Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han refrendado este miércoles en el Congreso la actual distancia entre ambas formaciones. Los líderes políticos de PSOE y Unidas Podemos, respectivamente, se han culpado de la actual situación de bloqueo que vive España y que, muy probablemente, desemboque en nuevas elecciones.
Los dos líderes han intentado cargar sobre el otro la responsabilidad de impedir el acuerdo y abocar al país a la repetición de las elecciones generales el próximo 10 de noviembre, un escenario que el resto de la oposición ve cada más cerca al constatar que Sánchez e Iglesias no mueven un ápice sus líneas rojas: el PSOE no acepta ya un Gobierno de coalición, al que no renuncian los morados.
Es preferible siempre un Gobierno de coalición antes que la repetición electoral», le ha espetado Iglesias a Sánchez en la primera comparecencia del líder socialista en este arranque del nuevo curso parlamentario.
El secretario general de los morados sospecha que el PSOE no quiso nunca iniciar una negociación serie para compartir el Ejecutivo. «Un gobierno de coalición no se negocia en tres días», ha subrayado Iglesias, convencido de que a Sánchez le «descolocó» que él renunciara a sentarse en el Consejo de Ministros y eso le llevó a simular que accedía a explorar la fórmula de la coalición.
Sánchez en cambio ha incidido en las negativas reiteradas que ha recibido de Podemos a las distintas fórmulas de colaboración que les propuso. No quisieron apoyar desde la oposición un Gobierno en solitario del PSOE, ni proponer ministros independientes, ni incorporar a miembros de Podemos en puestos de responsabilidad de la Administración del Estado ni finalmente les pareció suficiente la oferta de coalición de Sánchez, que incluía una vicepresidencia social para la ‘número dos’ de los morados, Irene Montero.
El líder del PSOE ha advertido de que con su rechazo, Podemos menospreció Ministerios como el de Sanidad, Igualdad, Cooperación y Migraciones, Ciencia o Agricultura, legitimando sin querer los argumentos conservadores que defienden un adelgazamiento del Estado.
Llegados a este punto, Sánchez ha instado a Podemos a que reflexione con respecto a su posición, porque de lo contrario será el culpable de «llevar al país de nuevo a elecciones» impidiendo de nuevo que España esté dirigida por un Gobierno del PSOE, como ocurrió ya en 2016.
Sánchez no ha explicado en profundidad qué le impide volver a negociar con Podemos un gobierno de coalición, más allá de indicar que esta fórmula se demostró inviable tras el desprecio inicial de los morados, que demostraron pretender «dos gobiernos en uno», en lugar de comprometerse con un gabinete coherente y cohesionado, elementos imprescindibles para dar estabilidad a la legislatura.
El intento de Sánchez por trasladar la culpa a Podemos ha contado con el respaldo de la portavoz del PSOE en el Congreso, Adriana Lastra, que ha asegurado que su partido tiene garantizados los votos a favor y las abstenciones necesarias para sacar adelante una investidura, a falta sólo de que Podemos se sume.
Pero Iglesias ha contraatacado. «Estamos en septiembre, teniendo en cuenta que las elecciones fueron en abril, es llamativo que solo haya conseguido un apoyo, el del Partido Regionalista Cántabro», ha indicado haciendo referencia a la investidura fallida de julio y descargando en Sánchez la responsabilidad de no conseguir los apoyos que precisaba.
En un intento de demostrar que no renuncia a buscar el acuerdo, Iglesias ha llegado a pedir a Sánchez una negociación bilateral entre ellos, pero Sánchez le ha replicado que si tiene algo nuevo que proponer, más allá de la coalición, proponga una nueva reunión de los equipos negociadores.
Las intervenciones del resto de líderes de la oposición también han sido un indicativo de que las formaciones políticas asumen ya como un escenario difícilmente evitable la repetición electoral.
CASADO: LA CAMPAÑA OCULTA YA COMENZÓ
El líder del PP, Pablo Casado, lo ve «claro»: Sánchez inició «hace meses» su «pretendida, deseada pero oculta campaña electoral». También el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha dudado de que el líder socialista quiera evitar volver a las urnas el 10 de noviembre y ha dejado claro que de repetirse los comicios la responsabilidad máxima será suya por no ponerse de acuerdo «ni con sus socios» de Podemos.
El PNV ha evitado participar de este cruce de reproces en el Pleno del Congreso, pero su presidente, Andoni Ortuzar, ha hablado con claridad desde Barcelona, repartiendo culpas a partes iguales entre el PSOE y Unidas Podemos.
En declaraciones a la prensa mientras participaba en los actos de la Diada, Ortuzar ha criticado que «los cuarteles generales del PSOE y Podemos estén preparando elecciones» en lugar de «papeles para acordar». Minutos antes, en una radio, ha señalado que quizás Sánchez, viendo a Podemos «tan rígido en su posición de Gobierno de coalición» y temiendo una «legislatura muy corta» prefiera «ir a elecciones ahora porque pensará que es mejor para él».
El representante de Bildu, Jon Iñarritu, ha cargado la culpa a Sánchez, recriminándole que ponga en ejemplo la negociación europea para el reparto del poder institucional en Europa, donde el acuerdo fue posible tras horas y horas de negociación, y no se encierre también horas y horas con Iglesias en busca de un acuerdo.
Compromís, en cambio, a través de su portavoz, Joan Baldoví, ha preferido instar a los líderes del PSOE y a Unidas Podemos a que se pongan «al timón» de la negociación para tratar de desbloquear la situación política.