La Delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, ha precisado que la violencia machista no es «violencia doméstica, es una violencia que domestica» y ha alertado de la necesidad de detectar la violencia de control que sufren muchas mujeres en España en sus casas, que «es devastadora y no deja huella«.
Según ha indicado Rosell, en una entrevista en TVE, es necesario que «la administración vaya a buscar esa violencia, una violencia invisibilizada, pero tan estructural como la física o la sexual».
La Delegada del Gobierno ha asegurado que las 1.073 mujeres asesinadas desde el año 2003 son la punta del iceberg, y ha puesto el foco en la necesidad de «amparar a las mujeres que son víctimas de violencia machista por el hecho de serlo y no solo a las asesinadas».
En este sentido, Rosell ha repasado datos y ha recordado que solo en el primer semestre de 2020 se han registrado 70.000 denuncias. «En la base del iceberg hay mucha violencia contra muchas mujeres que aún están vivas y a las que aún podemos proteger«, ha indicado.
Por su parte, la fiscal de sala delegada contra la Violencia sobre la Mujer de la Fiscalía General del Estado, Pilar Nájera, ha insistido también en TVE en la necesidad de mejorar la protección a las víctimas de violencia de género porque, en su opinión, «es muy difícil que cuando una persona quiere matar a otra, se pueda evitar con una orden de alejamiento».
Nájera ha reconocido que «con frecuencia no se acierta a tomar las medidas adecuadas» en la protección de las víctimas y ha defendido el uso de pulseras electrónicas para asegurar el cumplimiento de las ordenes de alejamiento por parte de los agresores. «Una forma de ayudar a protegerlas es el establecimiento de las pulseras que este año se han incrementado mucho», ha indicado.
Asimismo, ha animado a denunciar a aquellas personas del entorno de las víctimas que tengan conocimiento de la violencia machista. «El silencio es cómplice», ha asegurado Nájera.