viernes, 22 noviembre 2024

Alonso y Maroto firman una tregua tras la guerra del PP vasco contra Casado

  • La dirección regional del PP vasco apoyó casi en bloque a Soraya en las primarias.
  • Alonso y Sémper han reprochado la falta de "integración" de Casado.
  • Javier Maroto ha impuesto desde Madrid una tregua con condiciones para el 26-M.

La dimisión de María San Gil en 2008 por defender una tesis centralista en el Congreso del PP y la de Arantza Quiroga en 2015 tras impulsar un equipo de trabajo con EH Bildu en el Parlamento vasco son las dos fotografías que evidencian la trayectoria ideológica del PP vasco en la última década.

Este volantazo fue auspiciado por Mariano Rajoy, que en su primera legislatura contra Zapatero optó por criticar las negociaciones del Gobierno con ETA y a partir de la segunda admitió implícitamente las tesis de los socialistas para ayudar al final del terrorismo.

En esta última década se quedó atrás Jaime Mayor Oreja y se promocionaron internamente Alfonso Alonso, Javier Maroto o Iñaki Oyarzabal, tres miembros del PP alavés que contribuyeron a la conquista de la alcaldía de Vitoria o de la Diputación de Álava con un discurso menos vehemente contra Bildu que el que exhibían Santiago Abascal y compañía.

El PP vasco casi en bloque apoyó en las primarias estatales a Soraya Sáenz de Santamaría, que ganó en Euskadi con más de treinta puntos de ventaja sobre Pablo Casado. El nuevo presidente del PP ‘solo’ contaba con el apoyo activo de Javier Maroto, que rompía así su tradicional tándem con Alfonso Alonso fraguado durante ocho años en el Ayuntamiento de Vitoria.

Alonso fue alcalde de Vitoria entre 1999 y 2007 con Maroto de portavoz del equipo de Gobierno y el actual número tres del PP logró la vara de mando de la capital alavesa en 2011. Ambos se marcharían a Madrid de la mano de Rajoy, aunque Alonso se vio obligado a emprender el viaje de regreso en 2016 tras haber forzado la dimisión de Arantza Quiroga.

El exministro de Sanidad salvó los muebles en las autonómicas al retener a nueve de los diez diputados y se quedó a menos de 20.000 votos del PSE, que perdió más de un 40% de sus apoyos. El pasado año fue ratificado como presidente del PP vasco y ahora mantiene el cargo tras haber aparcado la guerra contra Casado por mediación de Maroto.

LA BARONÍA REBELDE

El PP vasco es la única dirección regional del PP que ha mantenido la guerra abierta del ‘sorayismo’ contra Casado tras las primarias. Alfonso Alonso explicó a finales de julio en El Mundo que «Pablo Casado sabe que integrar a Soraya es su asignatura pendiente».

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El presidente del Partido Popular, Pablo Casado. Foto: Twitter

El nuevo presidente del PP estatal integró a dos miembros de su equipo (Javier Maroto y Raquel González) y a tres del ‘sorayismo’ (Alfonso Alonso, Carlos Iturgaiz y Mari Mar Blanco), en claro guiño a la tregua.

Pero no ayudó a la concordia interna que Alonso le tildase de «oportunista» en plenas primarias por sus críticas a Rajoy sobre Catalunya o que afirmase en octubre que Casado «ya se moderará», síntoma de la incomodidad de la cúpula del PP vasco por la dinámica discursiva del aspirante a La Moncloa.

26-M: EL EXAMEN DE ALONSO

La guerra fría podría romperse el próximo 26 de mayo. Es evidente que el PP se la juega tras la sangría electoral que ha sufrido en Euskadi, donde ha perdido 144 concejales, 17 junteros y más de 100.000 apoyos en las últimas dos décadas.

En el PP vasco son conscientes de que Pablo Casado tiene poder de decisión para elegir cabeza de cartel y composición de las planchas municipales para mayo. Por lo cual, tal y como señalan fuentes cercanas a los populares a MONCLOA.COM, «Maroto y Alonso han firmado una tregua por la cual la dirección regional propondrá a los candidatos, aunque el PP estatal tendrá la última palabra, tal y como ha demostrado en Bilbao».

Esas mismas fuentes señalan que en este nuevo tiempo ya se han creado situaciones incómodas como la llamada de Maroto a Alonso para que anunciase a la presidenta del PP vizcaíno Raquel González como candidata en Bilbao.

Esta decisión «por órdenes de Madrid» fue un duro golpe para Alonso, consciente de que el actual portavoz del PP en Bilbao Luis Eguíluz dio el paso en 2015 con una promesa de mantenerse durante dos legislaturas y prácticamente nadie dudaba internamente de que iba a repetir como candidato. Alonso se vio obligado a comunicárselo vía telefónica solo unos minutos antes de hacer publica la decisión.

González, concejal de Getxo, fue uno de los escasos apoyos a Casado y se ha hecho fuerte tras ganar la presidencia regional del PP en Vizcaya contra la candidata oficialista Nerea Llanos pese a los fallidos intentos de Alonso de integración de las dos candidaturas tras la salida de Antón Damborenea.

El ex presidente recibió menos aplausos de los previstos en su adiós porque su salida estaba marcada por la destitución de su mano derecha tras advertirse irregularidades contables.

EL PP VASCO MESURA SU DISCURSO

Alfonso Alonso enterró el hacha de guerra contra Casado en una entrevista concedida a El Independiente: «Creo que tiene un gran futuro como líder político. Está cerrando un flanco y va a ganar el centro. Va a llegar. Lo conozco hace muchos años. Muchas veces se le ha despreciado, tiene gran capacidad de discurso y lo hará«.

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Una encuesta evidencia que el PP podría estar al borde de quedarse fuera en San Sebastián. Foto: EiTB.

El presidente del PP vasco se la juega el 26-M y lo quiere hacer con parte de su equipo: Borja Sémper intentará la supervivencia de los populares en el Ayuntamiento de San Sebastián. Su candidatura ha levantado suspicacias porque él se había negado a regresar a la arena política municipal tras 14 años en el consistorio de Irún.

Pero ahora regresa ante las pésimas perspectivas electorales que podrían suponer que la emblemática dirección regional del PP vasco recibiese un sonoro tortazo electoral. Según ETB, los populares caerían de tres a dos concejales y quizás la fragmentación del espacio del centro-derecha les podría llevar incluso a la desaparición pese a la tímida irrupción de Ciudadanos y Vox en Euskadi.