, en especial, con su jefe de gabinete, Miguel Ángel Rodríguez. Ya queda menos.
Si estas tres pautas las sigue a rajatabla, todo saldrá bien. Al menos es el mensaje que se repiten una y otra vez en Génova los que quieren que sea esa «tercera vía» de la que hablan la que se haga con el PP de Madrid. Ella se ve ganadora, pero no lo dirá bajo ningún concepto. Solo en algunos leves comentarios se le escapa su opinión (y se le ve el plumero). Cuando dice, por ejemplo, que espera que quien presida el Partido Popular de la capital sea «alguien de consenso», tal y como aseguró la secretaria general en una entrevista concedida al diario El Mundo. Ella y todos en Génova saben que Ayuso no tiene ese perfil y que la otra persona que cumpliría esos requisitos ya no quiere ese puesto. Por lo que solo queda la senadora como opción.
En cualquier caso, escuchar el discurso público de Camíns es tan predecible como aburrido. La sobreexposición mediática, los comentarios salidos de tono, la búsqueda de un enfrentamiento o la postulación directa para presidir el PP de Madrid pueden convertirse en su lápida política antes de tiempo. Camíns no quiere que le pase como a otros candidatos que se han quemado antes de que siquiera empezara el juego. Y por eso se ha encorsetado con el discurso más gris del Partido Popular. Pero aún así, la senadora no puede evitar, primero, las filtraciones que caen a los medios, y, segundo, su entusiasmo por llegar a este puesto que su entorno considera que se ha ganado a pulso.
A su favor juega que su rival, la presidenta de la Comunidad de Madrid, es precisamente todo menos una solución de consenso. En Génova insisten en que no quieren otro hiperliderazgo como el que representó la expresidenta autonómica Esperanza Aguirre, de quien Ayuso ha mamado toda su formación política (y no precisamente por llevar la cuenta de Twitter del perro de la lideresa, llamado Pecas) y quien ha adoptado a la presidenta en estos tiempos en los que recibe más críticas que piropos.
Camíns es una cara amable que no amenaza el liderazgo de Casado. Esta afirmación es la que más ha motivado a Génova para deslizar su apoyo a la senadora popular. Ayuso, sin embargo, y su equipo liderado por Miguel Ángel Rodríguez son una bomba política de relojería que podría estallarle al presidente del PP en cualquier momento. Si la candidata popular en la Comunidad de Madrid se hace con el Partido Popular en la autonomía, Ayuso se convertirá en un perfil político fuerte que tendría mucho que decir en Génova. Y Casado, con un liderazgo tocado, no quiere más problemas internos, pues bastante tiene con intentar levantar las previsiones políticas de cara a 2023.
Esto hace que Camíns se sienta fuerte y con muchas opciones, pero todo está por ver. Entre tanto, la senadora no se quiere mojar en absolutamente ningún tema. Pregunta que le hacen, respuesta que parece sacada del manual dictado por la directora general de información del PP, María Pelayo. Si la cuestión es si ella se ve como candidata al PP de Madrid, Camíns no contesta; si se trata de responder a si Ayuso sería una buena opción para ese cargo, la senadora evita afrontarlo de cara; y si se trata de mojarse en cuestiones nacionales del partido, ahí todavía menos, no se vaya a mosquear la cúpula que dirige con puño de hierro el secretario general del partido, Teodoro García Egea. Y también pasa exactamente lo mismo en referencia a otras cuestiones políticas.
EL APOYO DE ALMEIDA
El alcalde de la capital también ha deslizado un tímido apoyo a Camíns. Que el regidor prefiere a Camíns, es vox pópuli dentro del PP, el problema es que Almeida no quiere un enfrentamiento directo con Ayuso, de quien sabe que tiene ambición y quiere crecer mucho más como política. Aún así, el alcalde encontró una solución intermedia para deslizar su apoyo a Camíns sin enfadar a Miguel Ángel Rodríguez, que fue proponer una tercera vía que pasaba porque los tres, es decir, Almeida, Ayuso y Camíns coordinaran el PP de Madrid a partes iguales. Un disparate, según lo han visto desde Génova, pero que no es otra cosa que un apoyo velado a la secretaria general del PP de Madrid.
Almeida renunció de plano a presidir el PP de Madrid desde el momento en que Casado le dio el regalo envenenado de ser portavoz del partido. Entonces solo quedaron dos contendientes: Camíns y Ayuso. El problema de Ayuso es que tras el giro de los acontecimientos ha reforzado su perfil político de forma considerable gracias a una acertada gestión de la pandemia y en Génova (y también en el Ayuntamiento de la capital), hay quien no quiere que Ayuso gane más peso dentro de la formación conservadora.
El riesgo para Casado es que Ayuso aglutine un hiperliderazgo en uno de los principales feudos del PP y que refuerce una vía liberal ajena a la de Casado, por no hablar de que lo peor para el presidente del PP es que alguien aglutine fuerza dentro de la formación. En Génova tienen claro que hay que cortar las alas a Ayuso y, en especial, a Miguel Ángel Rodríguez, y harán lo que esté en su mano para contener el ascenso de los barones del PP. Ayuso es un valor al alza.