El secretario de Estado de Educación, Alejandro Tiana, asegura que las movilizaciones que está llevando a cabo el sector de la educación concertada en las últimas semanas para protestar contra la LOMLOE, la reforma educativa más conocida como ‘Ley Celaá’, se deben a «temores infundados».
En una entrevista con la revista ‘Vida Nueva’, el ‘número 2’ de la ministra de Educación y FP, Isabel Celaá, recuerda cómo en 2005, cuando se estaba debatiendo la Ley Orgánica de Educación (LOE), aprobada después en 2006, año en que él era secretario general de Educación, hubo una «enorme manifestación» con un ‘leitmotiv’ parecido: «se va a acabar la concertada».
Pero también recuerda cómo al día siguiente, en rueda de prensa a los periodistas, se comprometió a convocarles cuatro años después para comprobar si esas acusaciones eran verdad. «Han pasado 15 y no ha sido verdad. Aquí va a pasar lo mismo».
Y es que, a su juicio, «se ha hecho una exageración, en unos casos de buena fe, en otros interesadamente». «La enseñanza concertada está garantizada por todo un aparato legal –-explica–. En esta misma Ley, hay un epígrafe que no se ha cambiado y que dice que el servicio público de la educación se prestará por medio de los centros públicos y los centros privados concertados. Más garantía de que se cuenta con los centros concertados no hay».
Además, recuerda que el régimen general de conciertos es algo que en España está «muy asentado», aunque haya dado «tumbos». Si bien reconoce que la LOMLOE hace algunos cambios, estos «no son de fondo».
«Con los responsables de la enseñanza concertada, que he tenido ocasión de hablar, les he dicho que hay algunos fenómenos en España que se han dado, que ha aumentado en algunos sitios la segregación escolar y la división del alumnado en redes de tal manera que se han ido polarizando hacia un lado –comenta–. Eso no es general, ni se puede hablar de todos los centros, ni mucho menos. Pero es verdad que se ha producido en algunas comunidades autónomas con unos índices entre los más altos de Europa.
Así, en la entrevista, que ha sido difundida este miércoles en vídeo durante un Encuentro Digital organizado por la revista bajo el título ‘Ley Celaá: ¿todavía es posible el Pacto?’, asegura Tiana que «la libertad de elección está patente en la Ley».
«Los únicos límites a esa elección es que pueda haber un centro con más peticiones que las plazas que tiene –detalla–. Entonces nos encontramos con una cuestión: qué criterios damos. Ahí intentamos hacerlo del modo más razonable posible, sabiendo que alguien se va a quedar sin ir al centro que quiere. Pero eso no quiere decir que le estés obligando a hacer algo que sea contrario a sus ideas o voluntad. Sinceramente, los cambios que se introducen son cuestiones de equilibrio que será normal que haya».
Por tanto, ha mandado un mensaje de tranquilidad a los centros que están preocupados porque, a su entender, se van a cerrar. «¿Qué puede pasar en nuestro país? Que en algunas etapas educativas disminuya el número de alumnos y sobren plazas escolares. Pero es algo normal. Aun así, la enseñanza concertada tiene mecanismos de seguridad en eso, igual que la enseñanza pública, y habrá que buscar equilibrio entre unos y otros. No puede ser que uno gane todo y otro pierda todo. Llevamos 35 años con este sistema funcionado y, aunque periódicamente hay conflictos dialécticos, luego la situación es más estable si uno va a ver las estadísticas y circunstancias».
DIFERENCIAS QUE SE «AGUDIZAN»
En líneas generales, Tiana ha criticado el clima de tensión generado tras la aprobación de la nueva norma en el Congreso. «No estamos haciendo ninguna locura: queremos el bien de todos», ha dejado claro.
En cierto modo, reconoce puntos de la Ley en que hay diferencias, pero lamenta que «en lugar de encontrar sitios y maneras donde poder debatirlo, a veces se agudiza». «Y eso se agudiza por esta sociedad en la que vivimos, con esta pandemia que genera tensiones en las personas, el uso de redes sociales y muchos medios que no son los buenos para tratar estas cosas», justifica.
Y este malestar lo traslada a que no haya todavía un Pacto por la Educación: «Sinceramente, no es necesario estar de acuerdo en todo. Tenemos visiones distintas de la vida y no pasa nada. Lo importante es que nos pongamos de acuerdo en los máximos asuntos centrales para configurar un marco de arquitectura estable del sistema».
«Todo lo que estamos viviendo ahora contribuye a disminuir la confianza y eso es lo que me parece más dañino», concluye.