Hace un par de meses, saltaba la noticia de que un grupo feminista había organizado unas jornadas para visibilizar la imposición del ‘patriacado’ sobre el cuerpo de la mujer. En dicho acto, las asistentes se mostraban tal cual son, con obesidad, sin temor ni pudor por mostrar sus cuerpos en público. Con este tipo de actos, decían entonces, están ejerciendo su derecho a promover un «acto de resistencia al patriarcado». Ahora que se ha vuelto de nuevo viral, indaguemos hasta qué punto la sociedad está asimilando la obesidad como algo normal, o como una herramienta de presión política y social, sin tomar en consideración la arista sanitaria, crítica, que conlleva.
El 16% de la población adulta y el 20% de los niños en España es obesa según la última encuesta del Ministerio de Sanidad. ¿Realmente estas jornadas son útiles para concienciar sobre la aceptación del cuerpo? ¿Promueven la obesidad? Y todo por la participación en dichas jornadas del colectivo Las Gordas sin Chaqueta, que se definen a sí mismas como un movimiento feminista para liberar a la mujer del dominio del patriarcado sobre su propio cuerpo.
LA GORDURA NO ES UNA ENFERMEDAD
Una de las prerrogativas que defienden estos colectivos autocategorizados en el feminismo, como si fuera una lucha exclusiva suya, es que la gordura, en sí misma, no es una enfermedad. Ellas muestran y se muestran abiertamente porque aman su cuerpo, lo respetan, y no se acomodan a las exigencias de perfección y delgadez que muchas veces parece imperar en la sociedad. Sea o no machista, porque muchas mujeres, sin que exista una presión externa, no se sienten bien con su cuerpo.
Hasta aquí nada que objetar. De hecho, es evidente que existe una presión social hacia las mujeres, especialmente, pero no solo, por su apariencia. En cuanto al peso, y en cuanto a otros aspectos personales. No en vano, se ha generado un movimiento explícitamente enfocado a luchar contra ese ‘estigma’ que recibe el nombre de gordofobia. “Hablamos de gordofobia para referirnos a la actitud de rechazo hacia cuerpos fuera de la normalidad por un exceso de peso”, explica la nutricionista dietista Noelia Lázaro, fundadora de Nutrelia, centro de referencia en educación alimentaria en Castilla y León.
GORDOFOBIA Y OBESIDAD
Lázaro matiza que “todos hemos nacido en una sociedad gordofóbica, el ser gordo está relacionado con connotaciones negativas, más allá de la salud o incluso del peso, la sociedad tiene interiorizada que la gordura va de la mano de personas vagas, dejadas, que no cuidan su salud, que no se esfuerzan lo suficiente… esto viene de la creencia que los problemas de exceso de peso se solucionan comiendo menos y moviéndote más y esto no siempre es así”.
Para esta nutricionista, existe una relación entre el concepto de gordofobia y el problema sanitario mundial que es la obesidad: “El índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Y puede ser que uno de los problemas de la gordofobia resida ahí, en simplificar tanto la obesidad como para resumirlo en un índice que solo relaciona altura y peso sin tener en cuenta nada más”, remarca Noelia de Nutrelia.
Preguntada sobre si este tipo de jornadas, la colaboradora honorífica del doctorado en Investigación en Ciencias de la salud de la Universidad de Valladolid no tiene ningún tipo de dudas: “aunque el objetivo sea reforzar la idea de que todos los cuerpos son bonitos, qué lo son, no podemos olvidar que el exceso de peso derivado de unos malos hábitos es también una de las causas más importantes de enfermedades crónicas graves, que reducen nuestra calidad de vida y llegan a provocar incluso la muerte.”