Quim Torra ha afirmado este miércoles que apostará por el diálogo con el Estado para solventar la complicada situación política que atraviesa Cataluña. No obstante, tiene claro que su objetivo es «conseguir la independencia», y seguirá con su plan aunque las conversaciones no lleguen a buen puerto.
«Que quede siempre claro: Siempre querremos el diálogo, pero como no se sienten en la mesa, nosotros seguiremos adelante y no nos pararemos», ha alertado Torra en su intervención en el Debate de Política General este miércoles.
Ha avisado de que con la sentencia del Tribunal Supremo a los dirigentes independentistas por impulsar el 1-O termina una etapa y comienza una nueva donde, si bien sigue cabiendo la protesta, se tendrá que ser propositivo: «Volveremos a ejercer todos los derechos que nos sean negados, incluido el derecho a la autodeterminación».
«Hay que proponer, hacer proyecto, contribuir, avanzar y trazar horizonte con ambición de libertad, con el reto de conseguir la independencia. Necesitamos toda la ilusión, confianza, coraje, complicidad cívica y democrática para volverlo a hacer», ha explicado.
LA SENTENCIA
Ha alertado de que todos los catalanes, independientemente de sus ideas, se enfrentarán a lo mismo este mes de octubre: «Se ha juzgado a unos hombres y mujeres por hacer un referéndum y por eso la acusación, la Fiscalía y la Abogacía del Estado, se han inventado un relato falso de violencia».
«Hay que reconocer también que la represión descarnada nos ha afectado. No es normal ver a tantos compañeros encarcelados, visitar al presidente Puigdemont en el exilio. No es fácil. Pero su fuerza nos llena de energía y orgullo, y nos empuja a no dejarnos vencer por el miedo y las amenazas», ha expresado Torra.
Ha insistido en que querrían que el Gobierno central se comprometiese con el diálogo, la democracia, los derechos y las libertades, y ha lamentado que «sea del color que sea, Cataluña siempre choca con el interés de Estado que empuja a la confrontación.
«Es el Estado quien busca la confrontación con Cataluña, quien nos denuncia, quien se querella, quien encarcela y exilia. Queremos una solución política, que los catalanes podamos decidir nuestro futuro, que nadie pueda hablar por nosotros», ha expresado, y ha puesto como ejemplo los referéndums de Canadá y el Reino Unido.
Por eso, ha insistido en que para conseguir ese objetivo seguirán apostando por la vía política, «atornillados» a la mesa del diálogo, y ha dicho esperar que llegue a Moncloa un Gobierno que también apueste por solucionar las cosas hablando y no en los juzgados.
Ha advertido a un futuro Gobierno de España de que con quien hay que negociar siempre es con aquel que está lejos ideológicamente y que para eso se necesita una «valentía que falta en Madrid», por lo que ha insistido en apartar los intereses electorales a la hora de abordar el conflicto político en Cataluña.