La sociedad ha avanzado a pasos agigantados con el paso de los años. Si hace tan solo unas décadas eso de ver robots nos parecía de lo más inusual, ahora nos hemos acostumbrado a convivir con ellos. Existen androides para ayudarnos en las tareas cotidianas, en el trabajo y ahora también con el sexo. Se les conoce como androides del amor y han supuesto toda una revolución a la hora de mantener relaciones sexuales.
Hace tiempo esto era tan solo una utopía lejana. Sin embargo, con el paso del tiempo, sí es cierto que los robots nos han librado de hacer, en muchas ocasiones, el trabajo sucio. Las máquinas les han quitado el trabajo a la mitad de la población, pero también lo han incrementado sobremanera. Con confianza por parte de unos y mucha desconfianza por parte de otros, lo cierto es que han llegado para quedarse.
Si es un tema que te interesa, descubre la última revolución en el sexo. Así son los androides del amor.
En 2025 los androides del amor serán habituales en el sexo
Gracias a los avances en tecnología y robótica, parece que los robots están cada vez más interiorizados en nuestra sociedad. A nivel laboral, ya han conseguido realizar los trabajos más pesados. Sin embargo, un estudio realizado para conseguir conclusiones definitivas sobre este tipo de androides, llega más allá.
En 2025, se asegura que los robots del sexo podrían ser algo mucho más habitual de lo que podemos pensar en un primer momento. Al principio podrían suponer desprecios y divisiones en la sociedad. No obstante, tendrán tanto detractores como defensores.
Podrá suceder algo como lo que ha ocurrido con otros dispositivos, como los teléfonos móviles. Cuando aparece algo nuevo, puede prevalecer el miedo a lo desconocido. Sin embargo, conforme se vayan instaurando en nuestras vidas, les iremos perdiendo ese respeto.
Besos a distancia que despiertan sensaciones físicas
Adrian David Cheol, profesor de computación ubicua en la London City University ha desarrollado un sistema denominado como Kissinger. Gracias a él, los besos cambiarán, pues ya no se darán a otros seres humanos, sino a un dispositivo específico.
Kissinger permite dar besos a distancia, pero con la sensación física incluida. Incluye un set de labios artificiales pero sensibles, que transmiten el beso por parte de una persona real a otra que tenga este tipo de aplicación. Podría ser una revolución de cara a la pandemia ocasionada por el coronavirus.
El último modelo desarrollado de Kissinger ha sido diseñado para implementarse en smartphones. De hecho, son muchas las personas que ya lo han probado y se han animado a dar ese primer paso para acortar las distancias entre androides y humanos.
Robots para facilitar el sexo y el amor
Cheok, junto a David Levy, experto en inteligencia artificial, han trabajado para desarrollar un proyecto en común denominado I-Friend. Se trata de un software altamente sofisticado que puede incluir emociones, estados de ánimo y que también cuenta con personalidad propia.
Según afirma el propio Levy, parece que se puede configurar para cualquier fin de mercado. Es decir, puede hacer el papel de una especie de novio o novia virtual. En ese caso, I-Friend cuenta con un cuerpo caliente, similar al tacto humano, labios que se mueven, puede hablar y tiene órganos sexuales inteligentes.
De acuerdo a la opinión de los dos expertos, los robots del sexo podrían suponer un verdadero hito en la sociedad. Tiene que cambiar la perspectiva que tenemos sobre el amor, pues existen millones de personas que no pueden comenzar una relación con este tipo de dispositivos. Sin embargo, pasarán los años y puede que la gente termine viendo factible tener como novio a un androide.
La sociedad, tolerante a la revolución
Aunque son muchos los que no conciben el tener una relación sexual con un androide, parece que la sociedad en general no es tan cerrada de mente como podemos pensar. La actitud hacia los amantes artificiales es más tolerante de lo que parece en un primer momento.
Una encuesta que se realizó en Reino Unido determinó que el 46 por ciento de las dos mil personas que participaron en la misma estarían a favor de practicar sexo con un robot o androide del amor. Además, tampoco verían con malos ojos a otros que decidieran hacerlo. Otro estudio, realizado por el Huffington Post, determinó que el 9 por ciento de los mil adultos que participaron se irían a la cama con un robot artificial.
Conforme van pasando los años, parece que las personas se muestran más receptivas a contar con un compañero que no es humano. Si la cosa va evolucionando, habría que empezar a dar respuesta a varias preguntas como si hacerlo es una infidelidad o si llegará un momento en el que estén preparados para aparearse con los humanos.
El primer robot diseñado para el sexo
Roxxxy se considera como el primer robot del sexo que se dio a conocer en La Vegas. Sucedió en la Exposición del Entretenimiento Adulto del año 2010 y no tardó en causar sensación a lo largo de todo el mundo. Este en cuestión contaba con pocas prestaciones. Sin embargo, la tecnología puede ofrecernos muchas más características en un futuro inmediato.
El robot Roxxxy pesaba 54 kilos y medía 1,73 m de altura. Contaba con órganos sexuales y también su propio esqueleto articulado. No se podía mover de forma autónoma, pero estaba bastante bien conseguido. En ese momento, su precio rondaba entre seis mil y ocho mil euros. Además, cada cliente podía personalizar el suyo y seleccionar, a través de Internet, el color del cabello, la piel y también sus medidas.
No tenemos que irnos muy lejos para saber que muchos japoneses, en la actualidad, no dudan en tener sexo con muñecas hinchables de última generación. De hecho, el aspecto de la mayoría es muy real, asimilándose mucho a los seres humanos. A pesar de todo, parece que este tipo de dispositivos, robots o muñecos no podrán sustituir nunca a otro ser humano en la cama. Lo bonito del sexo es dejarse llevar, que las cosas sean diferentes y que aparezcan los sentimientos.