El desarrollo del acuerdo económico entre la Unión Europea y el Mercosur se ha estancado. Muchos miembros dentro de la UE han señalado la falta de transparencia del Mercado Común del Sur. A esto hay que añadirle el enfrentamiento entre el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, que se produjo a raíz de los incendios que arrasaron el Amazonas. La evolución del acuerdo corre peligro. Pero España juega un papel importante en la intermediación entre Europa y Latinoamérica. Y ahora, por primera vez, la Eurocámara cuenta con diputados con lazos en el continente americano.
Macron ha advertido que su país vetará el acuerdo en las condiciones actuales. El presidente francés cree que Bolsonaro mintió cuando asumió compromisos sobre la protección de la biodiversidad. Especialmente a raíz de lo ocurrido con los incendios del Amazonas. Pero no es el único escollo que atraviesan las negociaciones entre la UE y el Mercosur. Son cada vez más las voces dentro de Europa que señalan la falta de transparencia del mercado latinoamericano. Los socialistas españoles, muy activos en estas conversaciones, han señalado repetidas veces su intención de facilitar el acuerdo, pero muchos miembros de la UE han exigido que desde el otro lado del Atlántico jueguen con las mismas reglas del juego que en el viejo continente.
La delegación socialista española ha asumido responsabilidad dentro de este acuerdo económico. Una de las figuras más activas en estas negociaciones es la eurodiputada socialista Mónica Silvana. Esta política, de origen argentino, se ha convertido en una pieza importante en las conversaciones. Su doble condición y su influencia dentro de algunas instituciones latinoamericanas le han convertido en un nexo relevante en las negociaciones. Donde ya a tomado parte para facilitar el acuerdo siempre que se cumplan las condiciones exigidas por la UE. Al igual que Silvana, hay otros eurodiputados que han asumido un rol importante, como es el caso de Inmaculada Rodríguez-Piñeiro o Clara Aguilera.
Aguilera tiene una trayectoria política comprometida con el sector agrícola. Por ello, ha hecho hincapié en la defensa de los intereses de la agricultura española. Es miembro de la Comisión de Agricultura en el Parlamento Europeo y se ha convertido en una pieza importante en la intermediación entre la UE y el Mercosur. Al igual que Piñeiro, cuya experiencia como experta en comercio internacional le ha reservado un papel decisivo en las negociaciones.
Muchos miembros de la UE han reclamado a los responsables del Mercosur más transparencia. Especialmente a la hora de someter el tratado y las medidas del mismo a la aprobación del Parlamento. Por parte de la Unión Europea, no se dará un paso si no tiene la aprobación de la Eurocámara. Fuentes cercanas a las instituciones europeas aseguran que en caso de que no se corresponda este nivel de transparencia, el acuerdo correrá riesgo. Las conversaciones ya han llegado a un nivel de tensión elevado por el enfrentamiento entre Macron y Bolsonaro. Dichas fuentes advierten incluso de que esta escalada de tensión podría afectar a la posición que adopten los parlamentos latinoamericanos.
Entre las declaraciones cruzadas y los reproches del Ejecutivo francés y del brasileño, España trata de calmar los ánimos. De establecer puentes de comunicación. Es ahí donde algunos eurodiputados españoles han tomado protagonismo, como es el caso de Silvana, Piñeiro o Aguilera. Porque el problema no es solo Francia. Este escepticismo se ha contagiado a otros países miembros, como es el caso de Irlanda, quien tiene reservas sobre dicho acuerdo, que prevé reducir los aranceles en varios productos.
España quiere facilitar el acuerdo y situarse como un puente entre los dos continentes. Los lazos históricos del país tanto con la UE como con Latinoamérica han situado a los políticos españoles en el centro de estas conversaciones. Tanto el PP, como el PSOE, como Ciudadanos se han mostrado proclives a firmar el tratado. Pero los socialistas quieren asegurarse de que ciertas medidas se cumplen. No solo quieren apostar por acuerdos comerciales que impliquen intercambios de productos alimenticios u otras materias primas. Han hecho hincapié en acompañar el tratado con programas de desarrollo humano e institucional.
En este sentido, algunos eurodiputados socialistas han asumido más peso dentro de estas conversaciones. Silvana, además de conocer las instituciones latinoamericanas y de tener influencia entre los responsables del Mercosur, ya saltó a los titulares por promover medidas sociales, como el derecho al voto para las personas con discapacidad intelectual. Piñeiro, ha tomado una parte muy activa en la defensa de los intereses económicos de Europa. Un ejemplo de ello es la solicitud de cláusulas de salvaguarda que protejan al sector citrícola en caso de que se lleve adelante el acuerdo. Una postura similar a la adoptada por Clara Aguilera tras apoyar la campaña de promoción ‘CUTE, Cultivando el Sabor de Europa‘.
Por el momento, las negociaciones están paralizadas. La diplomacia europea trabaja para reducir las fricciones y las reticencias de algunos socios. Entre tanto, el candidato peronista a la presidencia de Argentina ha iniciado una gira esta semana y ha visitado España. Durante su estancia ya se ha reunido con empresarios e inversores españoles, incluida la presidenta del banco Santander, Ana Botín. Son muchas las compañías españolas las que tienen intereses en Argentina.