La CUP ha presentado este viernes su propuesta política con la que irán a las elecciones catalanas previstas el 14 de febrero, en la que se comprometen a hacer un nuevo referéndum antes de 2025 «partiendo de la experiencia conseguida en los sucesivos embates de los últimos tiempos».
«Nos comprometemos a trabajar para generar las condiciones óptimas para hacer efectiva una ruptura con el Estado español en nuestro camino hacia la independencia. Nos hace falta volver a coger la iniciativa en la confrontación con el Estado para defender nuestros derechos y libertades como pueblo», reza el documento.
En un comunicado, la CUP ha explicado que el partido ha aprobado esta propuesta que ha trabajado los últimos meses con el objetivo de ser «un agente clave, capaz de condicionar y marcar la agenda social y política del país, haciendo frente a la crisis económica agravada por el Covid-19, y remontando el ciclo de la caída libre donde se ha visto inmerso el movimiento independentista.
Tras su aprobación, la formación presentará públicamente su «plan estratégico» de cara a los comicios catalanes en un acto el 3 de diciembre en la Fabra i Coats de Barcelona.
En la propuesta, exponen su estrategia de «conflicto como motor de cambio», ya que consideran que el Estado no facilitará una resolución al conflicto catalán, por lo que apuesta por la movilización, la desobediencia y situar la situación de Cataluña en el terreno internacional.
Los ‘cupaires’ argumentan que un referéndum para resolver el conflicto solo puede ser posible por dos vías: una negociación con el Estado que incluya el reconocimiento de Cataluña como nación, el derecho a la autodeterminación y permitir un referéndum, o ejercer la autodeterminación «mediante una ruptura democrática unilateral, que propicie el escenario resolutivo internacional incluyendo el referéndum, forzando al Estado español a tenerlo que asumir».
Consideran que para lograr ambos escenarios hay que reforzar la «confrontación, la autotutela de derechos colectivos, la disputa de la soberanía con el Estado y el capital, y la ruptura democrática».
Para ello proponen aumentar la movilización y la desobediencia civil, la municipalización de servicios públicos esenciales, hacer leyes «de soberanía y control público sobre el territorio», y en defensa de derechos sociales más allá de la Constitución y el Estatut, entre otras.
INTERNACIONALIZAR EL CONFLICTO
En el documento, la CUP hace énfasis en la necesidad de internacionalizar el conflicto catalán, aunque advierte de que «las instituciones internacionales no actuarán regidas por la defensa de los derechos, sino que deberán ser obligadas a hacerlo ante unas condiciones que hagan inviable su falta de posicionamiento».
Así, abogan por la movilización sostenida además de difundir la causa del independentismo y conseguir el máximo de complicidades y apoyos internacionales.
PROGRAMA DE «RESCATE SOCIAL»
También plantean un programa de «rescate social» ante la crisis generada por el coronavirus, que sirva para impulsar una renta básica universal y una renta mínima, garantizar una vivienda digna para toda la población, y los derechos laborales, como establecer un salario mínimo de 1.200 euros mensuales.
Este programa debe servir tanto para dar respuesta a las necesidades de la ciudadanía, como para «demostrar los límites competenciales de las instituciones autonómicas, del marco constitucional español y de la UE».