Ciudadanos ha apostado por pactar los Presupuestos en las comunidades autónomas gobernadas por el PSOE y se mantendrá en esta línea aunque Inés Arrimadas no haya logrado convencer al Ejecutivo de Pedro Sánchez de que eligiera a su partido, en vez de a Esquerra y a Bildu, para acordar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021.
Desde el mes de octubre, y en algunas comunidades incluso antes, la formación naranja se ha dirigido a los distintos gobiernos socialistas para ofrecerse a negociar las cuentas públicas para el próximo año.
El argumento que sustenta esta posición de Cs, que en muchos casos supone un giro respecto a la que tenía en 2019, es el mismo que ha esgrimido Arrimadas para llegar a acuerdos con el Gobierno de España: el momento excepcional que se vive a causa de la crisis del coronavirus y la necesidad de consensos para adoptar las medidas que reclaman los ciudadanos en los ámbitos sanitario, económico y social.
A cambio de su ofrecimiento para negociar, la condición que suele poner Ciudadanos es que no se suban los impuestos a las clases medias, además de reclamar ayudas para pymes y autónomos, más recursos para la sanidad pública o un apoyo a la conciliación familiar.
UTILIDAD POLÍTICA Y RESPONSABILIDAD
Fuentes de la dirección de Cs han declarado que su objetivo es actuar con «responsabilidad» hacia los españoles y demostrar «utilidad política», pensando en «lo que es bueno en cada territorio». «No hay tacticismo», han asegurado.
Por ello, aseguran que la decisión de votar finalmente en contra de los PGE, tras constatar que el Gobierno no había cumplido sus condiciones presupuestarias y que había hecho «contrapartidas intolerables» a Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y a EH Bildu, no influirá en su forma de actuar en las comunidades autónomas. «No tiene nada que ver, no es una negociación conjunta», han explicado.
En los últimos meses, Arrimadas ha repetido en numerosas ocasiones que su partido es «coherente», porque donde gobierna –como en Andalucía, la Comunidad de Madrid, Castilla y León y Murcia, junto al PP– insta a la oposición a llegar a acuerdos y en aquellas instituciones donde está en la oposición, como el Congreso de los Diputados, tiende la mano a gobiernos del PSOE.
Con esta actitud, Ciudadanos también consigue diferenciarse del PP y de Vox, a los que suele reprochar que «gritan mucho, pero no consiguen nada» para la gente porque desde la oposición adoptan una postura «cómoda» en lugar de sentarse a negociar.
Arrimadas lamenta, por ejemplo, que en España los ciudadanos se hayan acostumbrado a que el PP siempre pida la devolución de los Presupuestos presentados por gobiernos del PSOE y que los socialistas hagan lo mismo cuando las cuentas son de los ‘populares’.
«Podemos utilizar la pandemia para hacer un ‘reset’ en la política y entender que no somos enemigos y que podemos llegar a acuerdos entre los grandes partidos de Estado», defendió en una entrevista el fin de semana pasado.
FACILITAN LA TRAMITACIÓN DE LAS CUENTAS AUTONÓMICAS
Para demostrar que «otra forma de hacer política es posible», en palabras de la líder del partido liberal, han decidido no registrar enmiendas a la totalidad de los Presupuestos en la mayoría de las autonomías gobernadas, en solitario o en coalición, por el PSOE.
Y en las Cámaras legislativas donde el proceso va más avanzado, Cs ha facilitado la tramitación parlamentaria de los Presupuestos al votar en contra de la devolución de las cuentas reclamada por el PP u otros grupos de la oposición –en Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura– o absteniéndose, como ha hecho en Canarias, Comunidad Valenciana y Baleares.
Igual que la presencia de Podemos en el Gobierno de España no impidió que Arrimadas intentara pactar los PGE, la formación naranja no ha tenido problema en dialogar con gobiernos regionales de los que forman parte el partido morado u otras fuerzas políticas con las que tiene escasa sintonía, como Compromís.
En Cantabria, donde el presidente autonómico, Miguel Ángel Revilla, es del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) pero el PSOE forma parte del Ejecutivo de coalición, Ciudadanos rechazó esta semana las enmiendas a la totalidad impulsadas por el PP y Vox.
En el caso de Asturias, la portavoz en la Junta General del Principado, Susana Fernánez, trasladó en una reunión al Gobierno del socialista Adrián Barbón que están «totalmente abiertos a negociar» los Presupuestos de 2021. Igualmente, en La Rioja, el portavoz de Cs, Pablo Baena, ha hecho una propuesta al Ejecutivo de Concha Andreu para trabajar en las cuentas del próximo año.
En Euskadi y Navarra, donde Ciudadanos también está en la oposición, debe consensuar las líneas de actuación con los partidos con los que se alió para concurrir a las elecciones: el PP en el País Vasco y UPN y el PP en Navarra.
EN NAVARRA, CHIVITE PREFIRIÓ A BILDU
En el País Vasco aún no se habla de los Presupuestos, pero en la Comunidad Foral la coalición Navarra Suma acabó registrando una enmienda a la totalidad de las cuentas presentadas por el Gobierno de coalición del PSOE, Geroa Bai y Podemos, que acabó siendo tumbada el pasado jueves en el Parlamento vasco.
A principios de septiembre, el portavoz de Cs en Navarra, Carlos Pérez-Nievas, señaló que los Presupuestos navarros debían contar con «el mayor consenso posible para tener la mayor estabilidad» en el actual contexto de crisis provocada por el Covid-19 y dijo que dentro de Navarra Suma (NA+) propondría pactarlos con el Gobierno.
Ya en octubre, NA+ propuso a Chivite abstenerse en la votación de las cuentas de 2021 a cambio de que no pactase con EH Bildu, pero un mes después se anunció que esta formación había suscrito un acuerdo con el Ejecutivo foral para aprobarlas.