Pedro Sánchez ha comparecido este martes frente a los medios de comunicación para presentar las 370 medidas que se compromete a cumplir si es investido presidente del Gobierno en los próximos días. El presidente en funciones ha descartado (por enésima vez) la posibilidad de un gobierno de coalición como exige Pablo Iglesias, y se ha limitado a ofrecer instituciones y órganos del Estado fuera del Consejo de Ministros a la formación morada. Eso sí, no está demasiado convencido de que Iglesias vaya a aceptar esa oferta.
También ha ofrecido a Podemos constituir una «triple» garantía de cumplimiento de este acuerdo programático que está poniendo encima de la mesa: a través de una oficina en el Ministerio de Hacienda, con sendas comisiones de seguimiento en el Congreso y el Senado y a través de otro organismo que implique a la sociedad civil en la fiscalización del cumplimiento de los compromisos asumidos.
Sánchez ha comenzado su intervención culpando al resto de los grandes partidos nacionales, PP, Ciudadanos y Unidas Podemos del actual bloqueo político y ha apuntado a la repetición de las elecciones como salida a esta situación en caso de que Iglesias no renuncie a la coalición.
Y es que el líder socialista ha admitido que «no merece la pena intentar» formar un ejecutivo que no le permita «actuar con eficacia» para dar estabilidad al país en unos momentos en que se avecinan grandes retos como el Brexit o una posible desaceleración económica.
EL PSOE VUELVE A DESCARTAR LA COALICIÓN
Sánchez se ha mostrado convencido de que un gobierno de coalición como el que exige el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, supondría en realidad constituir «dos gobiernos en uno», un ejecutivo «compartimentado y dividido» en un «momento crítico» para el país, que lo que precisa es un gabinete «fuerte, que garantice estabilidad.
¿Y por qué si en julio el PSOE aceptó conformar un gobierno de coalición dando entrada a la número dos de Podemos, Irene Montero, en el Consejo de Ministros esa oferta no es recuperable hoy? Sánchez ha intentado responder a esta pregunta que, reconoce, se hacen «muchos ciudadanos».
«La respuesta es simple. Lo que ha ocurrido es el 25 de julio, cuando el acuerdo se reveló inviable, no fue posible. Como consecuencia de lo sucedido aquellos días, lo que entonces se comprobó inviable, hoy es, sigue siendo inviable (…) porque con el rechazo a nuestra propuesta confirmamos que la voluntad de coalición de Unidas Podemos se basa en el recelo y la desconfianza», ha argumentado.
«Y con esos mimbres –ha abundado– sólo hay un resultado previsible: un desgobierno basado en la desunión, dos gobiernos en uno. Y eso no es lo que votaron los españoles el pasado 28 de abril, ni es lo que necesita y merece este país». «Es impracticable», ha zanjado.
Una vez que ha cerrado la puerta totalmente a volver a explorar un gobierno de coalición, Sánchez ha advertido a los morados de que «de poco sirve insistir en un argumento cuando la otra parte lo rechaza de plano».
El líder del PSOE ha señalado entonces a Podemos el único camino posible para evitar una repetición de las elecciones: que los morados brinden desde la oposición apoyo parlamentario, un sostén que, según Sánchez, podría ir «desde la investidura» a la totalidad de la legislatura.
UN PROGRAMA A NEGOCIAR
Sánchez se ha mostrado «abierto» a que Podemos haga aportaciones a la propuesta de programa de gobierno que los socialistas están poniendo sobre la mesa, pese a que el documento se presenta ya muy definido con 370 medidas y no está sobre la mesa su negociación total. En cualquier caso, los cambios que quisieran hacer los morados deberían ser asumibles para el PSOE.
«No compartimos tanto como para gobernar juntos pero sí lo suficiente para no darnos la espalda», ha dicho Sánchez a los de Iglesias, con quienes ve posible ser «aliados leales» como en la pasada legislatura, cuando tras la llegada del PSOE a La Moncloa vía moción de censura Podemos fue determinante a la hora de que el Gobierno tuviera los apoyos necesarios en el Parlamento para desplegar su agenda social.
Pese a que Sánchez ofrece a Podemos una vía para evitar ir de nuevo a elecciones, en el seno del PSOE la mayoría de los dirigentes consultados en privado ve poco margen para que Iglesias acabe cediendo. «No estoy muy convencido, las cosas como son», verbalizó el lunes en la sede de Ferraz el portavoz de la Ejecutiva Federal y alcalde de Valladolid, Óscar Puente.
De ahí que el acto de este lunes en el centro de negocios de la Estación de Chamartín tuviera la misma escenificación que los actos que el partido organizó durante la precampaña y campaña electoral de los comicios del 28 de abril y del 26 de mayo.
Entre los alrededor de 700 invitados, la mitad pertenecía a los colectivos sociales con los que se ha estado reuniendo Sánchez en el mes de agosto con el objetivo de incorporar algunas de sus demandas en su programa de gobierno.